El Real Monasterio de la Encarnación es un convento de monjas agustinas recoletas ubicado en Madrid (España). La institución, a la que pertenecieron damas de la alta nobleza, fue fundada por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, a comienzos del siglo XVII. Debido a las colecciones artísticas que alberga es, junto con las Descalzas Reales, uno de los templos más destacados de la ciudad.
El edificio fue diseñado por fray Alberto de la Madre de Dios, considerado después de los recientes descubrimientos documentales, como uno de los grandes arquitectos del Barroco español. En el Archivo de Protocolos de Madrid se conservan un centenar de contratos sobre la obra, mencionándose en todos ellos que los diseños corresponden a fray Alberto de la Madre de Dios por deseo de la reina.
El edificio fue construido entre 1611 y 1616. Fray Alberto de la Madre de Dios dirigió las obras personalmente junto al arquitecto Alonso Carbonel y Pedro de Lizargarate.[1] En palabras de Chueca Goitia, fray Alberto fue el arquitecto que introdujo las primeras formas barrocas en una buena parte de Castilla.[2] Después de la muerte de Francisco de Mora, entre 1610 y 1614 dirigió las obras reales.[3] A pesar de que se ha intentado minimizar su papel, los nuevos descubrimientos documentales sacan a la luz un arquitecto con grandes capacidades creativas y una fuerte personalidad. El apogeo de la Orden del Carmen descalzo en la primera mitad del siglo XVII lo consagró como una de las figuras más relevantes de la arquitectura del momento, llamado por los mecenas más poderosos del momento como la Corona, los duques de Lerma y Uceda o el obispo de Cuenca.
La fachada, que responde a un modelo de inspiración de estilo herreriano, de gran austeridad, creó escuela y fue imitada por otros templos españoles. Una de las piezas del convento, el relicario, conserva numerosas reliquias entre ellas una ampolla de cristal que, se dice, contiene la sangre de san Pantaleón; y (según la tradición) se licúa todos los años el día del santo, el 27 de julio. En la clausura antigua está organizado un museo que depende del Patrimonio Nacional y que se puede visitar.