El palacio de Artaza es un palacio situado en el barrio de Artaza de Lejona, Vizcaya, País Vasco, España. Fue proyectado en 1914 por el arquitecto Manuel María Smith para el industrial Víctor Chávarri y Anduiza. El edificio está diseñado en el estilo Reina Ana y es considerado por muchos expertos como uno de los mejores edificios de Smith.
La casa se inauguró oficialmente en 1918, año en el que la visitó Alfonso XIII. Durante la Guerra Civil, Artaza fue utilizado como cuartel por algunos batallones de gudaris. Posteriormente, Artaza continuó siendo residencia permanente de los Chávarri y lugar de veraneo de los descendientes hasta 1979.[1]Durante muchos años, recibió visitas de las personalidades más importantes de la sociedad y la política de la época, que dejaron estampadas sus firmas en el libro del palacio.
El edificio está dividido en varios tramos, la zona principal, el área de sirvientes, la zona de invitados, la zona para niños y la capilla. Alrededor del palacio principal se levantaron otras estructuras, donde estaban las pistas de tenis y el campo de croquet. En 1989 el Gobierno Vasco compró el edificio para uso por la Lehendakaritza y hoy en día los jardines de los alrededores del palacio son públicos.[1]
Este Palacio comenzó a construirse en el año 1914, según el proyecto que el arquitecto Manuel María de Smith Ybarra diseño para el industrial Víctor Chávarri Anduiza, Marqués de Triano.
Resultado del florecimiento económico y consecuente renacimiento artístico que tuvo lugar a mediados de la década de 1910 hasta los años 30, y que se plasmó en un gran número de proyectos residenciales en la vecina Getxo, Artaza, es, sin duda, la mejor y más emblemática obra de Smith, una genuina interpretación local del estilo inglés Reina Ana.
El edificio se ubica en un amplio solar irregular de casi 300.000m2, topográficamente accidentado, localizado en el Arenal de Artaza, que es el que el nombre a la casa. Los terrenos fueron subastados por el Estado en 1894 y adquiridos por la familia. Fue la esposa de Chávarri, María Josefa Poveda y Echagüe, quien eligió este emplazamiento privilegiado para edificar la que sería su residencia.