La Basílica Papal de Santa María la Mayor — en italiano Basilica di Santa Maria Maggiore, también conocida como Basilica di Santa Maria della Neve y Basílica Liberiana — es una basílica católica situada en Roma. Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las cinco basílicas patriarcales asociadas con la Pentarquía, junto a San Juan de Letrán, San Lorenzo Extramuros, San Pedro y San Pablo Extramuros.
La Basílica Liberiana es uno de los tituli, presidida por un patrón —en este caso, el papa Liberio— que alojó a las mayores congregaciones de los primeros cristianos en Roma. Construida sobre un templo pagano de Cibeles, Santa María la Mayor es (junto con la Basílica de Santa Sabina, algo posterior) la única iglesia romana que conserva la planta estrictamente basilical y la estructura paleocristiana primitiva. El alzado, en cambio, no se mantiene en su estado original debido a los varios proyectos de construcción adicionales (casi todas intentando imitar el estilo primitivo) y los daños del terremoto de 1348.
El nombre de la iglesia contiene dos términos grandiosos: el de basílica mayor, en oposición a una basílica menor, y el de Virgen María. La Basílica es la iglesia más grande e importante de las dedicadas en Roma al culto mariano.
Después de que el papado de Aviñón acabase formalmente y los papas regresaran a Roma, la Basílica de Santa María la Mayor se convirtió en residencia temporal de los papas debido al estado de deterioro en que se encontraba el Palacio de Letrán. La residencia papal se trasladó posteriormente al palacio del Vaticano en lo que actualmente es la Ciudad del Vaticano. En la basílica están sepultados varios papas, entre ellos Clemente VIII, Paulo V y san Pío V. La basílica es una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo.
En 1990 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en Europa por la Unesco, con el número de identificación 91-004.[1]