Moaña es un municipio situado en la parte meridional de la comarca del Morrazo en la provincia gallega de Pontevedra, en el noroeste de España. Su población es de 19 439 habitantes según el censo del año 2017.[1] La extensión del municipio es de 31,5 km² por lo que la densidad poblacional es de 585,14 hab./km².
Es uno de los cinco municipios enclavados geográficamente en la península del Morrazo que separa la ría de Vigo de la de Pontevedra, junto con Cangas, Marín, Bueu y Vilaboa. En su suelo se ubica la mayor elevación del Morrazo, el monte Faro de Domaio de 624 m de altitud. Su costa acoge playas, como la de Domaio, a Borna, A Xunqueira o la de O Con (bandera azul), que combinan el uso turístico con la producción de marisco, e industrias relacionadas con la mar. Sus aguas se utilizan para la cría del mejillón y otras especies. Tiene diferentes puertos tanto deportivos como pesqueros y una actividad cultural relevante en la que destaca el Festival Intercéltico del Morrazo.
La historia de Moaña está estrechamente relacionada con el mar. Junto con la pequeña explotación agrícola y ganadera (minifundista), la industria principal siempre ha sido la pesca y los derivados de la misma. Los movimientos sociales han sido, y lo son, significativos en estas tierras. Desde las asociaciones culturales, que protegen la cultura gallega, es notorio el Festival Intercéltico que se celebra anualmente y tiene relevancia internacional o el cuidado de la gaita de caña, típica de Moaña, hasta la relevancia que los movimientos obreros y sociales tuvieron en la primera mitad del siglo XX donde la CNT consiguió una presencia muy significativa. Testigo de ello es el edificio, hoy dedicado a centro para la tercera edad, que en tiempos de la Segunda República Española fue la sede de este sindicato.
La costa de Moaña, desde el estrecho de Rande, donde se dio la famosa batalla en la que se perdió el mayor transporte de oro y otras riquezas procedentes del Nuevo Mundo a manos de la Marina Inglesa y Holandesa, que vencieron a la Franco española, (aquí es donde se aprovisionaba de oro el capitán Nemo) hasta los confines con Cangas do Morrazo se abren un sinfín de playas, algunas estrechas y otras muy anchas y llanas, donde parece que el agua nunca llegará a cubrir más allá de la rodilla. Todas ellas gozan de aguas tranquilas, ideales para el cultivo del berberecho "o croque", y otros bivalvos. El mejillón tiene un papel importante en los cultivos marinos que van creciendo en diversidad de especies que explotan.