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Yad Avshalom

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Tomb of Avshalom in the Kidron Valley;
Tomb of Avshalom in the Kidron Valley;

Yad Avshalom (en hebreo יד אבשלום, monumento de Absalón), también llamada Pilar de Absalón, es una tumba monumental excavada en la roca con un techo cónico, ubicada en el Valle de Cedrón en Jerusalén, a pocos metros de la Tumba de Zacarías y Tumba de Benei Hezir. Aunque tradicionalmente se le atribuye a Absalón, el hijo rebelde del rey David de Israel (alrededor del año 1000 a. C.), los arqueólogos modernos datan el monumento en el Siglo I d.C. La tumba es una estructura funeraria por derecho propio, con su parte superior que sirve como nefesh o monumento funerario para la tumba en su parte inferior. Pero probablemente también fue erigida como nefesh para el complejo de cuevas funerarias adyacentes conocido como el Cueva de Josafat o Tumba de Josafat, construida al mismo tiempo y siguiendo un solo plan. El monumento independiente contiene una cámara funeraria con tres nichos. La cámara está tallada en la sección inferior del monumento, pero solo se podía acceder desde la sección superior a través de una escalera. Se ha comparado con Petra, debido a su estilo y a la naturaleza del segmento inferior, excavado directamente en la roca.[1]​

Extracto del artículo de Wikipedia Yad Avshalom (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Yad Avshalom
ליד אבשלום, Jerusalén ראס אל-עמוד

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N 31.776958333333 ° E 35.238958333333 °
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Dirección

קבר רבי חיים בן עטר

ליד אבשלום
9511208 Jerusalén, ראס אל-עמוד
Distrito de Jerusalén, Israel
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Tomb of Avshalom in the Kidron Valley;
Tomb of Avshalom in the Kidron Valley;
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Lugares cercanos

Puerta Dorada
Puerta Dorada

La Puerta Dorada (שער הרחמים, Sha'ar Harahamim) es la entrada más antigua de las actuales murallas que rodean la Ciudad Vieja de Jerusalén, fue construida en el siglo VII o siglo VIII, durante el período omeya.[1]​[2]​ También se le conoce como Puerta de la Misericordia o también Puerta de la Vida Eterna. La puerta se encuentra en el centro de la muralla este y era la única que permitía el acceso directo al Monte del Templo desde el este. En tiempos bíblicos, una puerta anterior en la misma ubicación o muy cercana, llamada Puerta de Susa, era utilizada con fines rituales. La puerta está cerrada desde 1541 por orden de Solimán el Magnífico porque, según la tradición judía, es la que utilizaría el Mesías para entrar en la ciudad. Los musulmanes crearon un cementerio en el exterior de la puerta, dado que estaban convencidos de la profecía de zacarias 9.9, el precursor del Mesías, que anunció que, en su esperada llegada por parte de los judíos, este no se atrevería a entrar en el lugar porque era un cohen. De hecho, la entrada en los cementerios les está teóricamente prohibida a los sacerdotes debido a la impureza (Lev. 10:06, Lev. 21:1-5, Ez. 44:20-25). Según los evangelios apócrifos fue ante la Puerta Dorada donde los padres de la Virgen María, Ana y Joaquín, protagonizan el encuentro en el que se abrazan al enterarse de su futura paternidad. Este episodio en particular será inmortalizado por Giotto y Durero.

Estoa Real
Estoa Real

La Estoa Real (en hebreo: הסטיו המלכותי‎, romanizado: Ha-stav ha-Mal'ḥuti, hastav hamaljutí), también conocida como Pórtico Real o Basílica Real,[1]​ fue una basílica construida por Herodes el Grande durante su renovación del Templo de Jerusalén a finales del siglo I a. C.[2]​ Probablemente la construcción secular más magnífica de Herodes,[3]​ la estructura de tres naves fue descrita por Josefo como merecedora de "ser mencionada más que cualquier otra bajo el sol".[4]​ Fue un centro de actividad pública y comercial,[5]​ posiblemente el sitio de la purificación del templo de Jesús.[6]​ Desde la Estoa Real se podían ver los barrios residenciales y comerciales de Jerusalén. En su esquina o pináculo suroeste, estaba el lugar desde el cual se tocaba el shofar para anunciar el comienzo del shabat y las fiestas. La Estoa Real fue destruida por el ejército romano durante el saqueo de Jerusalén en el año 70 d. C.[7]​ Hoy en día, en parte del espacio que ocupaba la estoa, se encuentra la Mezquita de Al-Aqsa. La explanada del Monte del Templo o Haram el-Sharif, actualmente no es accesible para investigaciones arqueológicas. Sin embargo, se han recuperado algunos artefactos de la estoa en excavaciones al pie de la plataforma, y otros que fueron reutilizados en construcciones posteriores en otras partes de la ciudad. Estas evidencias han confirmado los detalles acerca de la Estoa Real relatados por el historiador Flavio Josefo,[1]​ y también han permitido comparar la decoración con la utilizada en otros edificios monumentales de la misma época.[1]​

Mezquita de Al-Aqsa
Mezquita de Al-Aqsa

La mezquita de Al-Aqsa (en árabe: المسجد الاقصى‎ (transliterado: Al-Masyid Al-Aqsa) es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de la ciudad santa de Jerusalén. Masjid al-Aqsa se traduce del árabe al español como «la mezquita más lejana», lo que hace referencia al capítulo del Corán llamado «El Viaje nocturno», en el que se dice que Mahoma viajó de La Meca a la «mezquita más lejana» en el año 621 y desde allí ascendió a los Cielos a lomos de un equino[1]​ alado llamado al-Buraq al-Sharif.[2]​ Según la tradición musulmana, Mahoma dirigía las plegarias orientándolas hacia el lugar en el que se encuentra la Mezquita de al-Aqsa hasta que, al decimoséptimo mes de su peregrinaje de La Meca a Medina, cuando Alá le ordenó que se girara para mirar hacia la Kaaba, en La Meca. Después de la Cúpula de la Roca (690) y la Cúpula de la Cadena (691), la Mezquita de Al-Aqsa fue construida por la dinastía de los Omeyas y se concluyó en 710. Originalmente era una pequeña casa de plegarias erigida por Umar ibn al-Jattab, el segundo califa ortodoxo, pero fue el califa omeya Abd al-Malik quien comenzó su expansión y su hijo Walid I quien la concluyó en el año 705. Existen pruebas que confirman que la mezquita fue construida sobre las ruinas originales del Templo de Salomón.[cita requerida]La estructura de la mezquita fue destruida y reconstruida al menos cinco veces debido a sucesivos terremotos. El primero de estos llegó en el año 746 y destruyó por completo la mezquita, que sería reconstruida por el califa abasí al-Mansur en el año 754. Hay constancia de una nueva reconstrucción en el 780. Un nuevo terremoto arrasó gran parte de la mezquita en el año 1033, lo que originó su última gran reconstrucción en el año 1035, ordenada por el califa fatimí Ali az-Zahir bajo una nueva estructura que todavía se preserva en la actualidad. Los mosaicos del arco del extremo de la nave en el que se encuentra la alquibla datan de esta época. Durante las distintas reconstrucciones y renovaciones llevadas a cabo por las sucesivas dinastías califales se fueron añadiendo elementos arquitectónicos a la mezquita y sus exteriores, tales como su cúpula, su fachada, su minbar, sus minaretes y parte de su estructura interior. En tiempos del reino cruzado de Jerusalén, la mezquita se usó como palacio y se le llamó el Templo de Salomón, debido a que estaba edificada en el Monte del Templo, el mismo monte en el que en su día estuvo dicho templo. Cuando Saladino reconquistó Jerusalén en 1187, restituyó el culto musulmán en la Mezquita de al-Aqsa. Nuevas renovaciones, reparaciones y adiciones fueron llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos ayubíes, mamelucos y otomanos, así como por el Consejo Supremo Musulmán y por las autoridades jordanas. A día de hoy, la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra ocupada por Israel, pero la mezquita permanece bajo la administración de un waqf islámico dirigido por jordanos y palestinos. Al-Aqsa es la mezquita más grande de Jerusalén; puede albergar a 5000 personas dentro y alrededor de la mezquita. Se encuentra muy cerca de otros lugares de enorme relevancia religiosa para el judaísmo y el cristianismo, como el Monte del Templo, considerado el lugar más sagrado para los judíos. Parte del muro exterior que rodea a la Explanada de las Mezquitas es el Muro de las Lamentaciones, venerado por los judíos por tratarse de los restos de la muralla exterior que protegía el Templo de Salomón. Por este motivo, la Mezquita de al-Aqsa en concreto y la Explanada de las Mezquitas en general son «puntos calientes» del conflicto palestino-israelí.[3]​ Por ejemplo, es escenario de frecuentes enfrentamientos entre los fieles musulmanes y la policía israelí, entre los fieles musulmanes y los visitantes judíos al recinto, o entre estos mismos fieles musulmanes y los fieles judíos que oran en el Muro de las Lamentaciones, a los que en ocasiones arrojan piedras. La visita del líder de la oposición israelí Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas en el año 2000 fue entendida como una provocación por los palestinos y desencadenó la Segunda Intifada, conocida también como la Intifada de Al-Aqsa. Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, el brazo armado del partido palestino Fatah, tomaron su nombre de esta mezquita.

Monte del Templo
Monte del Templo

El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas es un lugar religioso considerado sagrado de aproximadamente 15 hectáreas ubicado en la ciudad vieja de Jerusalén. Los israelíes lo conocen como הַר הַבַּיִת (Har Ha-Bayit, lit. «Monte de la Casa» o «Monte del Templo», en alusión al antiguo templo) por los judíos y cristianos, mientras que los musulmanes lo denominan الحرم الشريف‎‎ (Haram esh-Sharif, lit. «El Noble Santuario») o الحرم القدسي الشريف (al-Ḥaram al-Qudsī al-Šarīf, lit. «El Noble Santuario de Jerusalén»). Actualmente, la explanada es uno de los lugares sagrados más disputados del mundo. Denominado por los musulmanes Noble Santuario está considerado el tercer lugar más santo en el islam (tras La Meca y Medina), y también es el lugar más sagrado del judaísmo, ya que en el monte Moriá se sitúa la historia bíblica del sacrificio de Isaac.[1]​ El sitio actual es una plaza plana rodeada por muros de contención (incluyendo el Muro de las Lamentaciones) que se construyó durante el reinado de Herodes el Grande para una expansión del templo. La plaza está dominada por tres edificaciones monumentales de principios del período omeya: la Mezquita de al-Aqsa, la Cúpula de la Roca y la Cúpula de la Cadena, así como cuatro minaretes. Las murallas y puertas herodianas, con adiciones hechas durante los períodos bizantino tardío e islámico temprano, atraviesan los flancos del monte. Actualmente se puede llegar allí por once puertas, diez de ellas reservadas para musulmanes y una para no musulmanes, con puestos de guardia de la policía israelí en las proximidades de cada una.[2]​ En virtud del "statu quo" vigente los judíos no pueden acceder a la Explanada para rezar, aunque sí pueden hacerlo en calidad de visitantes.[3]​ El recinto está bajo la custodia de Jordania pero controlado por Israel que mantiene la soberanía sobre Jerusalén desde la Guerra de los Seis Días de 1967.[3]​

Templo de Jerusalén
Templo de Jerusalén

El templo de Jerusalén (hebreo: בית המקדש, Beit Hamikdash) fue el santuario más importante del reino de Judá, y del judaísmo, hasta su destrucción en el año 70. Según la Biblia, se trataba del único santuario legítimo del pueblo israelita y contenía en su interior el Arca de la Alianza, un altar de oro, candeleros del mismo metal, una mesa con panes sagrados y demás utensilios empleados para llevar a cabo el culto del dios Yahweh.[1]​ [2]​ Se localizaba en la explanada del monte Moriá, en la ciudad de Jerusalén, posiblemente donde se encuentran la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa. Suelen distinguirse dos templos sucesivos: el llamado Primer Templo o Templo de Salomón fue construido, según la Biblia, por el rey Salomón para sustituir al Tabernáculo como único centro de culto para las doce tribus de Israel. Su construcción marcó una ruptura con la tradición hebrea según la cual el dios Yahweh moraba en una tienda, el tabernáculo, y no en una casa.[3]​ Los libros históricos de la Biblia, indican que fue saqueado por el faraón Sisac (Sheshonq I) en 925 a. C., profanado por algunos de los reyes de Judá y destruido por los babilonios durante el tercer asedio de Nabucodonosor II contra Jerusalén en 587 a. C. No hay restos arqueológicos del mismo. El Segundo Templo fue completado por Zorobabel en 515 a. C., cuando Judea estaba bajo soberanía persa, durante el reinado de Darío I y seguidamente consagrado por el sumo sacerdote Esdras. Se convirtió en el edificio más importante de la ciudad de Jerusalén y de Judea, hasta el punto que algunos autores denominaron a esta última un «estado-templo». Lugar de depósito de grandes tesoros, los reyes seleúcidas, a quienes Judea estaba sometida, intentaron saquearlo. En el reinado de Antíoco IV Epífanes fue profanado, convirtiéndose en un templo helenístico posiblemente consagrado al dios Zeus. Tras la revuelta macabea, fue purificado y vuelto a consagrar al culto de Yahveh por Judas Macabeo en 165 a. C.[4]​ A finales del siglo I a. C., fue ampliado y reconstruido por el rey Herodes, convirtiéndose en el punto focal del judaísmo. En la primera guerra judía, fue sitiado por los romanos y destruido por las legiones al mando de Tito en el año 70. Su principal vestigio es el Muro de las Lamentaciones, también conocido como Kotel o Muro Occidental.[5]​ Después de una efímera restauración del culto judío durante la revuelta de Bar Kojba en el siglo II, el área fue ocupada por un vasto complejo de santuarios helénicos construidos por orden de Adriano, en la ciudad de Aelia Capitolina, que sustituyó a Jerusalén. Durante el imperio de Juliano, conocido como el Apóstata por los cristianos, hubo un intento fallido de reconstruir el Templo. En el siglo VII, finalmente y con la ciudad en manos de los musulmanes, se construyó en el área la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa. Según algunas corrientes de la escatología judía, un Tercer Templo de Jerusalén será reconstruido con la llegada del Mesías.

Templo de Salomón
Templo de Salomón

El Templo de Salomón también conocido como el Primer Templo, según la narración bíblica, fue un templo de Jerusalén (hebreo = בֵּית-הַמִּקְדָּשׁ: Beit Ha-Miqdash) construido bajo el reinado de Salomón y terminado en el año 957 a. C. El Templo fue saqueado y luego destruido en el 586/587 a. C. a manos del rey babilónico Nabucodonosor II,[1]​ quien también deportó a los judíos a Babilonia. La destrucción del templo y la deportación se consideraron cumplimientos de la profecía y reforzaron las creencias religiosas judaicas.[2]​ La Biblia hebrea (Antiguo Testamento) describe cómo el padre de Salomón a David, el gran rey guerrero que unió a las tribus israelitas, capturó Jerusalén e introdujo en la ciudad el artefacto central de los israelitas, el Arca de la Alianza.[3]​ David eligió el monte Moriah en Jerusalén como lugar para un futuro templo que albergara el Arca, hoy conocido como el Monte del Templo o Haram al-Sharif.[2]​ Sin embargo, Dios no le permitió construir el Templo, pues había «derramado mucha sangre».[4]​ En su lugar, su hijo Salomón, conocido por ser un ambicioso constructor de obras públicas, lo edificó.[5]​ Colocó el Arca en el Sanctasanctórum, la sala más interior sin ventanas y la zona más sagrada del Templo.[6]​ En el Sanctasanctórum descansaba la presencia de Dios. Solo el sumo sacerdote podía entrar en la sala, una vez al año en el Día de la Expiación, llevando la sangre de un cordero sacrificado y quemando incienso.[6]​ Según la Biblia, el Templo no únicamente servía como edificio religioso, sino también como lugar de reunión para los israelitas.[2]​ A los judíos que habían sido deportados tras la conquista de Babilonia se les permitió finalmente regresar y reconstruir su templo, conocido como el Segundo Templo. Pero el edificio ya no albergaba el Arca, pues había desaparecido.[7]​ Los estudiosos dudan de la veracidad del relato bíblico, ya que no se ha encontrado ninguna prueba de la existencia del Templo de Salomón, además el Templo no se menciona en los relatos extrabíblicos.[8]​[9]​ Existe un acuerdo generalizado de que existía una estructura ritual en el Monte del Templo en el momento del asedio babilónico a Jerusalén, pero siguen existiendo serias dudas a la hora de atribuirlo o su construcción a Salomón, o a cualquier rey aproximadamente contemporáneo a su vida.[10]​ Los artefactos que supuestamente prueban la existencia del Templo de Salomón —una granada de marfil y una tablilla de piedra del siglo IX a.C.— han resultado ser falsos.[11]​ Muchos estudiosos creen que la inscripción en un fragmento de cerámica conocido como Ostracón 18, escrita alrededor del año 600 a. C., hace referencia al Templo de Jerusalén.[12]​[13]​ [14]​ De ser así, sería la única corroboración extrabíblica del Templo encontrada.

Templum Domini
Templum Domini

El Templum Domini[1]​ (traducción vulgata del hebreo: 'הֵיכָל ה "Templo del Señor") fue el nombre que le dieron los cruzados a la Cúpula de la Roca, en Jerusalén durante las Cruzadas. Se convirtió en un símbolo importante de Jerusalén, apareciendo en las monedas acuñadas durante el Reino Cristiano de Jerusalén. La Cúpula de la Roca se construyó a finales del siglo VII bajo el gobierno del quinto califa omeya Abd Al-Málik ibn Marwan en el sitio donde antes se encontraba el Segundo Templo Judío (o posiblemente fue añadido a un edificio bizantino ya existente desde el reino de Heraclio, 610-641). Tras la captura de Jerusalén en la Primera Cruzada (1099), la Cúpula de la Roca fue dada a los agustinos, que la convirtieron en una iglesia. cristiana, La adyacente mezquita de Al-Aqsa fue llamada Templum Solomonis (Templo de Salomón) por parte de los cruzados. Fue convertida primero en un palacio real. La imagen de la Cúpula, representando el "Templo de Salomón," se convirtió en un elemento iconográfico importante del Reino de Jerusalén. Los sellos reales de los Reyes de Jerusalén ilustraban a la ciudad simbólicamente combinando la Torre de David, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Cúpula de la Roca y los muros de la ciudad. Tras la terminación de la construcción del palacio real cerca de la Puerta de Jaffa, el Reino de Jerusalén le dio el edificio de la mezquita a los caballeros templarios, quienes lo mantuvieron como su cuartel general. La Cúpula aparecía en el reverso de los sellos de los Gran Maestres de los templarios (como Evrard des Barres y Renaud de Vichiers), y se convirtió en el modelo arquitectónico de las iglesias templarias redondas por toda Europa. Aunque la cercana Cúpula de la Ascensión fue construida como un baptisterio durante el periodo cruzado, ha permanecido desde entonces en manos de autoridades islámicas como parte del complejo más grande de la Cúpula de la Roca.