El pavimento de Ana Frank se encuentra en la calle de Séneca, en el tramo existente entre la Riera de San Miguel y la Vía Augusta, en la Villa de Gracia de Barcelona, y también se extiende hacia la calle de Minerva. Es uno de los pocos ejemplos de arte público en pavimento existentes en Barcelona, mucho más frecuentes en otras urbes como Lisboa. Consiste en incrustaciones hechas de acero y adoquines, en reconocimiento y honor a los colectivos y víctimas de la represión y persecución del nazismo y el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial y el período que la precedió, con especial dedicación a la personalidad de Ana Frank, como complemento a la plaza homónima, situada en no mucha distancia, y un espacio íntimo de recogimiento y reflexión a escasos metros de las principales arterias de tráfico y afluencia de la ciudad: la avenida Diagonal, el paseo de Gràcia, la Vía Augusta y la calle Mayor de Gracia. Uno de los principales motivos de esta opción fue evitar que el lugar terminara convirtiéndose, lamentablemente, en punto de enfrentamiento o disturbios entre detractores y defensores del ideario de extrema-derecha. Aunque los elementos son discretos y pasan bastante desapercibidos, más de una vez han sufrido ataques vandálicos y, consecuentemente, han tenido que ser reparados, conducta repetida, tristemente, en monumentos y espacios dedicados, en todo el mundo, a la figura de Ana Frank.