El santuario de Nuestra Señora de Monserrate de Orihuela (Provincia de Alicante, España) se encuentra situado extramuros de la ciudad en el barrio denominado arrabal Roig o Rabaloche. Alberga a la patrona de la ciudad y su historia se encuentra indisolublemente unida a la misma desde antes de su reconquista por los cristianos. Su arquitectura es grandiosa y perteneciente al barroco con influencias ya del neoclásico.
Pascual Madoz describe el santuario en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de 1845 como el más importante de la ciudad de Orihuela: «La de Nuestra Señora de Monserrate es sin duda la de más importancia; ya por su antigüedad, ya por la grandiosidad del edificio; su imagen se veneraba en tiempo de los sarracenos por los cristianos reunidos en el arrabal Roig e iglesia de San Juan bajo el título de Nuestra Señora de la Puerta, y por temor de alguna profanación fue escondida debajo de una campana y encontrada por el año 1306. Los catalanes que poblaron la ciudad después de la conquista, la titularon de Monserrat, y aunque los monjes de Cataluña de su orden se opusieron a ello, lo decidió a favor de Orihuela el Papa Sixto IV en 12 de agosto de 1483. Por de pronto le edificaron una ermita en el mismo sitio que fue hallada que es el propio que ocupó la mencionada parroquia de San Julián, y que todavía se conserva en una de las capillas de la nueva iglesia; esta se construyó a mediados del siglo XVIII sacando su puerta y fachada principal a la plaza del mismo nombre. Es tan capaz, que sobre una gran nave tiene seis capillas por cada lado con sus respectivos altares, sosteniendo sus cuatro torales una grande y hermosa media naranja; el retablo del altar mayor es de madera, si bien una obra completa. Tiene órgano, púlpito, sacristía muy espaciosa y dos torres principales de sillería, con una provisional que sostiene tres campanas. En esta ermita hay fundada una cofradía compuesta de mayor de los habitantes de la ciudad, su huerta y campo: la imagen es la patrona de la población, y cuando ocurre alguna calamidad pública se lleva en procesión a la catedral, donde se coloca junto al altar mayor. Todos los años se celebra su festividad y novenario en dicha catedral, que principia en 8 de septiembre haciendo repique de campanas, fuegos artificiales y otras diversiones públicas».