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Sitio de Cesaracosta (542)

542Batallas de España del siglo VIBatallas de Francia del siglo VIBatallas de los francosBatallas de los visigodos
Historia militar de Zaragoza durante el periodo visigodoSitios de Zaragoza

El sitio de Caesaraugusta del año 542 fue un asedio llevado a cabo por el rey franco Childeberto I sobre la ciudad de Caesaraugusta. La defensa estuvo comandada por el dux Teudiselo, que logró resistir el embate franco durante cuarenta y nueve días. La crónica de Gregorio de Tours atribuye el levantamiento del asedio por el impacto que entre los invasores francos tuvo una procesión invocando la ayuda del patrón de la ciudad, san Vicente. A cambio de su retirada, los francos exigieron reliquias del santo, con las que fundaron la abadía de Saint-Germain-des-Prés en París.

Extracto del artículo de Wikipedia Sitio de Cesaracosta (542) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores).

Sitio de Cesaracosta (542)
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Reino de Aragón
Reino de Aragón

El reino de Aragón fue uno de los reinos hispánicos del noreste de la península ibérica. Surgió en la región pirenaica central en 1035 tras la unión de los condados carolingios de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.[1]​ Posteriormente se expandió hacia el sur, a medida que se hacía con el dominio de territorios musulmanes, hasta llegar a ocupar la superficie correspondiente a la actual comunidad autónoma de Aragón. No debe confundirse con la corona de Aragón, conjunto de territorios de los que era soberano el rey de Aragón. En un primer momento consistían en el propio reino de Aragón más las posesiones del conde de Barcelona, y posteriormente se añadieron por conquista el reino de Mallorca, el reino de Valencia, y varios territorios en el Mediterráneo. Si bien nunca tuvo la consideración de reino, Cataluña era uno de los territorios integrantes de la Corona, y al concentrar gran peso poblacional y militar, se le solía considerar por simplificación uno de los "reinos" de la Corona de Aragón.[2]​ A partir de finales del siglo XV, tras el matrimonio de los Reyes Católicos, tuvo lugar la Unión Dinástica de las Coronas de Aragón y de Castilla. Sin embargo, y a diferencia de la Corona de Castilla, la Corona de Aragón siguió funcionando como una monarquía compuesta y pactista, en la que los territorios compartían a un mismo monarca pero mantenían diferentes leyes, instituciones y maneras de relacionarse con el rey. Así, el Reino de Aragón, como los demás territorios de la Corona de Aragón, mantuvo sus fueros e instituciones hasta que en 1707, en el contexto de la guerra de Sucesión española, el rey Felipe V, primer rey de la casa de los Borbón, derogó sus fueros, abolió el Consejo de Aragón y el resto de instituciones propias, como el Justicia, la Diputación o las Cortes de Aragón, imponiendo las leyes e instituciones de la Corona de Castilla,[3]​ a través de los Decretos de Nueva Planta. Aragón continuaría considerándose una división territorial de España hasta 1833, cuando Javier de Burgos estableció la división territorial por provincias, suprimiendo la división por reinos.[4]​ Los demás territorios de la antigua corona de Aragón también vieron abolidas sus instituciones y leyes tras los diferentes Decretos de Nueva Planta: las cortes del principado de Cataluña, del reino de Valencia y del reino de Mallorca, como las de Aragón, pasaron a partir de entonces a ser convocadas conjuntamente con las Cortes de Castilla.

Palacio de la Aljafería
Palacio de la Aljafería

El palacio de la Aljafería (en árabe: قصر الجعفرية‎, tr. Qaṣr al-Jaʿfariyah, por derivación de uno de los nombres del rey que lo mandó construir, Abú Yaáfar al-Muqtádir)[1]​ es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este palacio de recreo (llamado entonces Qasr al-Surur o 'palacio de la Alegría') refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural. Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio del arte hispanomusulmán de la época de las taifas. De modo que, si se conserva un magnífico ejemplo del califato de Córdoba, su mezquita (siglo X), y otro del canto de cisne de la cultura islámica en al-Ándalus, del siglo XIV, la Alhambra de Granada, se debe incluir en la tríada de la arquitectura hispanomusulmana el palacio de la Aljafería de Zaragoza (siglo XI) como muestra de las realizaciones del arte taifa, época intermedia de reinos independientes anterior a la llegada de los almorávides. Los «restos mudéjares del palacio de la Aljafería» fueron declarados individualmente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 como parte del conjunto «Arquitectura mudéjar de Aragón».[2]​ Las soluciones adoptadas en la ornamentación del palacio de la Aljafería, como la utilización de arcos mixtilíneos y de los salmeres en «S», la extensión del ataurique calado en grandes superficies o la esquematización y abstracción progresiva de las yeserías de carácter vegetal, influyeron decisivamente en el arte almorávide y almohade tanto del Magreb como de la península ibérica. Asimismo, la transición de la decoración hacia motivos más geométricos está en la base del arte nazarí. Tras la conquista de Zaragoza en 1118 por Alfonso I el Batallador pasó a ser residencia de los reyes cristianos de Aragón, con lo que la Aljafería se convirtió en el principal foco difusor del mudéjar aragonés. Fue utilizada como residencia regia por Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387) y posteriormente, en la planta principal, se llevó a cabo la reforma que convirtió estas estancias en palacio de los Reyes Católicos en 1492. En 1593 experimentó otra reforma que la convertiría en fortaleza militar, primero según diseños renacentistas (que hoy se pueden observar en su entorno, foso y jardines) y más tarde como acuartelamiento de regimientos militares. Sufrió reformas continuas y grandes desperfectos, sobre todo con los Sitios de Zaragoza de la Guerra de la Independencia hasta que finalmente fue restaurada en la segunda mitad del siglo XX y actualmente acoge las Cortes de Aragón. En su origen, la construcción se hizo extramuros de la muralla romana, en el llano de la saría o lugar donde los musulmanes desarrollaban los alardes militares conocido como La Almozara. Con la expansión urbana a través de los años, el edificio ha quedado dentro de la ciudad. Se ha podido respetar a su alrededor un pequeño entorno ajardinado.