El Museo de los Agustinos es un museo de Bellas Artes ubicado en el antiguo convento de los Agustinos de Toulouse, en Francia, que alberga las mejores etapas de la historia del arte, pintura y escultura, desde la época paleocristiana a los primeros años del siglo XX.
Alrededor del claustro, donde se han reconstituido los jardines de la época medieval, se despliegan las antiguas salas de la vida monástica y en particular la iglesia. Abierto al público en 1793 por decreto de la Convención muy poco tiempo después del Louvre, lo que lo convierte en uno de los museos más antiguos de Francia tras el Museo central de París,[1] acogió en un principio al «Muséum Provisoire du Midi de la République» y la Escuela de las Bellas Artes. La colección se constituye a partir de depósitos del estado principalmente. A principios del siglo XIX fueron destruidos varios espacios, sobre todo el refectorio; en su lugar, Eugène Viollet-le-Duc edificó una impresionante escalera y las salas de exposición, entre 1873 y 1901.
En una preocupación tanto estética como histórica, un conjunto de esculturas góticas se expone en las salas góticas que se encuentran sobre el claustro. Las pinturas religiosas del siglo XV al XVII (Pietro Perugino, Rubens) se encuentran en la iglesia con una sobriedad ejemplar, junto con un órgano construido por Jürgen Ahrend en 1981, como complemento de la rica herencia organística de Toulouse.
En el ala más reciente, edificada en 1888, la planta baja expone un fondo único, verdadero panorama de la evolución de la escultura románica. La escalera monumental de esta ala, bordeada por esculturas del siglo XIX, conduce a los salones de primer piso, donde se reúnen varias esculturas (Rueden, Falguière, Camille Claudel) y sobre todo las obras de las diferentes escuelas de pintura tolosanas (Chalette, Tournier), francesas (Valenciennes, Eugène Delacroix, Corot), italianas, flamencas y neerlandesas del siglo XVII al XX (Guido Reni, Guardi).