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Fuerte de Rapitán

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Fuerte Rapitán panoramio
Fuerte Rapitán panoramio

El Fuerte de Rapitán es un fuerte poligonal del siglo XIX situado en la ciudad española de Jaca (Aragón). Situado en el monte de la misma denominación, con una altura de 1.142 m.s.n.m,, formó parte del inconcluso Campo Atrincherado de Jaca. En sus proximidades se construyó la denominada Batería Baja del oeste y estaba prevista la construcción de otra batería al este cuya construcción no se llevó a cabo. Su ubicación en la entrada del valle del río Aragón le confería una importancia estratégica decisiva en la defensa fronteriza del estado. Se trata de un emplazamiento artillero para dieciocho piezas de gran calibre y con estancias para los servidores y defensores de la posición. Como tal, la mayor parte de la obra se encuentra enterrada para estar a cubierto del fuego enemigo. Nunca entró en acción.

Extracto del artículo de Wikipedia Fuerte de Rapitán (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Fuerte de Rapitán
Calle de Rapitán,

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 42.588808333333 ° E -0.53647777777778 °
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Dirección

Calle de Rapitán
22700
Aragón, España
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Fuerte Rapitán panoramio
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Lugares cercanos

Monasterio de San Pedro (Jaca)

El monasterio de San Pedro, en la localidad española de Jaca, fue un monasterio, actualmente desaparecido, del que se tiene constancia por la intervención arqueológica que se realizó en los primeros años del siglo XXI en el subsuelo de la plaza de San Pedro del municipio de Jaca, así como por documentos antiguos en los que se habla de su existencia, como por ejemplo la Crónica de San Juan de la Peña.[1]​ Las excavaciones, dirigidas por Julia Justes Floría,[2]​ permitieron descubrir los restos de lo que debió ser la antigua iglesia de San Pedro el Viejo, un templo que presentaba planta rectangular pequeña con una cabecera y un altar perfectamente definidos. Tras el descubrimiento, los arqueólogos consideraron que los restos podían datarse en la primera mitad del siglo X, alrededor del año 922 o 930.[3]​ Junto con las ruinas de la iglesia también se encontraron dos zonas de necrópolis situadas respectivamente al sur y al norte de la iglesia, que debieron estar en uso desde mediados del siglo X al siglo XIX, por la variedad de tipología de los enterramientos. Los expertos consideran que los enterramientos más antiguos podrían datarse entre los siglos XI y el XIV.[3]​ Tras meses de debates se decidió que los restos se volvieran a cubrir, tapándose con una malla y posteriormente con arena que terminaba con una capa de grava. Para dejar constancia de los restos del subsuelo se consideró adecuado la colocación de una maqueta explicativa de los mismos.[4]​