place

Cementerio General de Santiago

Cementerio General de Santiago
Cementerio General fachada
Cementerio General fachada

El Cementerio General de Santiago, se ubica en la comuna de Recoleta.[1]​ Cuenta con 86 hectáreas, donde se encuentran cerca de dos millones de personas sepultadas.[2]​[3]​ Está ubicado en el polígono conformado por las calles México (norte), Av. Recoleta (oriente), La Unión (sur-oriente), Av. Profesor Zañartu (sur) y San José (occidente). El Cementerio General es administrado por la Municipalidad de Recoleta. En este cementerio yacen casi todos los directores supremos y presidentes de la República, así como la mayoría de los personajes más relevantes de la historia de Chile.[3]​

Extracto del artículo de Wikipedia Cementerio General de Santiago (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Cementerio General de Santiago
Bello, Recoleta Recoleta

Coordenadas geográficas (GPS) Dirección Lugares cercanos
placeMostrar en el mapa

Wikipedia: Cementerio General de SantiagoContinuar leyendo en Wikipedia

Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N -33.413786111111 ° E -70.648752777778 °
placeMostrar en el mapa

Dirección

Memorial por la Diversidad de Chile

Bello
7690000 Recoleta, Recoleta
Región Metropolitana de Santiago, Chile
mapAbrir en Google Maps

Cementerio General fachada
Cementerio General fachada
Compartir la experiencia

Lugares cercanos

Mausoleo de José Manuel Balmaceda

El mausoleo de José Manuel Balmaceda, Presidente de Chile entre 1886 y 1891, está ubicada en el Cementerio General de Santiago,[1]​ lugar donde los estudiantes han ido por décadas a pedirle favores, escribiéndole en la pared del mausoleo y en agradecimientos a los "milagros" dejan sus cuadernos y exámenes en el interior junto a la tumba[2]​ Es interesante destacar que Balmaceda ni siquiera era católico, fue el mero hecho de morir violentamente por medio del suicidio, cuando fue derrotado en la Guerra Civil de 1891, lo transforma en una animita útil para los jóvenes estudiantes santiaguinos, quienes le piden ayuda en los exámenes o con sus amores.[2]​ La Iglesia católica no apoya estas manifestaciones religiosas ya que corresponden a un sincretismo cultural. Es posible que más que una fe similar a otras animitas de cementerio donde los fieles se caracterizan por ser de más edad, aquí sea considerado más bien un juego ya que no se ven las típicas placas de agradecimientos por favor concedido, sino más bien el simple acto de arrojar cuadernos y pruebas en el interior del mausoleo, los cuales se retiran periódicamente en vez de permanecer como testimonio. Si bien en las décadas anteriores se había manifestado este fenómeno, es claro que retomó fuerza durante los últimos años posiblemente por alumnos de un Liceo homónimo de las cercanías o del Liceo Emilia Toro de Balmaceda nombre de la esposa del prócer enterrada en el mismo mausoleo quien también ha sido objeto de homenajes.