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Capilla de Marcús

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Capella Marcús P1040514
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La capilla de Marcús (en catalán, Capella d'en Marcús) es una de las más antiguas de Barcelona, cuya fundación junto a la de un hospital y un cementerio se debe al poderoso banquero Bernat Marcús.[1]​ De estilo románico, se encuentra situada en la confluencia de las calles de Carders y Moncada y todavía hoy se puede contemplar una parte de su estructura original del siglo XII. La capilla cuenta con una cripta construida con casi toda probabilidad en el siglo XVII en un momento en que los actos religiosos que aquí se celebraban eran muchos, bien por la Cofradía de Correos, bien por los feligreses de la parroquia de San Cugat del Rec de cuyo mártir hay una reliquia a los pies de la Virgen María. Aunque esta capilla se conoce con el nombre de Capilla de Marcús, en clara alusión a su fundador, de hecho ha estado siempre dedicada a la Virgen María, bajo la advocación de "Virgen de la Guía”. Este patrocinio quizás pueda deberse al hecho de que Bernat Marcús era de ascendencia griega y en este país, al igual que en todas las iglesias orientales, el culto a María unido a la teología de la Encarnación, tiene una fuerza especial.

Extracto del artículo de Wikipedia Capilla de Marcús (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Capilla de Marcús
Placeta d'en Marcús, Barcelona

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Capella d'en Marcús

Placeta d'en Marcús
08001 Barcelona (Ciutat Vella)
Cataluña, España
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Capella Marcús P1040514
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Lugares cercanos

Síndico de Agravios de Cataluña
Síndico de Agravios de Cataluña

El Síndico de Agravios de Cataluña[1]​ (oficialmente, en catalán, Síndic de Greuges de Catalunya) es el nombre del Defensor del Pueblo de la comunidad autónoma de Cataluña, en España. Es una de las instituciones de la Generalidad de Cataluña cuyas funciones se definen en los artículos 78 y 79 del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006. Su misión es garantizar el derecho de todas las personas a una buena administración gubernamental. Debe atender las quejas de las personas que se encuentren desamparadas ante la actuación o la falta de actuación de las administraciones. A fecha de 6 de junio de 2012, la institución del Síndic de Greuges tiene 87 trabajadores, y goza de autonomía presupuestaria. Al finalizar el ejercicio anual se edita la memoria de actividades realizadas durante el periodo. El Estatuto de Autonomía establece que sus funciones son proteger y defender los derechos y las libertades que reconocen tanto la Constitución española de 1978 como el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Supervisa la actividad de la Administración de la Generalidad, la de los organismos públicos o privados vinculados o dependientes, la de las empresas privadas que gestionan servicios públicos o cumplen actividades de interés general o universal o actividades equivalentes de manera concertada o indirecta y la de las demás personas con un vínculo contractual con la Administración de la Generalidad y con las entidades públicas dependientes. También supervisa la actividad de la Administración local de Cataluña y la de los organismos públicos o privados vinculados o dependientes. Cabe señalar que el defensor del pueblo presentó un recurso, debido principalmente al artículo donde se señala que el Síndico tiene carácter exclusivo. El síndico es elegido por el Parlamento de Cataluña por mayoría de tres quintas partes de sus miembros por una duración de nueve años. En el caso de que no se consiga la mayoría de las tres quintas partes, se volverá a iniciar el mismo procedimiento. Si transcurridos tres meses ninguno de los candidatos propuestos obtiene la mayoría establecida por el apartado anterior, en la votación subsiguiente bastará con la mayoría absoluta. Ha de ejercer sus funciones con imparcialidad e independencia, y es inviolable por las opiniones expresadas en el ejercicio de sus funciones, es inamovible y únicamente puede ser destituido y suspendido por las causas que establece la ley. Los Síndicos de Cataluña han sido: Frederic Rahola i d'Espona 1984-1992 Anton Cañellas i Balcells 1993-2004 Rafael Ribó i Massó 2004-2022 Esther Giménez-Salinas i Colomer 2022-actualidad

Mercado de Santa Caterina
Mercado de Santa Caterina

El Mercado de Santa Catalina es una plaza de abastos ubicada en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera de Barcelona. Construido en 1844 y remodelado en 2005 sobre un antiguo convento, del que heredó el nombre, es el mercado cubierto más antiguo de la ciudad. El mercado de Santa Catalina es un edificio aislado que ocupa una manzana entre la avenida Francesc Cambó y las calles de Freixures, de en Giralt el Pellisser y de Colomines. Se encuentra muy cerca de la Vía Layetana, del Palau de la Música, de Santa María del Mar y de la Catedral gótica Del edificio neoclásico original se conservan la fachada principal y las laterales. La fachada principal está formada por una serie de arcadas de arco de medio punto sobre las que hay una cornisa y una barandilla de balaustres. En el centro está la puerta formada por dos pilastras con capitel dórico, que queda a la altura de la cornisa, que aguantan un alto muro con un arco de medio punto dentro y, encima, un frontón sin decoración. En las fachadas laterales se repite el esquema de arcadas y balaustrada combinado con puertas similares a la principal. En cada fachada lateral se abren tres puertas y las centrales el frontón es sustituido por un entablamento sobre el que hay un muro escalonado, y la clave de bóveda del arco de medio punto está resaltado. La fachada posterior se rehízo en la remodelación del 2005. Esta fachada no hace una línea recta como las otras sino que hace una diagonal creando líneas angulosas. La parte inferior es un gran escaparate de vidrio con columnas de hierro. La parte superior recorre las formas curvas del tejado y está decorado con rectángulos de madera cubierto por tablones como si fueran patente pegados al muro. El tejado también es fruto de la reforma del siglo XXI y toma un gran protagonismo. Hace unas líneas ondulantes que en algunos puntos llegan a ser arcos parabólicos. La cubierta está sostenida por una encaballada de madera, allí donde las ondulaciones son menos pronunciadas, y por vigas de hierro. En las fachadas principal y posterior las vigas se apoyan sobre grupos de tubos de hierro que llegan hasta el suelo y cogen formas retorcidas. Además, en la fachada posterior sobresale una gran viga de obra. El tejado por la parte interior está forrada de madera pero externamente está cubierta por un mosaico cerámico de 4.200 metros cuadrados con los colores de las frutas y las verduras. En el interior, los pasillos con las paradas siguen líneas irregulares, lo que da sensación de amplitud. Toda la estructura de la cubierta es visible. Encima de la puerta principal hay una pequeña estructura de madera con la figura de Santa Caterina. En la parte posterior del edificio se ha reservado un espacio donde se han dejado visibles los restos del antiguo convento de Santa Caterina. Junto con los restos, el MUHBA ha instalado una serie de paneles para explicar la historia y facilitar la compresión de los restos.

Convento de San Agustín Viejo
Convento de San Agustín Viejo

El convento de San Agustín Viejo (en catalán: convent de Sant Agustí Vell) fue construido a partir de 1349 y finalizado en torno a 1506, estaba situado en el barrio de la Ribera de Barcelona. Su ubicación era en la zona donde trabajaban los menestrales dedicados al tratamiento de las pieles, sazonadores y curtidores, una actividad que requiere de un alto consumo de agua, razón por la que se ubicaba alrededor de la Acequia Condal que pasaba por la calle de la Acequia y por el actual emplazamiento del mercado del Borne. La iglesia fue destruida en 1716 y la orden de los agustinos se trasladó a la Iglesia de San Agustín inaugurada en 1750. Para conocer la morfología de la desaparecida iglesia puede compararse con la iglesia de San Juan Bautista de Valls, ya que en 1569 se decidió tomar la iglesia de San Agustín como referente. Así pues, la iglesia debía medir poco más de 58 metros de largo por casi 15 metros de ancho, además de las capillas laterales, y la altura estaría cercana a los 25 metros.[1]​ En el contexto de crisis social y económica que caracterizó el final de la Baja Edad Media, la sensación de provisionalidad vital de la sociedad llevaba a un profundo sentimiento religioso y a la necesidad de desarrollar estructuras solidarias donde encontrar seguridad física, profesional y, finalmente, espiritual. En este contexto, con una crisis demográfica consecuencia de las guerras y de la peste que asolaron Cataluña, el individualismo no tenía razón de ser y los gremios y cofradías aportaban un grado de seguridad en un entorno cambiante y se convirtieron en organizaciones potentes que conformaban un poder político en cohesionar un grupo de la sociedad en plena evolución. Tener capilla propia dentro de una iglesia y su decoración con un retablo, eran la máxima representación material de sus valores.[2]​ El gremio de Curtidores tenía una hermandad o cofradía fundada a principios del siglo XV. Sus ordenanzas fueron aprobadas por el rey Martín el Humano, a Segorbe, el 18 de octubre de 1401, a instancia de los prohombres de los curtidores y fueron confirmadas en Barcelona, el 23 de junio de 1405. Según éstas, los curtidores veneraban como patrón a San Agustín y tuvieron su propia capilla en el convento desde 1401.[3]​ Es la sede del Archivo Fotográfico de Barcelona y del Museo del Chocolate. El CRAI Biblioteca de Reserva de la Universidad de Barcelona conserva, a raíz de la desamortización de los conventos de 1835, los fondos provenientes del Convento de Sant Agustí, que actualmente suman casi mil ediciones.[4]​ Asimismo, ha registrado y descrito algún ejemplo de las marcas de propiedad que identificaron el convento a lo largo de su existencia.[5]​