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Puente del Arzobispado

Francia en 1828IV Distrito de ParísPuentes de Francia del siglo XIXPuentes de arcos múltiples de piedra en FranciaPuentes en ámbitos declarados Patrimonio de la Humanidad en Francia (Riberas del Sena en París)
Puentes inaugurados en 1828V Distrito de París
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El puente del Arzobispado (del francés: Pont de l'Archevêché) es un puente parisino sobre el río Sena que une el IV Distrito con el V Distrito a la altura de la Isla de la Cité. En 1999, quedó incluido dentro de la delimitación del ámbito de Riberas del Sena en París, bien declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[1]​

Extracto del artículo de Wikipedia Puente del Arzobispado (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Puente del Arzobispado
Puente del Arzobispado, París Paris 5e Arrondissement (París)

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Latitud Longitud
N 48.85166667 ° E 2.35166667 °
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Dirección

Pont de l'Archevêché

Puente del Arzobispado
75005 París, Paris 5e Arrondissement (París)
Isla de Francia, Francia
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Lugares cercanos

Coronación de Napoleón
Coronación de Napoleón

Napoleón fue coronado Emperador de los franceses el domingo 2 de diciembre de 1804 (11 de Frimaire, Año XIII según el calendario republicano francés), en Notre-Dame de París en París. Marcó «la instanciación del imperio moderno» y fue una «pieza de propaganda moderna transparentemente ideada».[1]​ Napoleón quería establecer la legitimidad de su reinado imperial, con su nueva dinastía y su nueva nobleza. Para ello, diseñó una nueva ceremonia de coronación a diferencia de la utilizada para los reyes de Francia, que había enfatizado la consagración (sacre) y unción del rey y que fue conferida por la arzobispo de Reims en la Catedral de Reims.[2]​ La de Napoleón fue una ceremonia sagrada celebrada en la gran catedral de Notre Dame de París en presencia del Papa Pío VII. Napoleón reunió varios ritos y costumbres, incorporando ceremonias de la tradición de la Carolingia, del Antiguo Régimen y de la Revolución Francesa, todo ello presentado con un suntuoso lujo.[3]​ La Constitución del Año XII, promulgada el 28 de floreal (18 de mayo de 1804) bajo la forma de senadoconsulto orgánico, había conferido el gobierno de la República Francesa a un emperador, que tomaría el título de emperador de los franceses», y había establecido que «la dignidad imperial es hereditaria en la descendencia directa, natural y legítima de Napoleón».[4]​ La elevación de Napoleón a emperador fue aprobada por los ciudadanos franceses de forma abrumadora en el Reférendum constitucional francés de 1804. Entre las motivaciones de Napoleón para ser coronado estaban las de ganar prestigio en los círculos internacionales monárquicos y católicos y sentar las bases de una futura dinastía.[2]​: 243 

Catedral de Notre Dame (París)
Catedral de Notre Dame (París)

La catedral de Notre Dame (en francés: Cathédrale Notre-Dame, lit. Catedral de Nuestra Señora) es una catedral de culto católico, sede de la archidiócesis de París, la capital de Francia. Dedicada a la Virgen María, madre de Jesucristo, se sitúa en la pequeña isla de la Cité, rodeada por las aguas del río Sena. Es uno de los monumentos más populares de la capital francesa. Se trata de uno de los edificios más señeros y antiguos de cuantos se construyeron en estilo gótico. El uso innovador de la bóveda de crucería y del arbotante, los enormes y coloridos rosetones y el naturalismo y la abundancia de decoración escultórica lo diferencian de la arquitectura románica. Su edificación comenzó en el año 1163 y, para 1260, ya estaba completada en su mayor parte, aunque se terminó en el año 1345 y se modificó de manera frecuente a lo largo de los siglos siguientes, debido a necesidades de renovación y también por la evolución del gusto dominante. En 1786 la aguja central, dañada por las inclemencias del tiempo, hubo de ser desmontada. Durante la década de 1790, tras la Revolución francesa, Notre Dame fue desacralizada y sufrió el robo y dispersión de muchos de sus bienes así como la profanación de parte de su imaginería religiosa, que quedó dañada y destruida. Tras ser empleada como almacén, en 1802, se devolvió su uso a la Iglesia católica gracias a Napoleón Bonaparte, quien se coronaría emperador en Notre Dame dos años después. Con todo, el templo subsistió en modestas condiciones hasta que la publicación en 1831 de Nuestra Señora de París, novela escrita por Victor Hugo y cuyo escenario principal era Notre Dame, reavivó el interés popular por la vieja catedral parisina. El arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, defensor del naciente estilo neogótico, encabezó un proyecto de restauración que comenzó en 1845 y se prolongó durante un cuarto de siglo; esta intervención, demasiado audaz según algunos historiadores, no solo reparó ornamentos dañados sino que también incorporó elementos enteramente nuevos, como una nueva aguja de 96 metros de altura y las hoy célebres Quimeras, y demolió los edificios circundantes. Ya en 1963 se procedió a limpiar de hollín la fachada, que así recuperó su color original. Entre 1991 y 2000 se llevó a cabo una nueva campaña de limpieza y restauración, pero el edificio seguía necesitando intervenciones en otras partes, como su aguja central, y (tras dificultades para reunir financiación) las reparaciones se reactivaron en 2019. El 15 de abril de 2019, el edificio sufrió daños catastróficos a causa de un incendio; dos tercios de la techumbre fueron destruidos, la aguja central de Viollet-le-Duc cayó y los rosetones quedaron dañados. El fuego pudo deberse a un descuido durante las obras de remozamiento que se estaban efectuando, pero esta suposición está sujeta a una investigación ahora en curso.

Batalla de Lutecia (52 a. C.)
Batalla de Lutecia (52 a. C.)

La batalla de Lutecia fue una victoria de los romanos de Tito Labieno a una coalición gala al mando de Camulógeno para controlar Lutecia, antecesora de la actual París, en el 52 a. C. Mientras Julio César estaba ocupado en Gergovia con seis legiones, su lugarteniente Labieno fue enviado con otras 4 a someter a los parisios y senones.[1]​ Tras tomar el oppidum de Metiosedum o Melodunum (actual Melun), los romanos cruzaron el río Sena[2]​ pero amenazados por un gran ejército de belovacos deciden volver a traspasarlo para reunirse con su comandante en Agedincum pero los galos bloquearon su camino para impedirle retroceder.[3]​ Labieno deja cinco cohortes defendiendo el campamento mientras con tres legiones cruza el río en canoas de noche.[4]​ Labieno tomó por sorpresa a los exploradores enemigos. Camulógeno reunió a sus fuerzas, envió una pequeña parte a Metiosedum y con el resto salió a enfrentar a los romanos.[5]​ En el combate decisivo las primeras filas galas son destrozadas por los pilum romanos pero finalmente logran plantar cara a la Legio VII (ala derecha) y legio XII (izquierda). La lucha era incierta hasta que los tribunos militares de la VII lograron atacar por la retaguardia a los galos de su sector para masacrarlos. Entonces la reserva enemiga intervino, tomó una colina pero fue demasiado tarde y fue incapaz de retenerla cuando los romanos cargaron en su contra y se retiró. Labieno envió a sus jinetes a perseguir sin piedad a los fugitivos y volvió a Agedincum para unirse a César con todas sus fuerzas.[6]​