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Asociación para el Progreso de la Dirección

Asociaciones de EspañaOrganizaciones con sede en MadridOrganizaciones fundadas en 1956

La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) es una entidad privada e independiente creada en 1956 sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública y de ámbito internacional que tiene como objetivo construir el Bien Común a través del desarrollo profesional y personal de directivos y empresarios, junto a empresas y profesionales que creen, como nosotros, en la necesidad de una sociedad más fuerte, dinámica y preparada para afrontar los retos presentes y futuros. Alejada de todo planteamiento político o de cuanto represente la defensa de intereses corporativos y profesionales, APD ha conseguido, gracias a su objetividad e independencia, ser uno de los más prestigiosos foros de debate y contactos a nivel nacional e internacional. La innovación ha sido uno de los elementos que han dirigido la Asociación desde su nacimiento. En APD se está en permanente vigilancia para debatir sobre las últimas tendencias en formatos atractivos y eficaces para los asistentes a las distintas jornadas, seminarios y cursos que se organizan. APD favorece el debate, el intercambio de experiencias y de ideas desde el más absoluto respeto a la diversidad y a las opiniones de todos, no tomando partido por ninguna de ellas.

Extracto del artículo de Wikipedia Asociación para el Progreso de la Dirección (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores).

Asociación para el Progreso de la Dirección
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Palacio de Cibeles
Palacio de Cibeles

El Palacio de Cibeles (denominado antes Palacio de Telecomunicaciones o Palacio de Comunicaciones) es un conjunto integrado por dos edificios de fachada blanca ubicados en uno de los centros del Madrid histórico, España. Se erigen en un lateral de la plaza de Cibeles en el barrio de los Jerónimos (distrito Retiro) y ocupan alrededor de 30 000 metros cuadrados de lo que fueron los antiguos Jardines del Buen Retiro.[6]​ La elección del sitio generó cierta polémica en su época por privar a Madrid de un lugar de recreo.[7]​ La primera piedra del edificio se colocó en el año 1907 y se inauguraría oficialmente el 14 de marzo de 1919, comenzando su funcionamiento como moderna central de distribución de correos, telégrafos y teléfonos. Tras algunas evoluciones arquitectónicas del exterior del edificio —como la ampliación en dos pisos hacia la calle y pasaje de Montalbán— comenzó a albergar las dependencias municipales del Ayuntamiento de Madrid a finales de 2007, trasladando sus dependencias desde la Casa de la Villa y Casa de Cisneros, ambas ubicadas en la plaza de la Villa. Esta reforma de comienzos del siglo XXI en el edificio incluyó además un área cultural denominada "CentroCentro". El conjunto es desde el punto de vista de la arquitectura española uno de los primeros ejemplos de arquitectura modernista, y más representativos, erigidos en el centro de Madrid,[8]​ con su fachada de evocaciones neoplaterescas y barroco salmantino.[9]​ El edificio, mediante concurso municipal, fue diseñado por los jóvenes arquitectos españoles Antonio Palacios y Joaquín Otamendi como sede para la Sociedad de Correos y Telégrafos de España,[10]​ estos fueron autores también de los proyectos del puente de Bilbao, casino de Madrid y puente de San Sebastián. Este trabajo fue el inicio de la fulgurante carrera constructiva de ambos arquitectos. Los motivos decorativos de la fachada y del interior fueron realizados por el escultor romántico Ángel García Díaz, colaborador habitual de Antonio Palacios.[11]​ Uno de los objetivos del diseño era la construcción de «un edificio para el público». Los edificios, tras su edificación y debido a su funcionamiento normal, fueron acusando poco a poco las modificaciones realizadas, con lo que se realizaron nuevas reformas realizadas para la mejora de los sistemas de comunicación. De esta forma se llevaron a cabo modificaciones en ambos edificios en la década de 1960, dirigidas por Alejandro de la Sota y trabajos de reparación y reformas realizadas entre 1980 y 1992 por Antonio de Sala-Navarro y Reverter. El declive del uso del correo postal a finales del siglo XX fue haciendo poco a poco mella en las funciones del conjunto de edificios, como consecuencia fue perdiendo protagonismo. En 1993 fue declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento.[12]​ A comienzos del siglo XXI se incorporó al patrimonio municipal y se convirtió en centro cultural y sede del Ayuntamiento de Madrid.

Batalla de Madrid
Batalla de Madrid

La batalla de Madrid, denominada también como defensa de Madrid, es el conjunto de episodios bélicos sucedidos en la zona de Madrid durante el transcurso de la guerra civil española. Tras el golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936, la sublevación militar diseñada por el general Mola tiene lugar con éxito en el protectorado español de Marruecos y parte del norte de España. Tras el fracaso de la rebelión en Madrid en los días posteriores al pronunciamiento, con la caída del Cuartel de la Montaña y el de Campamento, la capital queda bajo el dominio gubernamental de la Segunda República Española. Desde este instante, la toma de la ciudad de Madrid es un objetivo militar para las tropas sublevadas, asediada desde el norte por las tropas del general Mola y posteriormente desde el sudoeste por las tropas del general Franco. Durante el intervalo que va desde el golpe de Estado en España de julio de 1936 hasta los primeros combates en noviembre, los militares sublevados reciben material militar y soldados de la Alemania nazi y la Italia fascista, mientras que el Gobierno republicano no recibe la ayuda de la Unión Soviética hasta el mismo inicio de la batalla de Madrid. El combate tuvo lugar en un relieve de la Meseta Central, donde los obstáculos geográficos no son de relevancia para las operaciones militares y es relativamente fácil la maniobra de las fuerzas militares en ambos bandos, con la excepción de las montañas septentrionales del sistema Central. El iniciador del plan fue el general Mola que, analizando la situación, diseñó un plan de avance centrípeto debido al poco apoyo previsto inicialmente por la Primera División Orgánica. La posesión de la capital era decisiva para el desenlace del conflicto y determinaría qué contendiente se haría con el control del país, ya que Madrid era un centro político, militar, estratégico y económico de primer orden, además de la capital política y sede del gobierno de la República. Pero durante la batalla de Guadarrama las columnas provenientes de Pamplona, Valladolid y Burgos no consiguen atravesar los puertos de la Sierra y el frente se estabiliza a principios de agosto de 1936. A partir de ese instante, las tropas del Ejército de África que avanzan por el sur, comandadas por el general Franco, adquieren protagonismo. A pesar de que los principales combates tendrán lugar entre el otoño de 1936 y la primavera de 1937, desde el comienzo de la guerra hubo también importantes combates en áreas cercanas a la capital durante el verano y otoño de 1936. La batalla de Madrid tiene como particularidad haber sido una de las cuales en la que se bombardeó a objetivos civiles dentro de una ciudad, cosa que ya había ocurrido durante el Sitio de Barcelona,[2]​ y que después se realizó en diversas ciudades españolas durante el conflicto español y después durante la Segunda Guerra Mundial.