La cantera de “Els Quatre Camins”, también conocida como el Llosar dels Francs, es un yacimiento arqueológico a 500m. de la villa romana, conocida como Villa Cornelius, localizada en la «Partida dels Francs», en el municipio de Énova, en la comarca de la Ribera Alta de la provincia de Valencia.[1]
Se trata de unas canteras que, según algunos estudiosos (como el arqueólogo Miquel Ramon Martí), podrían considerarse las más importantes de época romana en la península ibérica.[1]
La comercialización del mármol que se extraía de estas canteras fue la principal fuente de riqueza de la familia Iunii, de la Tribu Galeria, propietarios de la cantera y de la villa Cornelius.[2]
El transporte de la piedra se hizo a través de las carriladas, es decir, unos surcos en las rocas que canalizaban las ruedas de los carros, que pueden contemplarse aún en el camino que lleva de Énova a Barxeta.[2]
En la cantera se conserva marcas que demuestran que el mármol se extraía formando bloques rectangulares. Estos grandes bloques eran transportados en carros de bueyes hasta a la villa, donde se continuaba con el trabajo de los canteros o los lapicidas, que los fragmentarían y les darían forma de piezas determinadas, según el pedido que hubiese que servir. De este mármol se hacían lápidas sepulcrales, monumentos de distintas dimensiones y hasta losas para pavimentar el teatro romano de Zaragoza,[3] o los zócalos de la puerta románica de la Catedral de Valencia.[2][4][5][6]
En el mismo municipio de Énova quedan diversas lápidas romanas que proporcionan los nombres griegos de esclavos como Leonas, Vibio Éutico (Vibius Euthycus) e Himeto (Himetós), que están construidas con materiales procedentes de estas canteras.[3]