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Ueno (Tokio)

Geografía de Tokio
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Ueno (上野, Ueno?) es un distrito del barrio Taitō en Tokio, Japón, mayormente conocido por ser la sede de la Estación Ueno y el Parque Ueno. Ueno es también sede de varios de los centros culturales más importantes de Tokio, incluyendo el Museo Nacional de Tokio, el Museo de Arte Occidental, el Museo Nacional de Ciencia de Japón, así como su sala de conciertos pública más importante. Existen también en Ueno varios templos budistas de importancia, incluyendo el templo Bentendo, dedicado a la diosa Benzaiten, en una isla en la Charca Shinobazu. El área era lugar del Kan'ei-ji, un templo de gran importancia para el Shogunato Tokugawa, cuya pagoda ahora se encuentra dentro de lo que hoy es el Zoológico de Ueno. Cerca se encuentra la capilla Toshogu, una capilla Shinto dedicada a Tokugawa Ieyasu. Justo al sur de la estación se encuentra Ameyayokocho, un mercado que surgió a partir de la proliferación de los mercados negros al aire libre tras la Segunda Guerra Mundial. Al este se encuentra un distrito especialmente para motocicletas.

Extracto del artículo de Wikipedia Ueno (Tokio) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Ueno (Tokio)
Ruta Kanda-Hakusan, Taito

Coordenadas geográficas (GPS) Dirección Lugares cercanos
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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 35.71547 ° E 139.77402 °
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Dirección

Ruta Kanda-Hakusan
110-8714 Taito
Japón
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Lugares cercanos

Zoológico de Ueno
Zoológico de Ueno

El Jardín Zoológico de Ueno es el más antiguo de Japón y está ubicado en la zona central de Tokio. Cuenta con más de 2.600 animales de 464 especies diseminados en más de 14 hectáreas. Además de permitir la observación de la fauna, se dedica a la preservación y protección de animales en peligro de extinción.[1]​[2]​ El zoológico está dividido en dos grandes zonas: el Jardín Este, donde están alojados pandas gigantes, mamíferos acuáticos, aves, felinos, monos, osos y elefantes, entre otras especies; y el Jardín Oeste, con pandas menores, cocodrilos, hipopótamos, canguros, pequeños mamíferos nocturnos, reptiles, un lago con grandes aves, okapis (que fueron llevados desde el zoológico de San Diego) y aye-ayes (del zoológico de Tsimbazaza, Madagascar) entre otros. Ambos jardines se conectan a través de un monorraíl de tres kilómetros, inaugurado en 1957.[3]​[4]​ El zoo de Ueno ha dedicado esfuerzos a la protección del panda gigante, cuyos primeros ejemplares arribaron desde China en 1972. Trabajó en cooperación para la preservación de la especie con los zoológicos de Beijing (China), San Diego (Estados Unidos) y Chapultepec (México). Tras el fallecimiento en 2008 del panda Ling Ling, en 2011 llegaron otros dos ejemplares, Ri Ri (macho) y Shin Shin (hembra), nacida en 1987 en el zoológico de Chapultepec y que en noviembre de 2012 dio a luz en Ueno a una cría que sólo vivió seis días.[1]​[5]​[6]​

Templo Zenshoan
Templo Zenshoan

El Templo de Zenshoan (en japonés; 全生庵) es un famoso templo budista ubicado al sur de la ciudad de Tokio (Japón), es conocido principalmente por albergar en él pinturas que representan a fantasmas japoneses. El Templo de Zenshoan está situado a cinco minutos andando desde la estación de Sendagi (en el barrio especial de Taito) en la línea de metro de Chiyoda. Fue fundado en 1883 por Yamaoka Tesshū.[1]​ El templo retuvo una influencia significativa con el liderazgo político japonés del siglo XX.[1]​ Cada agosto el Templo de Zenshoan abre las puertas de su galería, pues posee una enorme colección privada de pinturas de fantasmas del período Edo. Las 50 pinturas sobre seda, la mayoría datan de 150 a 200 años, representan una variedad de apariciones de lo más desesperado a lo más horroroso. Las pinturas fueron recogidas por Sanyu-tei Encho ((三游亭円朝), narrador famoso (artista del rakugo) que al término de la era Edo, a finales del siglo XIX, estudió en Zenshoan. Encho coleccionó las pinturas como fuente de inspiración para los cuentos fantasmales que a él le gustaba contar en verano. Esto es así porque en Japón durante el mes de agosto se celebra el O-bon, festividad que honra a los difuntos y que corresponde al Halloween de la cultural occidental. Contar historias de fantasmas ha sido de largo un pasatiempo popular del verano en Japón, y mucha gente cree en los espíritus de los muertos. En vísperas de los rituales de agosto (festivales del bon, ceremonias conmemorativas, limpieza, etc.) realizados para acoger con satisfacción los espíritus de antepasados, mientras visitan el mundo terrenal. Las pinturas de fantasmas están en exhibición del 1 al 31 de agosto. El precio de la entrada es 300 yenes.