La Santa Iglesia Catedral del Salvador y Santa María de Orihuela, o simplemente catedral de Orihuela, es la sede de la diócesis de Orihuela-Alicante,[1]
Su construcción se inició a finales del siglo XIII sobre restos visigodos e hispano-árabes. En 1281, Alfonso X el Sabio estableció que la iglesia del Salvador y Santa María debía ser la mayor de la villa, teniendo primacía sobre las otras dos parroquias de Orihuela, las iglesias de las Santas Justa y Rufina y Santiago Apóstol, concediéndole el rango superior de arciprestal.
Aunque en un primer momento Orihuela perteneció a Castilla, pasó definitivamente a la Corona aragonesa en 1304, tras el tratado arbitral de Torrellas. Sin embargo, a nivel espiritual continuó dependiendo del Obispado de Cartagena. Esta situación, en la que los límites civiles y eclesiásticos no coincidían y los inconvenientes que esto producía, hizo surgir la necesidad de segregar su territorio de la Diócesis de Cartagena.
El primer logro en el camino a la catedralidad fue su elevación en 1413, por bula de Benedicto XIII, al rango de colegial, categoría que era necesaria para que una iglesia pudiese ser promovida a la catedralía. En 1510, el papa Julio II decretó la elevación al rango catedralicio de la Colegiata del Salvador, la creación del Obispado de Orihuela y su unión canónica con el de Cartagena bajo la autoridad de un solo Obispo, “sub uno pastore”, según las recomendaciones de Fernando el Católico. Esta medida fue anulada posteriormente por León X y Clemente VII, atendiendo a las súplicas del rey Carlos V.
Habrá que esperar hasta 1564 cuando el papa Pío IV separe definitivamente Orihuela de la diócesis de Cartagena, creando su propio obispado a petición del rey Felipe II, en cumplimiento del acuerdo adoptado en las Cortes de Monzón de 1563.