La guerra polaco-rusa (1605-1618) o guerra polaco-moscovita tuvo lugar a principios del siglo XVII como una secuencia de conflictos e invasiones hacia el este llevadas a cabo por la Mancomunidad de Polonia-Lituania, o por ejércitos privados y mercenarios liderados por los magnates (la aristocracia de la Mancomunidad), en un momento en que el Zarato ruso estaba desgarrado por una serie de guerras civiles —un periodo conocido en la historia rusa como el Período Tumultuoso— provocadas por la crisis dinástica rusa y el caos interno general. Los bandos y sus objetivos cambiaron varias veces durante el conflicto: la Mancomunidad no estuvo formalmente en guerra con Rusia hasta 1609, y varias facciones rusas luchaban entre ellas, aliadas con la Mancomunidad u otros países o luchando contra ellos. Suecia también participó en el conflicto durante la guerra de Ingria (1610-1617), a veces aliada con Rusia, y otras en su contra. Los objetivos de las diversas facciones cambiaron frecuentemente, en una escala que va desde pequeños cambios fronterizos, intentar imponer en el trono ruso a los reyes polacos o a impostores apoyados por Polonia o incluso la creación de un nuevo estado formando una unión entre la Mancomunidad y Rusia.
La guerra puede ser dividida en cuatro etapas. En la primera etapa, algunos szlachta (nobles), animados por algunos boyardos rusos —pero sin el consentimiento del rey polaco Segismundo III Vasa— intentaron explotar la debilidad rusa e intervenir en su guerra civil apoyando a los impostores (fingían ser el zarévich Dimitri Ivánovich de Rusia) que reclamaban el trono del zar de Rusia, Dimitri I «El Falso» y posteriormente Dimitri II «El Falso», contra los zares coronados Borís Godunov y Vasili Shuiski (Basilio IV). La primera iniciativa de intervención polaca empieza en 1605 y acaba en 1606 con la muerte del primer falso Dimitri. La segunda iniciativa empieza en 1607 y dura hasta 1609, cuando el zar Basilio IV hizo una alianza militar con Suecia. En respuesta a esta alianza, el rey polaco Segismundo III decide intervenir oficialmente y declarar la guerra a Rusia, queriendo debilitar al aliado de Suecia y obtener concesiones territoriales.
Después de las primeras victorias de la Mancomunidad (batalla de Klúshino), que culmina con las fuerzas polacas entrando en Moscú en 1610, el hijo de Segismundo, el príncipe Vladislao, fue elegido zar por la Duma de los boyardos. De todos modos, Segismundo, poco después, decidirá adquirir el trono ruso para sí mismo. Esto inquieta a los boyardos pro-polacos, quienes podrían aceptar al moderado Vladislao pero no al pro-católico y anti-ortodoxo Segismundo. Como consecuencia, la facción pro-polaca boyarda desapareció, y la guerra se continuó en 1611, siendo las tropas polacas expulsadas de Moscú, aunque consiguieron la importante plaza de Smolensk (ver sitio de Smolensk (1609-1611)). Al fin, debido a problemas internos tanto en la Mancomunidad como en Rusia, las hostilidades militares se redujeron entre 1612 y 1617, momento en el que Segismundo lleva a cabo un último intento de conquistar Rusia, que fracasa. La guerra finalmente acaba en 1618 con la Paz de Deúlino, que otorga a la Mancomunidad ciertas concesiones territoriales, pero no con el control sobre Rusia, la cual sale de la guerra con su independencia intacta.