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Iglesia de San Esteban de los abisinios

Arquitectura del siglo VEuropa en el siglo VIglesias de Ciudad del VaticanoIglesias dedicadas a San Esteban
Giardini vaticani, chiesa di santo stefano degli abissini, 01
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La Iglesia de San Esteban de los abisinios (en italiano: Chiesa di Santo Stefano degli Abissinii) es una iglesia católica ubicada en la Ciudad del Vaticano.[1]​ La iglesia está dedicada a Esteban el protomártir y es la iglesia nacional de Etiopía. La liturgia se celebra según el rito alejandrino de la Iglesia católica etíope. Es la iglesia más antigua que sobrevive en el Vaticano.[2]​ La iglesia fue construida por el Papa León I (c. 400-461), y llamada "Santo Stefano Maggiore". Se encuentra sobre las ruinas de un templo pagano dedicado a Vesta. Originalmente fue construida como un edificio circular con veinte columnas corintias, que es un plan común para un templo de Vesta. Fue reconstruido en 1159 bajo el Papa Alejandro III, quien también construyó un monasterio para los monjes etíopes junto a ella. En 1479, el Papa Sixto IV restauró la iglesia y la asignó a los monjes coptos en la ciudad.

Extracto del artículo de Wikipedia Iglesia de San Esteban de los abisinios (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Iglesia de San Esteban de los abisinios
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Chiesa di Santo Stefano degli Abissini

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Ciudad del Vaticano
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Giardini vaticani, chiesa di santo stefano degli abissini, 01
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Lugares cercanos

Basílica de San Pedro
Basílica de San Pedro

La basílica papal de San Pedro (en latín: Basilica Sancti Petri; en italiano: Basilica Papale di San Pietro), conocida comúnmente como basílica de San Pedro, es un templo católico situado en la Ciudad del Vaticano. La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo,[2]​ presenta 193 m de longitud, 44,5 m de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectáreas. La altura que le confiere su cúpula hace que su figura domine el horizonte de Roma. Es considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo. Se ha descrito como «ocupante de una posición única en el mundo cristiano»,[3]​ y como «la más grande de todas las iglesias de la cristiandad».[4]​ Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria. En la tradición católica, la basílica se encuentra situada sobre el lugar de entierro de san Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los pontífices. La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen que la sepultura del Santo está directamente debajo del altar mayor de la basílica. También la mayoría de los papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana.[5]​ En el sitio de la basílica han existido iglesias desde el siglo IV. La construcción del actual edificio, sobre la antigua basílica constantiniana, comenzó el 18 de abril de 1506, por orden del papa Julio II, y finalizó el 18 de noviembre de 1626.[6]​ En ella trabajaron algunos de los arquitectos más renombrados de la historia, como Donato Bramante, Miguel Ángel o Bernini. A pesar de la creencia popular, San Pedro no es una catedral, ya que la archibasílica de San Juan de Letrán es la verdadera catedral de Roma.[7]​

Santa Sede
Santa Sede

La Santa Sede (en latín: Sancta Sedes) —también conocida como Sede Apostólica, Sede de Pedro o Sede de Roma,[nota 1]​ entre otras variantes— es la sede del obispo de Roma, el papa, la cual ocupa un lugar preeminente entre las demás sedes episcopales, constituye el gobierno central de la Iglesia católica,[2]​ por quien actúa y habla, y es reconocida internacionalmente como una entidad soberana.[3]​ La Santa Sede es a su vez la expresión con la que se alude al papa y a los organismos de la curia romana, que lo asisten en su responsabilidad al frente de la Iglesia católica.[4]​[5]​ El papa se sirve de la Curia y tramita por medio de ella los asuntos eclesiales, por lo que esta realiza su labor en nombre y bajo la autoridad del sumo pontífice, para el correcto funcionamiento de la Iglesia y el logro de sus objetivos.[6]​ La Curia Romana está compuesta por un grupo de instituciones, entre las que se encuentran la Secretaría de Estado, los dicasterios, los organismos de justicia y organismos económicos, y otras oficinas.[7]​ La Curia Romana tiene la función de ayudar al papa en su gobierno de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares; no tiene, sin embargo, una misión pastoral específica para la diócesis de Roma, por lo que para las necesidades espirituales de la diócesis existe el vicariato de Roma, frente al que se sitúa el cardenal vicario, que gobierna el territorio italiano de dicha diócesis con potestad vicaria del sumo pontífice. Para el territorio concreto de la Ciudad del Vaticano, dentro de la misma diócesis, existe otro vicariato a cuyo frente se encuentra un vicario general.[8]​ La personalidad jurídica de la Santa Sede le permite mantener relaciones diplomáticas con otros Estados, firmar tratados y enviar y recibir representantes diplomáticos, algo que se remonta a varios siglos atrás. Ya desde finales del siglo XV comenzó a recibir con cierta estabilidad enviados diplomáticos, y en el siglo XVI empezaron a constituirse representaciones permanentes.[2]​ En la actualidad, además, participa en organismos internacionales como las Naciones Unidas.[9]​ La Santa Sede posee plena propiedad y soberanía exclusiva sobre la Ciudad del Vaticano,[2]​ un Estado establecido en 1929, tras la firma de los Pactos de Letrán, con el objeto de ser instrumento de la independencia de la Santa Sede y de la Iglesia católica respecto a cualquier otro poder externo.[4]​ De forma abstracta, además de ser la Santa Sede el supremo gobierno y representación de la Iglesia, también lo es de la Ciudad del Vaticano.[nota 2]​ Otros territorios fuera de la Ciudad del Vaticano también cuentan con estatus de extraterritorialidad en favor de la Santa Sede.