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General Anaya (estación)

Estaciones de Metro de México inauguradas en 1970Estaciones de la línea 2 del Metro de la Ciudad de México
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General Anaya es una de las 24 estaciones que forman parte de la Línea 2 del Metro de la Ciudad de México. Se ubica al sur de la Ciudad de México, en la Alcaldía Coyoacán. Su nombre evoca la memoria del general Pedro María Anaya, defensor en 1847 de México ante la invasión estadounidense en el sitio del entonces Exconvento de Churubusco, hoy Museo Nacional de las Intervenciones.

Extracto del artículo de Wikipedia General Anaya (estación) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

General Anaya (estación)
Calzada de Tlalpan, Ciudad de México Coyoacán

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 19.353259 ° E -99.145002 °
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Dirección

General Anaya

Calzada de Tlalpan
04120 Ciudad de México, Coyoacán
México
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Lugares cercanos

Parque Masayoshi Ōhira
Parque Masayoshi Ōhira

El parque Masayoshi Ōhira es un parque de la Ciudad de México ubicado en la alcaldía Coyoacán. Fue construido como símbolo de la amistad diplomática entre México y Japón.[1]​[2]​[3]​[4]​ El parque se ubica en la colonia Country Club, muy cerca del Centro Nacional de las Artes y de la calzada de Tlalpan (a la altura de la estación del metro General Anaya), en la delegación Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. Fue inaugurado por el entonces regente de la capital, Javier Rojo Gómez, el 14 de febrero de 1942, como consigna una placa del lugar. El parque fue llamado por las personas "de la pagoda", debido a que en el sitio se colocó una construcción de ese tipo, que desapareció tras un incendio en los años 70. El parque también contaba con un laberinto hecho con arbustos. Debido a su colindancia con los estudios cinematográficos Churubusco, el parque fue ocupado como set de filmaciones en muchas ocasiones, o era común ver pasear en él a actores y actrices.[4]​ En mayo de 1980, el primer ministro de Japón Masayoshi Ōhira realizó la primera visita oficial a México con el fin de mejorar las relaciones bilaterales entre ambos países. Con este motivo, se decidió remodelar el parque, y darle su actual diseño tradicional japonés, incluyendo una portal torii en medio de un pequeño lago.[1]​[4]​ En 2014, se remodeló integralmente al permanecer por casi dos décadas sin mantenimiento, con fondos donados por la Asociación México Japonesa —que también donó cerezos para ser plantados—, por la Embajada del Japón en México y por la delegación Coyoacán. Además de la presencia de autoridades de México y de Japón, en la reinauguración del parque estuvo presente Tomonori Ōhira, hija del ex primer ministro, quien había fallecido un mes después de la visita de estado en 1980.[5]​ Además de las estructuras japonesas, existe una casa para adultos mayores.[4]​ Se plantaron diversas especies de los árboles que crecen en Japón, tales como arces, peonias, wisterias, ciruelos y cerezos.[5]​

Churubusco
Churubusco

Churubusco (del náhuatl: Witsilopochko ‘En la izquierda del colibrí’) es como se conoce a un conjunto de varias colonias o barrios ubicados en la Zona Sur de la Ciudad de México, dentro de la demarcación conocida como Coyoacán. Es una zona predominantemente de carácter habitacional, que forma parte de uno de los asentamientos más característicos, conocidos, y uno de los de mayor tradición en la ciudad, cuyas colonias o barrios fueron fundados durante la etapa de expansión de la Ciudad de México durante el Siglo XX alrededor del sitio homónimo y de mayor importancia en el lugar: El Ex Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Churubusco.[1]​ Siendo este último construido durante el periodo colonial por los frailes dieguinos, una de las ramas de la Orden Franciscana que se establecieron en el lugar,[1]​ el cual ya estaba habitado desde la época prehispánica; y a quienes en el siglo XIX les fue arrebatado el inmueble para funcionar como cuartel de las tropas mexicanas para defender a la vecina capital de las tropas invasoras estadounidenses,[1]​ otorgándole así al lugar un sitio importante en la historia de México al acontecer una de las batallas más comentadas de la Intervención estadounidense en México, la llamada Batalla de Churubusco. Dicho convento actualmente alberga al Museo Nacional de las Intervenciones, y conserva también una importante colección de arte sacro del periodo virreinal de México. Churubusco también es conocido por el Eje Vial denominado Río Churubusco, el cual forma parte del Circuito Interior Bicentenario de la Ciudad de México y sigue más o menos el trayecto del antiguo río homónimo que atravesaba la zona, convertido ahora en eje vial en la segunda mitad del siglo XX, y remozado a comienzos de 2009 dándole su actual nombre.

Batalla de Churubusco
Batalla de Churubusco

La batalla de Churubusco se libró tuvo el 20 de agosto de 1847 y formaba parte de la Intervención estadounidense en México. Horas después de perder la batalla de Padierna, cerca de Contreras y San Antonio, las fuerzas mexicanas se replegaron al convento de Santa María de Churubusco (hoy Museo Nacional de las Intervenciones), y las fuerzas armadas estadounidenses se prepararon para atacarlas.[cita requerida]Aunque el convento no era más alto que las edificaciones circundantes, sus bardas de piedra constituían una buena defensa.[cita requerida] Además, los estadounidenses tendrían que cruzar un río para llegar allá, lo cual daría tiempo al ejército mexicano para preparar a medias trincheras y encarar otro enfrentamiento.[cita requerida]Los defensores mexicanos sumaban alrededor de 1300 elementos[cita requerida] con órdenes de resistir en la posición para evitar que el ejército mexicano fuera flanqueado durante la retirada de San Antonio. Piquetes de Tlapa: Un regimiento conformado de civiles armados, la mayoría eran españoles que vivían en México y que decidieron tomar las armas para pelear contra los invasores estadounidenses. El Batallón de San Patricio, originalmente compuesto en su mayoría por soldados pertenecientes al ejército estadounidense que habían desertado, se unió a las fuerzas mexicanas. (Pacheco, J. E. y A. Reséndez, La Guerra Injusta) El contingente de los San Patricios estaba formado principalmente por irlandeses, alemanes y otros inmigrantes de diversos países europeos y en su mayoría católicos. Abandonaron el ejército invasor porque comenzaron a sentirse identificados con los mexicanos, no solo por compartir la religión, sino porque se dieron cuenta de lo injusto de la invasión y de que los estadounidenses estaban agrediendo a México en su cultura y creencias, como los ingleses lo habían hecho con los irlandeses. La lucha fue intensa, los atacantes fueron rechazados en un maizal adyacente y en la cabeza de puente, pero la superioridad numérica se imponía y el desenlace sería desventajoso para los defensores mexicanos, bien dirigidos esta vez por los generales Manuel Rincón y Pedro María Anaya, no se dieron por vencidos.[cita requerida]El asalto al puente se prolongó, la defensa fue heroica, la situación era dramática, ya que por ahí huían civiles y elementos del ejército mexicano derrotado en Padierna. Aun con la superioridad estadounidense en armamento y en soldados, el puente de Churubusco resistió durante dos horas y media. Cuando el puente cayó en manos enemigas y los mexicanos se replegaron al convento, dejaron los estadounidenses 366 muertos sobre el terreno. Ante la férrea defensa, el general Scott ordenó ocupar la retaguardia del convento y la Hacienda de Portales. Los combates no cesaban a pesar de la superioridad militar del enemigo. Asaltos sucesivos del invasor en dos flancos del convento no lograron romper la defensa mexicana, lo mismo en terreno abierto que en el parapeto de adobe, veinte pasos fuera de la construcción. Se intensificó el combate de fusilería, artillería y cuerpo a cuerpo en el parapeto, hubo tiroteos desde las alturas del convento. Scott emprendió fallidos asaltos sucesivos por el frente y en los flancos del baluarte de Churubusco, apoyados por cañones y morteros. Las bajas estadounidenses aumentaron de manera dramática, a pesar de la precaria fortificación mexicana. Tras algunas horas de combate, las fuerzas mexicanas seguían en posesión de sus reductos, pero se agotaron las municiones y las existentes eran inservibles; una bomba provocó una explosión en la reserva de pólvora que los dejó sin posibilidades de seguirse defendiendo. (Francisco Martín Moreno, Alfaguara, México Mutilado) Cuando el general David E. Twiggs entró al convento ordenando a los soldados mexicanos que entregaran sus municiones, el General Anaya pronunció la famosa y desafiante respuesta: "Si hubiera parque, no estaría usted aquí" (Pacheco, J. E. y A. Reséndez, La Guerra Injusta) Tras la victoria estadounidense, se hizo un juicio a los soldados desertores del Batallón de San Patricio. Sentenciados unos, fueron ahorcados en San Ángel y Mixcóac; la mejor sentencia para otrosː se les azotó y marcó en la mejilla con hierro candente la letra "D" de desertores. (Pacheco, J. E. y A. Reséndez, La Guerra Injusta) (Francisco Martín Moreno, Alfaguara, México Mutilado) Como muestra de agradecimiento a los desertores del Batallón de San Patricio que se unieron al ejército mexicano, actualmente existe una calle en Coyoacán llamada "Mártires Irlandeses". Cada año se celebra frente al Convento de Churubusco un pequeño concierto de gaita en honor a los defensores del Batallón de San Patricio y como recuerdo por la batalla de Churubusco y al General Pedro María Anaya. La estación de Metro más cercana lleva el nombre de "General Anaya", pues aunque se perdió la batalla, la "dirigió bien". (Pacheco, J. E. y A. Reséndez, La Guerra Injusta)