El Café Español o Gran Café Español[1] (en catalán Café Espanyol o Gran Café Espanyol) fue un gran café, abierto en 1895 y situado en la avenida del Paralelo de la ciudad de Barcelona (primero en el número 64 y después del 64 al 70). Fue regentado por Josep Carabén y Vendrell, conocido como señor Pepet, abuelo del economista Armand Carabén.[2]
Al principio era un establecimiento de pequeñas dimensiones pero se fue ampliando y en 1907, después del incendio del Circo Modelo Español que afectó también los locales del lado, el Café acabó absorbiendo el decadente Salón Olímpia. Pasó a ser así un amplio café, el más grande de España.[3] Sus mesas, en la calle, ocupaban casi una travesía del populoso Paralelo. También tenía una cincuentena de billares.
Era el punto de encuentro, estancia y discusión de multitud de barceloneses que pasaban muchas horas en el. El ambiente que se respiraba era de tolerancia y de diversidad de ideas, todo el mundo tenía cabida y su propietario, que afirmaba que su establecimiento era «territorio neutral», solo se exigía respeto y buena presencia. Fue frecuentado por muchos personajes famosos, como por ejemplo el cineasta Fructuoso Gelabert, el anarcosindicalista Salvador Seguí (el Chico del Azúcar), intelectuales como por ejemplo Juli Vallmitjana y Santiago Rusiñol, pintores como por ejemplo Pablo Picasso, Isidre Nonell y Ramon Casas, y todos los actores y las actrices que actuaban al Paralelo. Las horas del café las animaron reconocidos pianistas de aquella época, como por ejemplo Tomàs Buixens o César Ibarbia, pero parece que la formación más espectacular que actuó fue un conjunto de siete músicos llamado Septimí Armónico, con maestros de la Banda Municipal de Música de Barcelona.[4]
En 1922 fue traspasado a la sociedad Cafés de Cataluña, con el empresario Miquel Regàs al frente, que continuó con la esencia del local y la música en vivo.[4] Este continuó hasta el 1940, momento en qué desapareció junto con todos los edificios de la manzana. Actualmente existe el Nuevo Café Español, mucho más reducido y que no conserva la esencia de su antecesor.