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Cárcel Correccional de Oviedo

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ArchivoHistoricodeAsturias1
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La Cárcel Correccional de Oviedo es la antigua prisión provincial de dicha ciudad, construida entre 1886 y 1905 con proyectos de Francisco Javier Aguirre y Nicolás García Rivero. Sus funciones carcelarias cesaron en 1993 con la apertura del Centro Penitenciario de Asturias y desde 2010 acoge el Archivo Histórico de Asturias. El edificio sigue los planteamientos arquitectónicos de la cárcel «modelo» de Madrid, de Eduardo Adaro. Este diseño responde al denominado modelo panóptico (tipología de establecimientos penitenciarios propia del siglo XIX), con una rotonda o cuerpo central poligonal destinado al cuerpo de vigilancia de la penitenciaría, y radial, mediante galerías de forma estrellada que convergen en el espacio central. Se considera que es la primera construcción española en la que se utilizó el hormigón armado para el entramado horizontal.

Extracto del artículo de Wikipedia Cárcel Correccional de Oviedo (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Cárcel Correccional de Oviedo
Calle Arcipreste de Hita, Oviedo Ciudad Naranco (Las Campas y San Claudio)

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N 43.37083333 ° E -5.85083333 °
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Archivo Histórico Provincial

Calle Arcipreste de Hita
33001 Oviedo, Ciudad Naranco (Las Campas y San Claudio)
Asturias, España
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Lugares cercanos

Menina (Orlado Pelayo)
Menina (Orlado Pelayo)

La escultura urbana conocida por el nombre Menina, ubicada en la avenida Pepe Cosmen 1, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar que adornan las calles de la mencionada ciudad española.[1]​[2]​ El paisaje urbano de esta ciudad, se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo XX.[3]​ La escultura, de estilo expresionista abstracto, hecha en bronce, es obra de Orlando Pelayo, y está datada su inauguración en 2005.[1]​[2]​ La obra original fue creada en el año 1979, a partir de una figurita de plastilina, con el rasgueado y esgrafiado que hoy podemos observar, luego por el sistema de "cera perdida" se pasó a bronce. Las dimensiones del original eran pequeñas, su altura no llegaba a 30 centímetros, por ello, un taller proporcionó las dimensiones adecuadas para la colocación como estatua pública. Esta obra escultórica, puede clasificarse dentro de la etapa de la vida artística de Orlando Pelayo, en la que reinterpreta grandes obras y que él llamó "Reflexiones sobre el pasado”.[4]​ La obra presenta una placa con la siguiente inscripción: “MENINA” AUTOR:ORLADO PELAYO DONADA A LA CIUDAD DE OVIEDO POR CONCESCO mayo de 2005[5]​ La empresa asturiana CONCESCO donó esta obra a la ciudad de Oviedo en el año 2005.[1]​

Ernesto Winter Blanco (escultura)

La escultura urbana conocida por el nombre Ernesto Winter Blanco, ubicada en los jardines de la Fundación Docente de Mineros Asturianos (avenida Pando), en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar que adornan las calles de la mencionada ciudad española.[1]​[2]​ El paisaje urbano de esta ciudad, se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo XX.[3]​ La escultura, hecha en madera, ya que se trata de una talla realizada en el tronco de un árbol moribundo,[4]​ es obra de Pablo Maojo, y está fechada en 1990.[1]​[2]​ Ernesto Winter Blanco nació en Gijón, estando la fecha de su nacimiento según autores, entre 1872/73, y murió en Oviedo el 6 de noviembre de 1936. Fue un pedagogo, humanista, ingeniero de minas y ensayista español, que realizó una importante tarea en Asturias al impulsar el desarrollo del conocido popularmente como Orfanato Minero, del que fue primer director. Fue fusilado en 1936, cuando acogía a más de 500 niños.[5]​[3]​[6]​ La obra escultórica consiste en una talla realizada en el tronco de un árbol sin vida, dando una honda expresividad en todos los rasgos tallados, simbolizando la existencia de la vida, la esperanza, el impulso a la acción hasta en la materia que parece más inerte, como puede ser un tronco moribundo. La talla presenta la firma del autor.[7]​[1]​

San Juan Bautista (Pilar Fernández Carballedo)
San Juan Bautista (Pilar Fernández Carballedo)

La escultura urbana conocida por el nombre San Juan Bautista, ubicada en la iglesia de San Juan el Real, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar que adornan las calles de la mencionada ciudad española.[1]​[2]​ El paisaje urbano de esta ciudad, se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo XX.[3]​ La escultura, hecha en bronce, es obra de Pilar Fernández Carballedo, y está datada en 2012.[1]​[2]​ Cuando el párroco de San Juan era Fernando Rubio, consideró oportuno encargar a Pilar Fernández Carballedo una obra para la parroquia, en concreto una imagen de San Juan que se viera bendiciendo a todo el que pasara por la parroquia. El encargo dejaba total libertad a la autora para expresarse con todo su creatividad. Finalmente, pese al fallecimiento del párroco y al traslado a otra parroquia del coadjuntor, la figura se instaló en un pequeño jardín que da a los laterales del templo que dan a las calle Melquíades Álvarez y Doctor Casal, que forman parte del Camino de Santiago.[1]​[4]​ Esta obra escultórica, que curiosamente es la única dedicada a este santo en la capital asturiana, realmente es una reproducción en bronce de otra, la original, tallada en piedra. Está colocada sobre una base de piedra de 1,40 metros de altura con la siguiente inscripción en la parte superior: «SAN JUAN BAUTISTA / PATRONO DE ESTA PARROQUIA» y bajo ésta: «AUTORA / PILAR FERNÁNDEZ CARBALLEDO».[1]​[4]​

Murales de la estación de Renfe (Oviedo)
Murales de la estación de Renfe (Oviedo)

La escultura urbana conocida por el nombre Murales de la estación de Renfe, ubicada en el «hall» de la antigua estación de Renfe (hoy estación conjunta Renfe-Feve), al final de la calle Uría, en la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, es una de las más de un centenar que adornan las calles de la mencionada ciudad española.[1]​[2]​ El paisaje urbano de esta ciudad, se ve adornado por obras escultóricas, generalmente monumentos conmemorativos dedicados a personajes de especial relevancia en un primer momento, y más puramente artísticas desde finales del siglo XX.[3]​ El grupo de murales, hechos en hierro, son obra de Rafael Rodríguez Urrusti, y está datado en 1980.[1]​[2]​ Se trata de tres murales emplazados en el espacio que hace las veces de recepción de la estación, sobre las puertas de acceso. Son el resultado de un encargo de la empresa ferroviaria estatal Renfe, a Urrusti para decorar las nuevas instalaciones que iba a tener en la ciudad de Oviedo en el momento del encargo.[1]​ Cada mural tiene un tema distinto, aunque todos están ligados a aspectos de la vida, la industria y las actividades propias de Asturias. Así, en el primer mural, el artista se centra en la pesca (está representada por una vendedora que lleva una caja de pescado sobre su cabeza para venderla en el mercado; a su lado, figura un pescador con su barca, apoyándose en un ancla como símbolo de su unión con la tierra); la agricultura (representada por un agricultor/ganadero y un típico hórreo) y la ganadería (representada por la figura del ganadero/agricultor, así como la cabeza de una vaca). La figura humana aparece en gran tamaño.[4]​[1]​ El segundo mural es un homenaje al ferrocarril, medio de transporte vital para romper el aislamiento de Asturias con el resto de la Península. El autor utiliza tres elementos característicos: una máquina de tren a vapor, un vagón de tren eléctrico y un jefe de estación, figura ésta, que nuevamente es de mucho mayor tamaño que el resto, potenciando de este modo el valor y la importancia del ser humano sobre las máquinas.[1]​ Por su parte el tercer mural se centra en la minería y la siderometalurgia, aparece en él una industria siderúrgica y una extracción minera, las cuales flanquean al trabajador anónimo, situado en el centro de la composición, combinando superficies cóncavas y convexas con una falta de huecos, lo que sucede es contrario a lo ocurrido en los anteriores murales en el resto, donde predomina el vacío.[1]​