La Restauración borbónica en Francia (en francés: La Restauration)[1][2] fue el período de la historia de Francia comprendido entre la caída de Napoleón Bonaparte en 1814 y la Revolución de Julio de 1830, durante el cual la Casa de Borbón volvió a ocupar el trono francés. El periodo se caracterizó por una aguda reacción conservadora y el restablecimiento de la Iglesia católica como poder político en Francia. Pero los gobiernos de Luis XVIII (entre 1814 y 1824) y Carlos X (1824-1830) debieron aceptar algunas realidades surgidas con la Revolución francesa, como la monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra realizada durante las convulsiones de fin del siglo XVIII y la desaparición de los antiguos gremios artesanales.
La Carta constitucional "otorgada" por el rey el 4 de junio de 1814 se basaba en una especie de compromiso entre los logros de la Revolución y los principios monárquicos. No existía separación de poderes y el rey, que ejercía el poder ejecutivo, disponía de amplias prerrogativas legislativas. Tenía que contar con dos cámaras de representantes con poderes limitados: la cámara de los Pares y la de los Diputados. Hasta 1820, se mantuvo un equilibrío precario entre los monárquicos más conservadores llamados «ultras», que deseaban una vuelta al Antiguo Régimen, y los liberales, o independientes de izquierda, que defendían los avances jurídicos de la Revolución. Pero la dominación de los ultras en las cámaras dará paso a partir de 1827 a un enfrentamiento abierto con los liberales, que conducirá a la revolución de 1830.[1]