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Tossa de Montbui

La Tossa de Montbui
La Tossa de Montbui

La Tossa de Montbui es una montaña de 620 metros que se encuentra en el municipio de Santa Margarida de Montbui, en la comarca de Noya.[1]​ Se puede acceder por carretera en lo alto de la montaña, donde se encuentra la ermita de Santa Maria de la Tossa de Montbui y el Castillo de Montbui. La Tossa de Montbui forma parte de una serie de alineaciones montañosas de la Cordillera Prelitoral Catalana de dirección NE-SW; destacan la Sierra de Queralt y la Sierra de Miralles, que separan las cuencas de los ríos Noya y Gaià. La Sierra de Miralles se divide en dos, dando lugar a las elevaciones de La Tossa de Montbui (627m) y la Sierra de la Portella. Esta última, en dirección NE, pasa lateralmente a la Sierra de Collbàs. El manto vegetal, formado esencialmente por bosques, permite el desarrollo de poblamientos faunísticos característicos de los bosques mediterráneos. Las formas de relieve particular, determinan una unidad fisiográfica de notable interés paisajístico.[2]​

Extracto del artículo de Wikipedia Tossa de Montbui (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Tossa de Montbui
BV-2204,

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 41.556976 ° E 1.581408 °
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Dirección

Mirador de la Tossa de Montbui

BV-2204
08710
Cataluña, España
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La Tossa de Montbui
La Tossa de Montbui
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Lugares cercanos

Museo de la Piel de Igualada
Museo de la Piel de Igualada

El Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de Noya (en catalán y oficialmente Museu de la Pell d'Igualada i Comarcal de l'Anoia) fundado en el año 1954 es el primero en su especialidad en España y uno de los tres primeros existentes en Europa. Las colecciones están repartidas en dos edificios de Igualada: la fábrica de "Cal Boyer" y la antigua curtiduría de "Cal Granotes". Desde el año 1996 es una sección del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña. Forma parte también de la Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona. "Cal Boyer" es una antigua fábrica textil algodonera de finales del siglo XIX. Conserva dos naves y una chimenea, con columnas de hierro colado en la planta baja y celosías de madera en la superior. En este edificio se puede visitar el Museo de la Piel, donde dos ámbitos configuran un recorrido por el mundo del cuero: la piel en la historia, la producción, el uso y significado cultural de la piel en la civilización mediterránea, y un universo de piel que nos acerca a la diversidad de sus usos. También se puede visitar la sección El hombre y el agua que da una visión de diferentes aspectos del mundo del agua relacionados con nuestra sociedad.[1]​ "Cal Granotes" es una de las curtidurías más antiguas de Europa. Fue construida en el siglo XVIII y conserva las dos plantas típicas de una curtiduría: la ribera y la planta superior para tender. Actualmente muestra el antiguo sistema de curtir vegetalmente las pieles usado antes de la industrialización.

Villa romana de L'Espelt
Villa romana de L'Espelt

La villa romana de L'Espel (Ódena, Noya) está situada en el Pla de la Torre, en la vertiente meridional de un montículo, próximo al vecindario de L'Espelt. Se encuentra en la cuenca de Ódena y su ubicación estratégica responde a una planificación del territorio, parcelado en el momento de la centuriación en época romana. Las características físicas de la cuenca de Ódena seguramente ayudarían a organizar este espacio histórico, facilitando los límites y la orientación del parcelario romano y configurando una marcada unidad a lo largo de los siglos. La villa de L'Espelt se adapta a la topografía del terreno, que fue aterrazado para ubicar una explotación agropecuaria. Es una de las «villae» del interior de Cataluña más extensamente excavada, con 700 m² (60 % del total), lo que ha permitido identificar e interpretar las diferentes dependencias de la «pars urbana», la «pars rustica» y la fructuaria a lo largo de su ocupación, reflejando los cambios impuestos por sucesivos modelos sociales y económicos. El yacimiento aporta vestigios de una ocupación de fines del siglo II a. C. y mediados del siglo I a. C., previa a la fundación de la villa. Esta, con una planta que sigue el modelo alargado o de corredor, muy sencilla, se adscribe al alto Imperio, en el último cuarto del siglo I d. C. En el siglo II se transforma en una villa de patio interior descubierto, con estancias entorno al corredor y la «pars rustica» y residencial unidas: el espacio de la primera construcción se reservaría a la zona privada y los ámbitos de representación se potenciarían al otorgarles una mayor superficie y un mayor lujo, tal como queda demostrado en dos estancias pavimentadas con mosaico y tres decoradas con pinturas murales; también se añadió un sector termal o «balneum». Conoce el máximo esplendor en la primera mitad del s. III d. C. Posteriormente, en época bajoimperial, se detecta una nueva reestructuración, reflejada en una reducción del espacio de la «pars urbana» y del anterior lujo, y la zona termal se convierte en una instalación destinada al prensado de la uva. Su abandono se produciría en el s. VI d. C. La villa está bastante bien conservada con algunos muros de hasta 3 m de altura. Las excavaciones han proporcionado restos muebles de primera calidad, entre los cuales gran cantidad de cerámica, pero también un pedestal de mármol de Carrara, una peana de bronce de una crátera, un plato de vidrio, así como una garrafa, una luz de aceite, útiles agrícolas y un gran cencerro de hierro, etc. En relación con los accesorios de la arquitectura se han recuperado una llave y fragmentos de vidrio que cerrarían posiblemente alguna ventana. Un importante conjunto numismático permite documentar todos los períodos, desde moneda ibérica, hispanorromana del alto y bajo Imperio hasta una de Teodosio II. El yacimiento es conocido de antiguo aunque las primeras referencias datan de 1934 y la confirmación de que se trataba de una villa romana, de 1948. Las primeras excavaciones –en las que se halló el primer mosaico, que fue restaurado– las realizó la Diputación durante los años 1958 y 1964. Las excavaciones sistemáticas fueron ejecutadas entre 1980 y 1988 por la Diputación de Barcelona y el Centro de Estudios Comarcales de Igualada (CECI). Posteriormente se han realizado trabajos de limpieza, mantenimiento y consolidación.