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Estación de Saint-Maur - Créteil

Estaciones de ferrocarril del departamento de Valle del MarneEstaciones de la línea RER AZona 3 de transporte público de Isla de Francia
RER A Gare de Saint Maur Creteil (7)
RER A Gare de Saint Maur Creteil (7)

La estación de Saint-Maur - Créteil es una estación ferroviaria francesa de la línea de París-Bastille a Marles-en-Brie, ubicada en el municipio de Saint-Maur-des-Fossés, en el departamento de Valle del Marne en región Isla de Francia. Fue puesta en servicio en 1859 por la Compañía de los ferrocarriles del Este y en 1969 pasó a ser una estación del RER de la RATP. Por la estación pasan los trenes de la línea A del RER de Isla de Francia.

Extracto del artículo de Wikipedia Estación de Saint-Maur - Créteil (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Estación de Saint-Maur - Créteil
Rue Leroux, Nogent-sur-Marne

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 48.806389 ° E 2.471944 °
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Dirección

Rue Leroux

Rue Leroux
94100 Nogent-sur-Marne, Saint-Maur Créteil
Isla de Francia, Francia
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RER A Gare de Saint Maur Creteil (7)
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Restauración borbónica en Francia
Restauración borbónica en Francia

La Restauración borbónica en Francia (en francés: La Restauration)[1]​[2]​ fue el período de la historia de Francia comprendido entre la caída de Napoleón Bonaparte en 1814 y la Revolución de Julio de 1830, durante el cual la Casa de Borbón volvió a ocupar el trono francés. El periodo se caracterizó por una aguda reacción conservadora y el restablecimiento de la Iglesia católica como poder político en Francia. Pero los gobiernos de Luis XVIII (entre 1814 y 1824) y Carlos X (1824-1830) debieron aceptar algunas realidades surgidas con la Revolución francesa, como la monarquía constitucional, el parlamentarismo, la redistribución de la tierra realizada durante las convulsiones de fin del siglo XVIII y la desaparición de los antiguos gremios artesanales. La Carta constitucional "otorgada" por el rey el 4 de junio de 1814 se basaba en una especie de compromiso entre los logros de la Revolución y los principios monárquicos. No existía separación de poderes y el rey, que ejercía el poder ejecutivo, disponía de amplias prerrogativas legislativas. Tenía que contar con dos cámaras de representantes con poderes limitados: la cámara de los Pares y la de los Diputados. Hasta 1820, se mantuvo un equilibrío precario entre los monárquicos más conservadores llamados «ultras», que deseaban una vuelta al Antiguo Régimen, y los liberales, o independientes de izquierda, que defendían los avances jurídicos de la Revolución. Pero la dominación de los ultras en las cámaras dará paso a partir de 1827 a un enfrentamiento abierto con los liberales, que conducirá a la revolución de 1830.[1]​