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Cúpula del Profeta

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Dome of the Prophet (Temple Mount, 2008)
Dome of the Prophet (Temple Mount, 2008)

La Cúpula del Profeta (en árabe: قبة النبي‎, Qubbat an-Nabi), también conocida como la Cúpula del Mensajero y la Cúpula de Mahoma,[1]​ es una cúpula independiente situada al norte del Monte del Templo en la ciudad vieja de Jerusalén, en la punta noroccidental de la terraza de la Cúpula de la Roca.

Extracto del artículo de Wikipedia Cúpula del Profeta (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Cúpula del Profeta
פול אמיל בוטה, Jerusalén מורשה

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N 31.778138888889 ° E 35.235086111111 °
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העיר העתיקה בירושלים וחומותיה

פול אמיל בוטה
9410158 Jerusalén, מורשה
Distrito de Jerusalén, Israel
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Dome of the Prophet (Temple Mount, 2008)
Dome of the Prophet (Temple Mount, 2008)
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Lugares cercanos

Cúpula de la Roca
Cúpula de la Roca

La Cúpula de la Roca o el Domo de la Roca (en árabe: قبة الصخرة‎‎‎ [Qubbat al-Sajra], en hebreo: כיפת הסלע‎ [Kippat ha-Sela]) es un monumento situado en Jerusalén, en el centro del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas.[1]​ Se completó inicialmente entre los años 691 y 692 por orden del califa omeya Abd al-Málik durante la Segunda Fitna en el lugar donde antes se erigiera el Segundo Templo Judío, destruido durante el sitio romano de Jerusalén en el año 70. El domo original colapsó en 1015 y fue reconstruido entre 1022 y 1023. El Domo de la Roca es en su base una de las obras existentes más antiguas de la arquitectura islámica.[2]​ Su arquitectura y mosaicos siguen los patrones de las cercanas iglesias y palacios bizantinos,[3]​ aunque su apariencia exterior ha sido modificada significativamente durante el periodo otomano y de nuevo en el periodo moderno, notablemente con la adición del techo dorado, entre 1959 y 1961 y nuevamente en 1993. El plano octagonal de la estructura puede haber sido influido por la iglesia bizantina de la Silla de María (conocida también como la iglesia de la Kathisma en griego y como al-Qadismu en árabe) construida entre 451 y 458 en el camino entre Jerusalén y Belén.[3]​ La Piedra Fundacional sobre la que está construido el templo tiene gran significación en las religiones abrahámicas, como el lugar en que Dios creó el mundo y al primer humano, Adán.[4]​ Los credos judío y cristiano afirman que fue en ese lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por orden de Yahveh o Dios, según los relatos del Génesis, y como el lugar donde la presencia de Dios se manifiesta más que en cualquier otro lugar, hacia el cual se orientan los judíos durante la oración. El islam recoge también la tradición del sacrificio de Abraham (Ibrahim en árabe), aunque en la versión islámica el hijo no era Isaac sino el primogénito, Ismael.[5]​ Según la tradición judía, desde esta primera piedra se construyó el mundo. Allí fue erigido el Sanctasanctórum, la parte más sagrada del templo de Jerusalén. Los musulmanes creen que es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado por el ángel Gabriel. En honor a dicho episodio de la vida de Mahoma, el noveno califa, Abd al-Malik, construyó el edificio entre los años 687 y 691. Sin cambios esenciales durante más de trece siglos, la Cúpula de la Roca sigue siendo uno de los más preciosos y duraderos tesoros arquitectónicos del mundo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha sido llamada "el punto de referencia más reconocible de Jerusalén,"[6]​ junto con dos estructuras cercanas en la ciudad vieja de Jerusalén: el Muro de los Lamentos y la “rotonda de la resurrección" en la Iglesia del Santo Sepulcro.[7]​ Es la estructura religiosa más antigua evaluada arqueológicamente construida por un gobernante musulmán y las inscripciones en el edificio contienen las proclamaciones epigráficas más antiguas del islam y del profeta islámico Mahoma.[8]​ Las inscripciones se han mostrado un escalón importante, en tanto se convirtieron después en un rasgo común en las edificaciones islámicas y casi siempre mencionan a Mahoma.[8]​ La Cúpula de la Roca sigue siendo un "monumento único de la cultura islámica en casi todos los aspectos", que incluyen el ser una "obra de arte y un documento cultural y piadoso," de acuerdo con el historiador Oleg Grabar.[9]​ Técnicamente, la Cúpula de la Roca no se considera una mezquita, pero sí es un lugar de culto para el islam. Junto al Domo de la Roca con su cúpula dorada, en el extremo sur de la explanada se encuentra la mezquita de Al-Aqsa con su cúpula plateada y anexa al Domo de la Roca se encuentra la Cúpula de la Cadena. El Domo de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa son los dos edificios importantes de la Explanada de las Mezquitas. También se suele llamar erróneamente mezquita de Omar al Domo de la Roca. El significado de este sitio emana de tradiciones religiosas monoteístas ligadas con la roca a la que preserva la cúpula dorada: conocida como la «Roca Fundacional»,[10]​ la misma es considerada un importante punto de referencia por los monoteístas,[11]​ y es por este elemento sagrado que se adopta una planta central, tan poco usada en la arquitectura religiosa islámica, conformando una suerte de relicario que envuelve a la roca. Es de esta manera que se genera un espacio central coronado por una cúpula dorada y un ambulatorio que permite la veneración.[12]​

Templum Domini
Templum Domini

El Templum Domini[1]​ (traducción vulgata del hebreo: 'הֵיכָל ה "Templo del Señor") fue el nombre que le dieron los cruzados a la Cúpula de la Roca, en Jerusalén durante las Cruzadas. Se convirtió en un símbolo importante de Jerusalén, apareciendo en las monedas acuñadas durante el Reino Cristiano de Jerusalén. La Cúpula de la Roca se construyó a finales del siglo VII bajo el gobierno del quinto califa omeya Abd Al-Málik ibn Marwan en el sitio donde antes se encontraba el Segundo Templo Judío (o posiblemente fue añadido a un edificio bizantino ya existente desde el reino de Heraclio, 610-641). Tras la captura de Jerusalén en la Primera Cruzada (1099), la Cúpula de la Roca fue dada a los agustinos, que la convirtieron en una iglesia. cristiana, La adyacente mezquita de Al-Aqsa fue llamada Templum Solomonis (Templo de Salomón) por parte de los cruzados. Fue convertida primero en un palacio real. La imagen de la Cúpula, representando el "Templo de Salomón," se convirtió en un elemento iconográfico importante del Reino de Jerusalén. Los sellos reales de los Reyes de Jerusalén ilustraban a la ciudad simbólicamente combinando la Torre de David, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Cúpula de la Roca y los muros de la ciudad. Tras la terminación de la construcción del palacio real cerca de la Puerta de Jaffa, el Reino de Jerusalén le dio el edificio de la mezquita a los caballeros templarios, quienes lo mantuvieron como su cuartel general. La Cúpula aparecía en el reverso de los sellos de los Gran Maestres de los templarios (como Evrard des Barres y Renaud de Vichiers), y se convirtió en el modelo arquitectónico de las iglesias templarias redondas por toda Europa. Aunque la cercana Cúpula de la Ascensión fue construida como un baptisterio durante el periodo cruzado, ha permanecido desde entonces en manos de autoridades islámicas como parte del complejo más grande de la Cúpula de la Roca.

Templo de Salomón
Templo de Salomón

El Templo de Salomón también conocido como el Primer Templo, según la narración bíblica, fue un templo de Jerusalén (hebreo = בֵּית-הַמִּקְדָּשׁ: Beit Ha-Miqdash) construido bajo el reinado de Salomón y terminado en el año 957 a. C. El Templo fue saqueado y luego destruido en el 586/587 a. C. a manos del rey babilónico Nabucodonosor II,[1]​ quien también deportó a los judíos a Babilonia. La destrucción del templo y la deportación se consideraron cumplimientos de la profecía y reforzaron las creencias religiosas judaicas.[2]​ La Biblia hebrea (Antiguo Testamento) describe cómo el padre de Salomón a David, el gran rey guerrero que unió a las tribus israelitas, capturó Jerusalén e introdujo en la ciudad el artefacto central de los israelitas, el Arca de la Alianza.[3]​ David eligió el monte Moriah en Jerusalén como lugar para un futuro templo que albergara el Arca, hoy conocido como el Monte del Templo o Haram al-Sharif.[2]​ Sin embargo, Dios no le permitió construir el Templo, pues había «derramado mucha sangre».[4]​ En su lugar, su hijo Salomón, conocido por ser un ambicioso constructor de obras públicas, lo edificó.[5]​ Colocó el Arca en el Sanctasanctórum, la sala más interior sin ventanas y la zona más sagrada del Templo.[6]​ En el Sanctasanctórum descansaba la presencia de Dios. Solo el sumo sacerdote podía entrar en la sala, una vez al año en el Día de la Expiación, llevando la sangre de un cordero sacrificado y quemando incienso.[6]​ Según la Biblia, el Templo no únicamente servía como edificio religioso, sino también como lugar de reunión para los israelitas.[2]​ A los judíos que habían sido deportados tras la conquista de Babilonia se les permitió finalmente regresar y reconstruir su templo, conocido como el Segundo Templo. Pero el edificio ya no albergaba el Arca, pues había desaparecido.[7]​ Los estudiosos dudan de la veracidad del relato bíblico, ya que no se ha encontrado ninguna prueba de la existencia del Templo de Salomón, además el Templo no se menciona en los relatos extrabíblicos.[8]​[9]​ Existe un acuerdo generalizado de que existía una estructura ritual en el Monte del Templo en el momento del asedio babilónico a Jerusalén, pero siguen existiendo serias dudas a la hora de atribuirlo o su construcción a Salomón, o a cualquier rey aproximadamente contemporáneo a su vida.[10]​ Los artefactos que supuestamente prueban la existencia del Templo de Salomón —una granada de marfil y una tablilla de piedra del siglo IX a.C.— han resultado ser falsos.[11]​ Muchos estudiosos creen que la inscripción en un fragmento de cerámica conocido como Ostracón 18, escrita alrededor del año 600 a. C., hace referencia al Templo de Jerusalén.[12]​[13]​ [14]​ De ser así, sería la única corroboración extrabíblica del Templo encontrada.

Monte del Templo
Monte del Templo

El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas es un lugar religioso considerado sagrado de aproximadamente 15 hectáreas ubicado en la ciudad vieja de Jerusalén. Los israelíes lo conocen como הַר הַבַּיִת (Har Ha-Bayit, lit. «Monte de la Casa» o «Monte del Templo», en alusión al antiguo templo) por los judíos y cristianos, mientras que los musulmanes lo denominan الحرم الشريف‎‎ (Haram esh-Sharif, lit. «El Noble Santuario») o الحرم القدسي الشريف (al-Ḥaram al-Qudsī al-Šarīf, lit. «El Noble Santuario de Jerusalén»). Actualmente, la explanada es uno de los lugares sagrados más disputados del mundo. Denominado por los musulmanes Noble Santuario está considerado el tercer lugar más santo en el islam (tras La Meca y Medina), y también es el lugar más sagrado del judaísmo, ya que en el monte Moriá se sitúa la historia bíblica del sacrificio de Isaac.[1]​ El sitio actual es una plaza plana rodeada por muros de contención (incluyendo el Muro de las Lamentaciones) que se construyó durante el reinado de Herodes el Grande para una expansión del templo. La plaza está dominada por tres edificaciones monumentales de principios del período omeya: la Mezquita de al-Aqsa, la Cúpula de la Roca y la Cúpula de la Cadena, así como cuatro minaretes. Las murallas y puertas herodianas, con adiciones hechas durante los períodos bizantino tardío e islámico temprano, atraviesan los flancos del monte. Actualmente se puede llegar allí por once puertas, diez de ellas reservadas para musulmanes y una para no musulmanes, con puestos de guardia de la policía israelí en las proximidades de cada una.[2]​ En virtud del "statu quo" vigente los judíos no pueden acceder a la Explanada para rezar, aunque sí pueden hacerlo en calidad de visitantes.[3]​ El recinto está bajo la custodia de Jordania pero controlado por Israel que mantiene la soberanía sobre Jerusalén desde la Guerra de los Seis Días de 1967.[3]​

Templo de Jerusalén
Templo de Jerusalén

El templo de Jerusalén (hebreo: בית המקדש, Beit Hamikdash) fue el santuario más importante del reino de Judá, y del judaísmo, hasta su destrucción en el año 70. Según la Biblia, se trataba del único santuario legítimo del pueblo israelita y contenía en su interior el Arca de la Alianza, un altar de oro, candeleros del mismo metal, una mesa con panes sagrados y demás utensilios empleados para llevar a cabo el culto del dios Yahweh.[1]​ [2]​ Se localizaba en la explanada del monte Moriá, en la ciudad de Jerusalén, posiblemente donde se encuentran la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa. Suelen distinguirse dos templos sucesivos: el llamado Primer Templo o Templo de Salomón fue construido, según la Biblia, por el rey Salomón para sustituir al Tabernáculo como único centro de culto para las doce tribus de Israel. Su construcción marcó una ruptura con la tradición hebrea según la cual el dios Yahweh moraba en una tienda, el tabernáculo, y no en una casa.[3]​ Los libros históricos de la Biblia, indican que fue saqueado por el faraón Sisac (Sheshonq I) en 925 a. C., profanado por algunos de los reyes de Judá y destruido por los babilonios durante el tercer asedio de Nabucodonosor II contra Jerusalén en 587 a. C. No hay restos arqueológicos del mismo. El Segundo Templo fue completado por Zorobabel en 515 a. C., cuando Judea estaba bajo soberanía persa, durante el reinado de Darío I y seguidamente consagrado por el sumo sacerdote Esdras. Se convirtió en el edificio más importante de la ciudad de Jerusalén y de Judea, hasta el punto que algunos autores denominaron a esta última un «estado-templo». Lugar de depósito de grandes tesoros, los reyes seleúcidas, a quienes Judea estaba sometida, intentaron saquearlo. En el reinado de Antíoco IV Epífanes fue profanado, convirtiéndose en un templo helenístico posiblemente consagrado al dios Zeus. Tras la revuelta macabea, fue purificado y vuelto a consagrar al culto de Yahveh por Judas Macabeo en 165 a. C.[4]​ A finales del siglo I a. C., fue ampliado y reconstruido por el rey Herodes, convirtiéndose en el punto focal del judaísmo. En la primera guerra judía, fue sitiado por los romanos y destruido por las legiones al mando de Tito en el año 70. Su principal vestigio es el Muro de las Lamentaciones, también conocido como Kotel o Muro Occidental.[5]​ Después de una efímera restauración del culto judío durante la revuelta de Bar Kojba en el siglo II, el área fue ocupada por un vasto complejo de santuarios helénicos construidos por orden de Adriano, en la ciudad de Aelia Capitolina, que sustituyó a Jerusalén. Durante el imperio de Juliano, conocido como el Apóstata por los cristianos, hubo un intento fallido de reconstruir el Templo. En el siglo VII, finalmente y con la ciudad en manos de los musulmanes, se construyó en el área la Cúpula de la Roca y la mezquita Al-Aqsa. Según algunas corrientes de la escatología judía, un Tercer Templo de Jerusalén será reconstruido con la llegada del Mesías.

Disturbios palestinos en 1929
Disturbios palestinos en 1929

Los Disturbios Palestinos de 1929 (también conocidos como la Sublevación del Muro de las Lamentaciones o Sublevación de Buraq) hacen referencia a la serie de manifestaciones y disturbios acaecidos a finales de agosto de 1929 cuando una prolongada disputa entre musulmanes y judíos por el acceso al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén desembocó en actos violentos. Durante la semana de disturbios, por lo menos 116 árabes y 133 judíos fueron asesinados y 339 heridos. El Muftí ordenó abrir el extremo sur del callejón que cruzaba el Muro. El antiguo callejón sin salida se convirtió en un paso que iba desde el Monte del Templo hasta dentro del área de oración del Muro. Las mulas pasaban por esa calle estrecha, a menudo tirando excrementos. Esto, junto con otros proyectos de construcción en la zona, y el acceso restringido al Muro, provocó la protesta de los judíos ante los británicos que permanecieron indiferentes. El 14 de agosto de 1929, después de los ataques a judíos que rezaban en el Muro, 6000 judíos se manifestaron en Tel Aviv gritando "El Muro es nuestro." Al día siguiente, día de ayuno para los judíos, 300 jóvenes izaron la bandera y cantaron el himno sionista frente al Muro. Un día después, el 16 de agosto, una multitud organizada de 2000 musulmanes bajó al Muro de las Lamentaciones destrozando objetos litúrgicos, quemando libros de oración y notas de suplica. La revuelta se extendió a la zona comercial judía y provocó pocos días más tarde las infames Matanza de Hebron[1]​ y Safed.[2]​