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Embalse de Arriarán

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Estilo internacional (arquitectura)Infraestructuras en España en los años 1990Presas completadas en 1993Racionalismo arquitectónico
Arriarango urtegiaren uhatea
Arriarango urtegiaren uhatea

El embalse de Arriaran (o Arriarán) es un embalse situado en la comarca de Arriaran, en la localidad de Beasáin en Guipúzcoa. La construcción de la obra finalizó en el año 1993, con el patrocinio de la Diputación Foral de Guipúzcoa.[2]​[3]​ La represa fue construida para cubrir el consumo anual de 2.355.000 m³, abastece de agua a 33.971 habitantes de la comarca de Goyerri. En concreto, los siguientes municipios: Ormaiztegui, Segura, Idiazábal, Olaberría, Beasáin, Villafranca de Ordizia, Lazcano, Isasondo, Arama, Alzaga, Orendáin, Gainza, Baliarrain y Legorreta.[4]​ El embalse de Arriaran está construido con hormigón convencional. La presa del embalse tiene una altura de 57 metros, una capacidad de regulación de unos 250 l/s y una cuenca de drenaje 11 km².[5]​ Al borde del embalse, precisamente en los costados del vertedero en forma de rampa, existe una escultura de Néstor Basterretxea que corona la represa con un estilo abstracto del movimiento moderno.[6]​[7]​ El proyecto fue realizado conjuntamente con el ingeniero José María Elosegui Amundarain, quien en otra oportunidad trabajó también con Eduardo Chillida.[8]​[9]​[10]​

Extracto del artículo de Wikipedia Embalse de Arriarán (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Embalse de Arriarán
Arriaran auzoa,

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Arriarango urtegiaren uhatea
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Viaducto de Ormáiztegui
Viaducto de Ormáiztegui

El viaducto de Ormáiztegui (Guipúzcoa, España) se construyó en 1863 por el ingeniero Alexander Lavalley en los talleres Batignolles, culminando el último tramo de la línea férrea París-Madrid. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1864[1]​ y estuvo en servicio hasta el 1 de julio de 1995, fecha en la que fue definitivamente sustituido por una moderna estructura de hormigón construida en paralelo.[2]​ Es un ejemplo sumamente didáctico de un sistema constructivo en desuso, mediante acero laminado, que sufre un proceso generalizado de sustitución y desaparición. Es representante de una época ligada al desarrollo ferroviario, y tanto por su antigüedad como por sus monumentales dimensiones y la altura que salva, lo convierten en un bien sin parangón dentro de la ingeniería civil del siglo XIX en España. En origen el viaducto responde a una estética estrictamente constructiva y ligada a la ingeniería civil metálica del ferrocarril, sin ornamentaciones ni detalles historicistas. Su mayor expresión formal es la densa y tupida malla de planchas de hierro que arriostran y llenan los vacíos de las vigas. El Viaducto salva una distancia de 291,5 metros y su altura máxima es de 34 metros. Se organizaba como un gran cajón continuo estructurado en cinco vanos de 53,2 y 60,5 metros en los extremos y en el centro, respectivamente. La estética férrea resulta incompleta, pues los soportes se realizaron con pilas de sillería. No obstante, este hecho aumenta la ligereza del propio cuerpo horizontal del Viaducto. Actualmente el vaducto presenta diversos soportes, con cinco nuevos apoyos en hormigón armado, que datan de la guerra civil, los cuales fueron construidos como refuerzo tras haber sido destruido el puente (cortando a soplete su estructura metálica) para evitar el avance de las "tropas nacionales". Como resultado de ello los actuales vanos son diez, conservando la estructura metálica construida mediante vigas continuas con elementos de acero laminado enlazados entre sí por roblones. Los vanos del Viaducto tienen unas longitudes variables entre 30 y 25 metros, siendo mayores los centrales. La estructura de hierro está constituida por tres vigas principales paralelas entre sí, distantes 3,18 metros entre ejes y un canto de 5,60 metros. Las tres vigas son continuas y de celosías múltiples de barras planas y sustentan una doble vía. Las vigas se dividen en tramos mediante los montantes verticales, cuya modulación básica es de 2,40 metros. Los montantes verticales se vuelven más densos en los apoyos del Viaducto, llegando a representar un cambio en la sucesión de montantes y celosías cruzadas. Las tres vigas se arriostran transversalmente mediante cruces de San Andrés formadas por perfiles en T, diversas pletinas y angulares tipo L dispuestos horizontalmente. En la parte superior se realiza un tablero con un entramado de viguetas y largueros. Las viguetas son dos vigas doble T, soldadas entre sí, con un canto total de 95 cm. Sobre este tablero de soporte discurren los travesaños, ocultos superiormente por chapas de acero y los raíles del ferrocarril. Como remate superior del Viaducto surge un pasillo volado de las vigas principales laterales con una barandilla protectora de acero que continúa con el juego de celosías cruzadas. Las alas superior e inferior de las vigas están formadas por pletinas de anchura diversa para reforzar la sección en algunos puntos. Las uniones entre los distintos elementos de la estructura son en su mayoría mediante roblones, existiendo en menor medida soldaduras. La estructura se pinta con pintura metálica gris. Los soportes existentes son de dos tipos: por un lado, los cinco toscos caballetes de hormigón armado visto, que se realizan como un entramado hueco de planta cuadrada con cuatro pilares sobre vastas zapatas y cuatro tramos de altura con cruces de San Andrés en su tramo superior y tablero como remate y apoyo del viaducto. Estos caballetes tienen su origen en las vicisitudes de la guerra civil. Por otro lado están los soportes originales mediante grandes pilas rectangulares de piedra, con un acabado exterior en sillería. Coincidiendo con estas pilas se colocan en las vigas laterales los postes metálicos de las catenarias de electricidad.