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Ichaso (Guipúzcoa)

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Kizkitzako baseliza, hego ekialdetik
Kizkitzako baseliza, hego ekialdetik

Ichaso (Itsaso oficialmente y en euskera) fue un municipio español perteneciente a la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco.

Extracto del artículo de Wikipedia Ichaso (Guipúzcoa) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Ichaso (Guipúzcoa)
Itsaso Diseminado,

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 43.0725 ° E -2.25527778 °
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Dirección

Itsaso barreiatua

Itsaso Diseminado
20709
País Vasco, España
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Kizkitzako baseliza, hego ekialdetik
Kizkitzako baseliza, hego ekialdetik
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Lugares cercanos

Viaducto de Ormáiztegui
Viaducto de Ormáiztegui

El viaducto de Ormáiztegui (Guipúzcoa, España) se construyó en 1863 por el ingeniero Alexander Lavalley en los talleres Batignolles, culminando el último tramo de la línea férrea París-Madrid. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1864[1]​ y estuvo en servicio hasta el 1 de julio de 1995, fecha en la que fue definitivamente sustituido por una moderna estructura de hormigón construida en paralelo.[2]​ Es un ejemplo sumamente didáctico de un sistema constructivo en desuso, mediante acero laminado, que sufre un proceso generalizado de sustitución y desaparición. Es representante de una época ligada al desarrollo ferroviario, y tanto por su antigüedad como por sus monumentales dimensiones y la altura que salva, lo convierten en un bien sin parangón dentro de la ingeniería civil del siglo XIX en España. En origen el viaducto responde a una estética estrictamente constructiva y ligada a la ingeniería civil metálica del ferrocarril, sin ornamentaciones ni detalles historicistas. Su mayor expresión formal es la densa y tupida malla de planchas de hierro que arriostran y llenan los vacíos de las vigas. El Viaducto salva una distancia de 291,5 metros y su altura máxima es de 34 metros. Se organizaba como un gran cajón continuo estructurado en cinco vanos de 53,2 y 60,5 metros en los extremos y en el centro, respectivamente. La estética férrea resulta incompleta, pues los soportes se realizaron con pilas de sillería. No obstante, este hecho aumenta la ligereza del propio cuerpo horizontal del Viaducto. Actualmente el vaducto presenta diversos soportes, con cinco nuevos apoyos en hormigón armado, que datan de la guerra civil, los cuales fueron construidos como refuerzo tras haber sido destruido el puente (cortando a soplete su estructura metálica) para evitar el avance de las "tropas nacionales". Como resultado de ello los actuales vanos son diez, conservando la estructura metálica construida mediante vigas continuas con elementos de acero laminado enlazados entre sí por roblones. Los vanos del Viaducto tienen unas longitudes variables entre 30 y 25 metros, siendo mayores los centrales. La estructura de hierro está constituida por tres vigas principales paralelas entre sí, distantes 3,18 metros entre ejes y un canto de 5,60 metros. Las tres vigas son continuas y de celosías múltiples de barras planas y sustentan una doble vía. Las vigas se dividen en tramos mediante los montantes verticales, cuya modulación básica es de 2,40 metros. Los montantes verticales se vuelven más densos en los apoyos del Viaducto, llegando a representar un cambio en la sucesión de montantes y celosías cruzadas. Las tres vigas se arriostran transversalmente mediante cruces de San Andrés formadas por perfiles en T, diversas pletinas y angulares tipo L dispuestos horizontalmente. En la parte superior se realiza un tablero con un entramado de viguetas y largueros. Las viguetas son dos vigas doble T, soldadas entre sí, con un canto total de 95 cm. Sobre este tablero de soporte discurren los travesaños, ocultos superiormente por chapas de acero y los raíles del ferrocarril. Como remate superior del Viaducto surge un pasillo volado de las vigas principales laterales con una barandilla protectora de acero que continúa con el juego de celosías cruzadas. Las alas superior e inferior de las vigas están formadas por pletinas de anchura diversa para reforzar la sección en algunos puntos. Las uniones entre los distintos elementos de la estructura son en su mayoría mediante roblones, existiendo en menor medida soldaduras. La estructura se pinta con pintura metálica gris. Los soportes existentes son de dos tipos: por un lado, los cinco toscos caballetes de hormigón armado visto, que se realizan como un entramado hueco de planta cuadrada con cuatro pilares sobre vastas zapatas y cuatro tramos de altura con cruces de San Andrés en su tramo superior y tablero como remate y apoyo del viaducto. Estos caballetes tienen su origen en las vicisitudes de la guerra civil. Por otro lado están los soportes originales mediante grandes pilas rectangulares de piedra, con un acabado exterior en sillería. Coincidiendo con estas pilas se colocan en las vigas laterales los postes metálicos de las catenarias de electricidad.

Caserío-Museo Igartubeiti
Caserío-Museo Igartubeiti

El Caserío Museo Igartubeiti (en euskera Igartubeiti baserri-museoa) es un espacio museístico formado por el caserío del mismo nombre y un Centro de Interpretación, ubicado en la loclaidad guipuzcoano de Ezkio en el País Vasco, España. El conjunto museístico está centrado en el caserío Igartubeiti y sus características constructivas y funcionales. El caserío es una eminente construcción en madera de roble centrada en el lagar para la preparación de sidra, en euskera dolare, que es la parte principal de la estructura de la construcción. Un ejemplo de caserío lagar que fue popular en Guipúzcoa en el siglo XVI. Igartubeiti fue construido a mediados del siglo XVI y ampliado en el XVII, estuvo habitado hasta finales del siglo XX lo que le proporcionó un excelente estado de conservación. En 1992 la Diputación Foral de Guipúzcoa compró el caserío y lo reconvirtió en museo etnográfico en el que expone el estilo de vida del mundo rural vasco y en especial la fabricación de sidra. Tras una profunda restauración orientada a su musicalización se abrió al público en el año 2001.[1]​[2]​ El lagar de sidra, pieza única debido a su antigüedad y su buen estado de conservación, se manifiesta como corazón constructivo del edificio lo que le dota de una característica especial en la arquitectura rural. En el Centro de Interpretación, asociado al caserío y puesto en marcha como parte de la musealización, se explica la evolución e historia del caserío vasco a lo largo de mil años. A través de un recorrido multimedia se pueden descubrir los cambios que sufrieron este tipo de construcciones y cómo fueron transformándose para adaptarse a nuevas necesidades de cada época. El Caserío Museo Igartubeiti cuenta con un programa de actividades anual destinado a diferentes públicos y un programa educativo destinado a centros educativos y a familias. Desde el Centro de Interpretación se organizan las visitas al Caserío Igartubeiti. Cada año, en el mes de octubre, se pone en marcha para mostrar su funcionamiento, bajo la actividad denominada "Semana de la sidra".[3]​ El conjunto museístico cuenta también con un huerto ecológico usado como recurso educativo. En este se pueden ver, por un lado, verduras y hortalizas típicas del siglo XVI y XVII y por otro, cultivos actuales.