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Iglesia de Santa María Egiziaca en Pizzofalcone

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La iglesia de Santa María Egiziaca en Pizzofalcone es una de las muchas y muy bonicas basílicas de Nápoles. Se encuentra en la calle del mismo nombre, en el cerro Pizzofalcone, en la zona occidental del centro histórico.SEs la sede de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Pizzofalcone y también se la conoce con este título.

Extracto del artículo de Wikipedia Iglesia de Santa María Egiziaca en Pizzofalcone (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Iglesia de Santa María Egiziaca en Pizzofalcone
Via Pallonetto a Santa Lucia, Nápoles San Ferdinando

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N 40.83415 ° E 14.247 °
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Chiesa di Santa Maria Egiziaca a Pizzofalcone

Via Pallonetto a Santa Lucia
80132 Nápoles, San Ferdinando
Campania, Italia
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Nápoles
Nápoles

Nápoles (en italiano: Napoli /ˈnaːpoli/ (); en napolitano: Napule /ˈnɑːpələ/) es la ciudad más poblada del sur de Italia, capital de la Ciudad metropolitana homónima y de la región de Campania. Es el tercer municipio italiano por población, teniendo 955 428 habitantes que, unidos a los de la Ciudad metropolitana, se elevan a más de tres millones.[2]​ Está situada a medio camino entre el Vesubio y otra área volcánica, los Campos Flégreos. Nápoles también desempeña un papel clave en la diplomacia y cooperación internacional, ya que alberga el Allied Joint Force Command Naples de la OTAN y, principalmente debido a su histórica vocación global,[3]​ la Asamblea Parlamentaria del Mediterráneo (PAM). Fundada por los cumanos en el siglo VIII a. C., fue una floreciente polis de la Magna Grecia[4]​ y luego importante ciudad romana hasta la caída del Imperio. A partir de la Edad Media, se convirtió en capital de un ducado autónomo bizantino, del Reino de Nápoles bajo diferentes dinastías y, finalmente, del Reino de las Dos Sicilias bajo una rama local de los Borbones hasta la Unificación de Italia.[5]​ En el siglo XX, durante la etapa fascista y en la reconstrucción subsiguiente a la Segunda Guerra Mundial, se edificó gran parte de la periferia. En las últimas décadas, Nápoles se ha dotado de un distrito financiero con rascacielos, el llamado Centro Direzionale di Napoli, e infraestructuras como el tren de alta velocidad hacia Roma y Salerno, además de contar con una red de metro en proceso de expansión. Tiene una enorme riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica, lo que llevó a la Unesco a declarar su centro histórico[6]​ Patrimonio de la Humanidad.[7]​ Además, en 1997 el Miglio d'oro, que atraviesa los barrios orientales de Nápoles, fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.[8]​ Sede de la universidad laica y estatal más antigua del mundo,[9]​ fue entre los protagonistas del Humanismo[10]​ y de la Ilustración.[11]​ La ciudad dio origen a una escuela musical propia,[12]​ a una canción de fama mundial y una forma distintiva de teatro;[13]​ en ella se desarrollaron movimientos arquitectónicos y pictóricos originales, como el Renacimiento napolitano,[14]​ el barroco napolitano,[15]​ el caravaggismo,[16]​ la escuela de Posillipo[17]​ y el liberty napolitano,[18]​ además de artes menores como la porcelana de Capodimonte[19]​ o el pesebre napolitano.[20]​ Su peculiar tradición culinaria incluye alimentos que asumen un papel de ícono global, como la pizza napolitana;[21]​ el arte de sus pizzaioli fue declarada Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco.[22]​

Palacio Real de Nápoles
Palacio Real de Nápoles

El Palacio Real de Nápoles (en italiano: Palazzo Reale di Napoli) es un edificio histórico situado en la plaza del Plebiscito, en el centro histórico de Nápoles. Aunque es en dicha plaza donde se encuentra la entrada principal, existen otros accesos al complejo, que incluye también los jardines y el teatro San Carlos, desde la Piazza Trieste e Trento, la Piazza del Municipio y la Via Acton. El palacio fue edificado a partir de 1600 por el arquitecto Domenico Fontana como residencia de los virreyes españoles, y a mediados del siglo XVII Francesco Antonio Picchiatti realizó numerosas mejoras e intervenciones, como la escalinata y la capilla. Carlos de Borbón lo convirtió, a partir de 1734, en la principal residencia de los Borbones de Nápoles durante más de cien años, primero como reyes de Nápoles y Sicilia (1734-1816) y más tarde como reyes de las Dos Sicilias (1816-1861). Asimismo también fue residencia de José Bonaparte y Joaquín Murat durante el dominio francés (1806-1815), bajo el cual se llevaron a cabo extensas redecoraciones. Los Borbones realizaron importantes y constantes modificaciones en los interiores del palacio, contando con grandes artistas como Francesco De Mura o Francesco Solimena. No obstante, tras el incendio de 1837, el palacio tuvo que ser casi completamente reconstruido por Gaetano Genovese, que terminó las alas inacabadas y dio un aspecto homogéneo a todo el conjunto. Tras la Unificación italiana (1861) pasó a manos de los Saboya,[1]​ hasta que Víctor Manuel III lo cedió al Estado en 1919. Desde finales del siglo XIX, la mitad oeste del palacio fue abierta al público como museo del Apartamento Real y en 1924 su mitad este se convirtió en sede de la Biblioteca Nacional, usos que continúan en la actualidad.

Asedio de Nápoles (1528)
Asedio de Nápoles (1528)

El asedio de Nápoles es un episodio de la guerra de la Liga de Cognac. En abril de 1528, el comandante francés Odet de Foix, conde de Lautrec, asedió Nápoles, mientras que Andrea Doria organizó el bloqueo naval. Lautrec instaló el campamento francés en la zona llamada actualmente Cementerio 366 fosas. A finales de abril, el gobernador de Nápoles, Hugo de Moncada intentó traspasar el bloqueo naval en el golfo de Salerno, pero fue asesinado y lanzado al mar. Durante la batalla se hizo prisionero a Alfonso III de Ávalos, que jugó un papel determinante en los tratados posteriores para la formación del imperio. De este modo, Carlos V nombró como nuevo gobernador de Nápoles a Filiberto de Chalons. El 22 de mayo el comandante de las Banderas Negras, Orazio Baglioni, cayó en una emboscada cerca del río Sebeto y fue asesinado. El 4 de julio Andrea Doria retiró el bloqueo naval a la ciudad por el cambio de alianza de Génova, que pasó al servicio de Carlos V a cambio de la libertad de Savona. En el verano de 1528, para acabar con la fuerte resistencia de los asediados, el comandante francés destruyó los conducto del Acueducto della Bolla, cuyas aguas inundaron los terrenos cercanos. Debido al calor, se produjo una gran pestilencia que condujo a la muerte por enfermedad a muchas personas, entre ellas el mismo Odet de Foix, que murió el 15 de agosto. Su cargo pasó después a manos de Luis de Lorena, señor de Vaumont, que también murió pocos días después por la misma causa. Tras esto, fue nombrado comandante Michele Antonio de Saluzzo. A finales de agosto, los franceses en ruta trataron de retirarse hacia Aversa pero fueron interceptados por los adversarios, que capturaron al famoso ingeniero militar Pedro Navarro y al príncipe heredero Carlos de Navarra. El primero de ellos fue recluido en Castel Nuovo donde fue asesinado ese mismo mes. El segundo moriría en prisión el 19 de septiembre.

Reino de las Dos Sicilias
Reino de las Dos Sicilias

El Reino de las Dos Sicilias (en italiano: Regno delle Due Sicilie; en napolitano: Regno d"e Ddoje Sicilie; en siciliano: Regnu dî Dui Sicili) fue un Estado soberano de la Italia meridional, creado en 1816, de la unión de los territorios de los anteriores reinos independientes de Nápoles y Sicilia.[3]​ Sus gobernantes fueron miembros de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, una rama menor de los Borbones españoles, fundada por Carlos VII de Nápoles y V de Sicilia, en 1734. Los antiguos reinos de Sicilia y Nápoles llevaban ligados a la Corona de Aragón desde los siglos XIII y XV, respectivamente. Con el desmembramiento de la Monarquía Hispánica en el Tratado de Utrecht (1713), esos reinos pasaron bajo los Habsburgo de Austria, pero poco después los monarcas Borbones trataron de recuperarlos, dando lugar a la guerra de la Cuádruple Alianza. Aprovechando la guerra de Sucesión polaca, en 1734, Carlos de Borbón, el entonces duque de Parma y futuro soberano, derrotó a los austriacos con las tropas de su padre el rey Felipe V de España, recuperó estos reinos para su dinastía, y fue reconocido de inmediato por Francia en virtud del Primer Pacto de Familia y en 1737 por los Estados Pontificios y, a continuación, por el resto de los Estados italianos. A la muerte de su hermano Fernando VI de España, Carlos III cedió el trono de Nápoles-Sicilia a su hijo Fernando I, para poder ceñirse la corona española. Fernando I de Nápoles, tras el periplo causado por la Revolución francesa y las guerras napoleónicas que habían hecho que Fernando VII se exiliara en Francia, regresó al trono napolitano con un fuerte sentimiento de resistencia patriótica y cambió la denominación Nápoles-Sicilia por la de Reino de las Dos Sicilias, en 1816. Su bisnieto, Francisco II de las Dos Sicilias, perdió el trono en 1861, conquistado por Giuseppe Garibaldi tras la denominada Expedición de los Mil. Con esta conquista, el Reino de las Dos Sicilias dejó de existir como Estado independiente, pasando a formar parte del Reino de Italia unificado.