El Reino de las Dos Sicilias (en italiano: Regno delle Due Sicilie; en napolitano: Regno d"e Ddoje Sicilie; en siciliano: Regnu dî Dui Sicili) fue un Estado soberano de la Italia meridional, creado en 1816, de la unión de los territorios de los anteriores reinos independientes de Nápoles y Sicilia.[3] Sus gobernantes fueron miembros de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, una rama menor de los Borbones españoles, fundada por Carlos VII de Nápoles y V de Sicilia, en 1734.
Los antiguos reinos de Sicilia y Nápoles llevaban ligados a la Corona de Aragón desde los siglos XIII y XV, respectivamente. Con el desmembramiento de la Monarquía Hispánica en el Tratado de Utrecht (1713), esos reinos pasaron bajo los Habsburgo de Austria, pero poco después los monarcas Borbones trataron de recuperarlos, dando lugar a la guerra de la Cuádruple Alianza. Aprovechando la guerra de Sucesión polaca, en 1734, Carlos de Borbón, el entonces duque de Parma y futuro soberano, derrotó a los austriacos con las tropas de su padre el rey Felipe V de España, recuperó estos reinos para su dinastía, y fue reconocido de inmediato por Francia en virtud del Primer Pacto de Familia y en 1737 por los Estados Pontificios y, a continuación, por el resto de los Estados italianos.
A la muerte de su hermano Fernando VI de España, Carlos III cedió el trono de Nápoles-Sicilia a su hijo Fernando I, para poder ceñirse la corona española. Fernando I de Nápoles, tras el periplo causado por la Revolución francesa y las guerras napoleónicas que habían hecho que Fernando VII se exiliara en Francia, regresó al trono napolitano con un fuerte sentimiento de resistencia patriótica y cambió la denominación Nápoles-Sicilia por la de Reino de las Dos Sicilias, en 1816. Su bisnieto, Francisco II de las Dos Sicilias, perdió el trono en 1861, conquistado por Giuseppe Garibaldi tras la denominada Expedición de los Mil. Con esta conquista, el Reino de las Dos Sicilias dejó de existir como Estado independiente, pasando a formar parte del Reino de Italia unificado.