Bilbao-La Naja fue una estación ferroviaria terminal gestionada por la empresa pública RENFE, soterrada durante buena parte de su existencia y situada en el barrio de Abando de la ciudad de Bilbao, junto al Puente del Arenal y las estaciones terminales de Concordia y Abando Indalecio Prieto. La estación original con vías al descubierto, construida por Pablo Alzola, fue inaugurada el 19 de marzo de 1888 como cabecera bilbaína del ferrocarril de Bilbao a Portugalete, siendo posteriormente derribado su edificio para convertirla en una estación soterrada en el mismo emplazamiento. Durante muchos años fue el punto de inicio de las líneas C-1 y C-2 de Renfe Cercanías Bilbao.
La infraestructura fue clausurada para siempre el 3 de marzo de 1999, con la entrada en funcionamiento de la denominada Variante Sur Ferroviaria y la centralización de todos los servicios de cercanías ofrecidos entonces por RENFE en Abando Indalecio Prieto (antes llamada Bilbao-Abando). La actuación trajo consigo también el desmantelamiento por fases del trazado ferroviario que bordeaba la Ría de Bilbao hasta esta terminal, con origen en la estación de Olabeaga, dentro del proyecto de urbanización de Abandoibarra.
Ubicada bajo la calle de Bailén, se podía acceder a los andenes subterráneos a través de varias escaleras, ubicadas junto al Puente del Arenal y en la propia calle de Bailén, así como desde el muelle de La Naja, recorriendo el soportal de los bajos del edificio de viviendas que se extiende por la calle de Bailén (fachada este). En la actualidad, dicho soportal privado está cerrado al paso del público, y las escaleras del sur de la estación —ubicadas al pie del llamado Rascacielos de Bailén— fueron selladas tras el cierre de la misma para garantizar la seguridad de la zona.[1] No obstante, siguen presentes —aun clausuradas— las escaleras junto al Puente del Arenal (verjadas) y las de la Plaza de las Mujeres 25 de Noviembre (frente a la estación de Concordia).
Mientras estuvo en servicio, el propietario del edificio fue la misma empresa pública RENFE. Posteriormente, Adif la heredó como parte del patrimonio de la antigua compañía. En 2013, fue vendida a su actual propietario, el fondo de inversión GP, Funds & Treasury S.L.[2][3] El inmueble continúa, a día de hoy, en ruinas y sin uso conocido ni previsto, aunque ha sido abierto puntualmente a actos como las jornadas sobre arquitectura Open House Bilbao (en 2017).[4]