El Blitz (del alemán Blitz[8]) es el término con el que se conoce a los bombardeos sostenidos en el Reino Unido por parte de la Alemania nazi que se llevaron entre 1940 y 1941 durante la Segunda Guerra Mundial. Estos bombardeos de objetivos industriales y centros civiles comenzaron con intensos ataques a Londres el 7 de septiembre de 1940, durante la que más tarde sería conocida como la batalla de Inglaterra. En ese momento, los planes de Adolf Hitler y Hermann Göring de destruir la Real Fuerza Aérea británica (RAF) para permitir una invasión de Gran Bretaña estaban fallando y, en respuesta a un ataque de la RAF a Berlín, que a su vez fue provocado por un bombardeo alemán accidental de Londres, cambiaron sus tácticas a un bombardeo sostenido de objetivos civiles.
Entre el 7 de septiembre de 1940 y el 21 de mayo de 1941, dieciséis ciudades británicas fueron atacadas con al menos 100 toneladas largas de explosivos. En un periodo de 267 días, Londres fue atacada en 71 ocasiones, Birmingham, Liverpool y Plymouth ocho veces, Bristol seis, Glasgow cinco, Southampton cuatro, Portsmouth y Hull tres y se realizó al menos un ataque pesado en otras ocho ciudades.[1] Lo anterior fue producto de una rápida escalada que se inició el 24 de agosto de 1940, cuando los bombarderos de la Luftwaffe, que tenían como objetivo los aeródromos de la RAF, salieron de curso y destruyeron accidentalmente varias viviendas londinenses, causando la muerte de varios civiles. A lo anterior, se sumó el bombardeo vengativo de Berlín que Winston Churchill, primer ministro británico, ordenó la noche siguiente.
Desde el 7 de septiembre siguiente, Londres fue bombardeada por la Luftwaffe durante 57 noches consecutivas.[9] Más de un millón de hogares fueron destruidos y se calcula que 40 000 civiles perdieron la vida, casi la mitad de ellos en Londres.[4] Los puertos y los centros industriales de esa ciudad también recibieron ataques. Igualmente, se bombardeó el principal puerto del océano Atlántico de Liverpool, ocasionando casi 4000 muertes en el área de Merseyside durante la guerra.[10][11] Por su parte, el puerto del mar del Norte de Hull, un conveniente y fácilmente identificable objetivo u objetivo secundario para los bombarderos incapaces de encontrar sus objetivos primarios, fue objeto de 86 ataques durante la guerra,[12] con estimaciones de 1200 civiles muertos y un 95 por cierto de sus viviendas destruidas o dañadas.[13][14] Otros puertos, como los de Bristol, Cardiff, Portsmouth, Plymouth, Southampton y Swansea también fueron bombardeados, así como las ciudades industriales de Birmingham, Belfast, Coventry, Glasgow, Mánchester y Sheffield. Birmingham y Coventry fueron elegidas por las factorías de Spitfire y tanques en Birmingham y las múltiples fábricas de municiones en Coventry. De esta última, su centro fue prácticamente destruido, así como su catedral.
No obstante, los bombardeos no lograron desmoralizar a los británicos y conducirlos a la rendición o al menos producir daños significativos en la economía de guerra.[15] Los ocho meses de bombardeos nunca obstaculizaron la producción británica y las industrias de guerra continuaron su operación y expansión.[16] El Blitz se autorizó únicamente cuando la Luftwaffe falló en lograr las condiciones previas para el lanzamiento, en 1940, de la Operación León Marino, el plan alemán para invadir Gran Bretaña. Para mayo de 1941, la amenaza de una invasión había acabado, y la atención de Hitler se centró en la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. En comparación con otras campañas de bombardeo contra Alemania, el Blitz ocasionó escasas bajas. Los bombardeos británicos de Hamburgo, en julio de 1943, llevaron a la muerte de 42 000 civiles, casi los mismos que produjo el Blitz.
Diversas razones se han propuesto para la derrota de la ofensiva alemana. El Oberkommando der Luftwaffe no desarrolló una estrategia para la destrucción de las industrias británicas. En lugar de mantener presión en alguna de ellas, frecuentemente cambió de un tipo de industria a otro. Además, la Luftwaffe tampoco contaba con el equipamiento adecuado para llevar a cabo el bombardeo estratégico. La falta de bombarderos pesados y la pobre información de inteligencia sobre la industria británica le impidió imponerse.