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Imperio otomano

Imperio otomano
Flag of the Ottoman Empire (1844–1922)
Flag of the Ottoman Empire (1844–1922)

El Imperio otomano (en turco moderno: Osmanlı İmparatorluğu o Osmanlı Devleti), oficialmente el Sublime Estado Otomano (en turco otomano: دولت عالیه عثمانیه Devlet-i Aliyye-i Osmâniyye), fue un Estado multiétnico gobernado por la dinastía osmanlí. Era conocido como el Imperio turco por sus contemporáneos, aunque los gobernantes osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su Estado. El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos que surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio turco selyúcida. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos, sobrevivieron a las invasiones mongolas y bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba del Imperio bizantino. La primera fase de la expansión otomana tuvo lugar bajo el gobierno de Osmán I (1288-1326) y siguió en los reinados de Orhan I, Murad I y Bayezid I, a expensas de los territorios del Imperio bizantino, Bulgaria y Serbia. Bursa cayó bajo su dominio en 1326 y Adrianópolis en 1361. Las victorias otomanas en los Balcanes alertaron a Europa Occidental sobre el peligro que este Imperio representaba y fueron el motivo central de la organización de la Cruzada de Segismundo de Hungría. El sitio que pusieron los otomanos a Constantinopla fue roto gracias a Tamerlán, caudillo de los mongoles, quien tomó prisionero a Beyazid en 1402, pero el control mongol sobre los otomanos duró muy poco. Finalmente, el Imperio otomano logró conquistar Constantinopla en 1453. En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por tres continentes, ya que controlaba una vasta parte del sureste europeo, de Oriente Próximo y del norte de África: limitaba al oeste con el Sultanato de Marruecos, al este con Persia y el mar Caspio, al norte con el Zarato ruso, la Monarquía Habsburgo (Hungría y el Sacro Imperio Romano Germánico) y la Mancomunidad de Polonia-Lituania, y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y el Emirato de Diriyah (Arabia). El Imperio otomano poseía 29 provincias, además de Moldavia, Transilvania, Valaquia y Crimea, que eran Estados vasallos. El Imperio estuvo en el centro de las interacciones entre el Este y el Oeste durante seis siglos. Con Constantinopla como capital y el territorio que se conquistó bajo Solimán el Magnífico —aproximadamente correspondiente a las tierras gobernadas por Justiniano el Grande mil años antes, salvo las de Europa occidental—, el Imperio otomano era, en muchos aspectos, el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos. Numerosos rasgos y tradiciones culturales de estos (en campos como la arquitectura, la cocina, el ocio y el gobierno) fueron adoptados por los otomanos, quienes los elaboraron en nuevas formas. Estos rasgos culturales más tarde se mezclaron con las características de los grupos étnicos y religiosos que vivían dentro de los territorios otomanos y crearon una nueva y particular identidad cultural otomana. Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano se independizaron, principalmente en Europa. Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismos dentro del territorio llevaron al decaimiento del poder del imperio. Su participación en la Primera Guerra Mundial seguido con la ocupación de Constantinopla y el surgimiento de movimientos revolucionarios dentro de Turquía le dieron el golpe mortal y resultó en la partición del Imperio otomano. El Imperio bajo la dirección de un sultán fue abolido el 1 de noviembre de 1922 y un año después, el califato. Los movimientos revolucionarios que lo habían derrocado se agruparon y fundaron el 29 de octubre de 1923 la República de Turquía.[10]​

Extracto del artículo de Wikipedia Imperio otomano (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

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Flag of the Ottoman Empire (1844–1922)
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Bizancio
Bizancio

Bizancio (griego antiguo Βυζάντιον, Byzàntion, latín Byzantium) fue una ciudad antigua helena situada en Tracia en la parte occidental de la entrada del estrecho del Bósforo, en el continente europeo, sobre una parte de la actual ciudad de Estambul, y que ha ocupado un lugar destacado en la Historia. Colonia griega desde la antigüedad, fue refundada por el emperador romano Constantino I el Grande en 330 bajo el nombre de Constantinopla (en griego: Κωνσταντινούπολις; Constantinopolis). Fue la capital y el centro de la cultura clásica del Imperio romano de oriente, o Imperio bizantino según los bizantinistas, constituyendo el origen de la actual ciudad turca de Estambul.[1]​ Durante más de 1000 años como Constantinopla, resistió todas las tentativas de conquista de sus diferentes enemigos, hasta su caída en manos de los turcos otomanos el 29 de mayo de 1453, lo que marcó su fin de ciudad greco-romana e inició el de ciudad turca, que finalmente adoptó el nombre de Estambul. Se encontraba en un lugar estratégico, desde donde se podía controlar la navegación entre Europa Oriental, los Balcanes, el mar Egeo y el norte de África, incluyendo a Egipto y Asia Menor. Aunque, según Polibio en Historias, la ubicación por tierra no era tan favorable, pero por el mar controlaban la entrada al Ponto Euxino, por lo que nadie podía pasar sin su consentimiento. En la zona del Ponto se comerciaba con esclavos y era rica en artículos de primera necesidad como ganados y otras mercaderías de primera calidad como miel, cera y salazones de pescado, además de gran variedad de vinos y trigo.