Albert Bridge (en español: Puente de Alberto) es un puente para el tránsito vehicular situado sobre el río Támesis en Londres Oeste, que conecta Chelsea, situado en la ribera norte, con Battersea en el sur, y está clasificado como Grado II* en el catálogo de monumentos del Reino Unido.[3] Recibe su nombre de Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, príncipe consorte de la Reina Victoria.[4] Fue diseñado y construido por Rowland Mason Ordish en 1873 como una modificación de puente atirantado, que resultó ser estructuralmente errónea, por lo que entre 1884 y 1887 sir Joseph Bazalgette incorporó algunos de los elementos de diseño de un puente colgante. El Consejo del Gran Londres llevó a cabo un nuevo trabajo de reestructuración en 1973, mediante la adición de dos pilares de hormigón que transformaron el tramo central en un puente viga simple. Como resultado de estas modificaciones el puente actual es un híbrido inusual de tres estilos de diseño diferentes.
Construido como un puente de peaje, comercialmente fue un fracaso, por lo que seis años después de su inauguración pasó a ser propiedad pública y se eliminaron los pagos. Sin embargo, las cabinas de peaje se mantuvieron en su lugar, siendo las únicas que se mantienen en un puente de Londres. Fue apodado "The Trembling Lady" ("la dama temblorosa") por su tendencia a vibrar cuando un gran número de personas caminaban sobre él.[5]
Surcado por una carretera de solo 8,2 m de ancho, y con graves deficiencias estructurales, el puente estaba mal equipado para hacer frente a la llegada del vehículo de motor durante el siglo XX. A pesar de los numerosos llamamientos para su demolición o peatonalización, el Albert Bridge se ha mantenido abierto al paso de vehículos durante toda su existencia, con excepción de breves períodos durante las reparaciones, y es uno de los dos puentes de carretera sobre el Támesis en el centro de Londres que nunca han sido sustituidos. Los trabajos llevados a cabo para su fortalecimiento por Bazalgette y el Consejo del Gran Londres fueron incapaces de evitar el deterioro de la estructura del puente. Una serie de medidas cada vez más estrictas de control de tráfico han sido introducidas para limitar su uso, y por tanto, prolongar su vida, lo que le convierte con excepción del Southwark Bridge, en el menos utilizado de la ciudad.[6]