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El Bujeo (Cádiz)

Localidades de la provincia de CádizPedanías de Tarifa
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El Bujeo es una pedanía del municipio español de Tarifa. Está situada en el parque natural del Estrecho, a 11 kilómetros de la ciudad y junto a la localidad vecina de El Cuartón. Se accede a El Bujeo por la carretera N-340, que une Tarifa con Algeciras. En esta localidad se sitúa la entrada al Área recreativa El Bujeo,[1]​ y una escuela de escalada con el mismo nombre.[2]​

Extracto del artículo de Wikipedia El Bujeo (Cádiz) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 36.070833333333 ° E -5.5208333333333 °
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Dirección


11380
Andalucía, España
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Lugares cercanos

Fuerte de El Tolmo
Fuerte de El Tolmo

El fuerte de El Tolmo, a veces llamado castillo de El Tolmo o de El Tormo, es un fuerte artillado que estuvo activo durante la segunda mitad del siglo XVIII en la defensa de la costa norte del estrecho de Gibraltar, España. Se encuentra situado en la ensenada de El Tolmo, en el tramo de costa localizado entre las ciudades de Algeciras, en cuyo término municipal se encuentra, y Tarifa. La fortificación fue declarada bien de interés cultural (B.I.C.) el 29 de junio de 1985.[1]​ La ensenada de El Tolmo se encuentra situada entre la punta de Guadalmesí y punta Botijos es un buen punto de fondeo para embarcaciones de mediano tamaño y a su vez una zona fácil de defender desde tierra y con arroyos cercanos que mantienen caudal todo el año. Aunque existen referencias a una torre almenada en la ensenada en el siglo XVI no fue hasta bien entrado el siglo XVIII cuando se construyó la fortificación. Este fuerte formaba parte del proyecto de fortificación llevado a cabo en los entornos de la bahía de Algeciras como defensa ante las posibles incursiones británicas tras la toma del peñón de Gibraltar en 1704 si bien en un principio no formaba parte del diseño original de Jorge Próspero de Verboom que sólo contemplaba la construcción de instalaciones artilleras en la costa de la bahía.[2]​ Dentro de este proyecto en la década de 1720 debió construirse una primera batería militar provisional en El Tolmo que ya en 1730 contaba con una pequeña guarnición de 1 subteniente y 11 soldados pertenecientes a la compañía de Escopeteros de Getares.[3]​ Esta batería fue destruida por un navío inglés en 1740 cuando el mercante español Galera de Invierno procedente de Algeciras con destino a Ceuta fue interceptado e intentó resguardarse en su muelle.[4]​ Tras este incidente y ante las peticiones del gobernador de la ciudad de Ceuta se decidió reconstruir y ampliar el fuerte. El proyecto inicial fue realizado por el ingeniero militar Lorenzo de Solís en 1740 y se terminó de construir en 1741, siendo las obras dirigidas por los alarifes algecireños José de Molina y Francisco de León,[5]​ y financiadas por la Caja de obras de Ceuta.[6]​ El fuerte de El Tolmo se sitúa en un promontorio rocoso que se adentra en el mar en el extremo norte de la ensenada homónima. Posee dos baluartes en su parte terrestre conectados por una muralla de cuatro metros de altura con una puerta, un foso salvable con un puente levadizo y una empalizada de madera. El resto de la fortificación se hallaba protegida por los propios acantilados de la roca en la que estaba construida incrementados en altura en los flancos más cercanos a los baluartes. En el extremo sudeste del promontorio, en el punto más elevado y de cara al mar se encontraba una batería de 250 m². Esta batería tenía capacidad para cuatro cañones de a 24 y otros cuatro de a 18, ambos ampliables al doble en caso de necesidad. Tras la batería se localizaba un alto parapeto a la barbeta que protegía las instalaciones interiores edificadas en una superficie de 500 m², los cuarteles para la tropa, los cuarteles para los oficiales, el almacén de artillería, la capilla y el polvorín. Junto al baluarte sur se construyó un pequeño embarcadero con un muelle que se adentraba unos metros en el mar y que permitía la comunicación por mar de la tropa establecida con las ciudades cercanas y el resguardo y avituallamiento de los barcos que pasaran por la zona.[7]​ En 1742 se proyectó una ampliación del embarcadero destinado a facilitar el atraque de un mayor número de embarcaciones y aunque en años posteriores se realizaron varias obras la falta de presupuesto y los temporales frecuentes en la zona llevaron a que en 1761 el muelle y varios elementos de la fortificación se hallaran en ruina.[8]​ El fuerte mantuvo una guarnición fija, que según para lo que fue diseñada debía constar de un capitán, subalterno, dos sargentos, 4 cabos y 40 hombres de infantería y, un sargento y 14 hombres de artillería desde el momento de su construcción. Durante un tiempo, desde 1751 hasta 1755, albergó de nuevo al cuerpo de Escopeteros de Getares que tras la destrucción de la batería original se habían trasladado a un cuartel en la ensenada de Getares;[9]​ sin embargo como poco tiempo después de su construcción los temporales fueron mermando su estructura y la fortificación fue viéndose insuficientemente guarnecida así, en 1800, apenas tenía dos cañones de a 24 y tres de a 18 y un oficial, un cabo y 8 hombres de infantería y un cabo y 2 artilleros. Finalmente en 1810, durante la guerra de Independencia española, el cuerpo de zapadores del Reino Unido destruyó el fuerte de la misma manera que hiciera con otras fortificaciones de la zona para evitar que éstos cayeran en manos de las tropas napoleónicas.[10]​ Los posteriores proyectos de reconstrucción, como el presupuestado con 350000 reales en 1821, nunca se llevaron a cabo y las ruinas de la instalación permanecen hoy día a la espera de su restauración.[8]​ El fuerte de El Tolmo fue un modelo ampliamente imitado en posteriores fortificaciones militares, su arquitecto empleó la misma estructura en el fuerte de San Fernando de Cartagena de Indias.

Acueducto de Algeciras
Acueducto de Algeciras

El acueducto de Algeciras, conocido localmente como Los Arcos, es una de las construcciones civiles más importantes de las que se realizaron en la ciudad española de Algeciras durante sus primeros dos siglos de existencia. Numerosos libros de texto, diccionarios y guías de viaje nombran esta construcción en su entrada sobre Algeciras como acueducto romano o árabe aunque fue construido en el siglo XVIII. La imagen de la ciudad desde las sierras próximas, con los arcos en primer término y Gibraltar de fondo es una de las postales más repetidas de la ciudad pudiéndose encontrar decenas de grabados con esa imagen, principalmente durante los siglos XVIII y XIX. La necesidad de llevar agua potable a la ciudad desde las sierras próximas fue un tema de notable interés a finales del siglo XVIII pues aunque el Río de la Miel y numerosos pozos de patios particulares abastecían a gran parte de la población el crecimiento de la ciudad hizo necesaria la creación de fuentes públicas. Para financiar la construcción de un acueducto que transportara agua desde la aldea de El Cobre hasta el centro de la ciudad el Consejo de Castilla concedió licencia al ayuntamiento de la ciudad para gravar con impuestos la venta de vino y vinagre mediante la Real Provisión de 4 de julio de 1769. Este impuesto comenzó a cobrarse el primer día del año 1777,[1]​ comenzando las obras del nuevo acueducto en 1777 y acabando en 1783.[2]​ Según el proyecto inicial de la obra el acueducto constaría de un único tramo, el más cercano a la ciudad, en la barriada de La Bajadilla y hoy casi desaparecido debido a la gran cantidad de edificaciones que se le han adosado. La conducción de agua desde el manantial de origen hasta ese primer tramo de acueducto sería subterránea y transcurriría bajo la actual barriada de El Cobre. El arquitecto encargado del proyecto fue Pablo Casaus y las obras fueron dirigidas por el maestro alarife Pablo Díaz bajo la inspección del maestro fontanero Antonio Ruiz Florindo que acababa de terminar una construcción similar en Puerto Real. El acueducto de La Bajadilla estaba formado por una serie de arcos de medio punto de piedra y ladrillo sin contrafuertes. La altura de la construcción era variable y dependiente del terreno llegándose a alcanzar en los arcos mayores de la Bajadilla la máxima altura en unos 20 metros.[3]​ Los contrafuertes fueron construidos en 1785 a petición del maestro fontanero Florindo para asegurar los tramos de mayor altura, estos contrafuertes se alternan cada tres arcos, entre ellos quedan los pilares originales de planta cuadrada. Al poco tiempo de su inauguración los propios arquitectos de la obra pusieron de manifiesto la necesidad de levantar un segundo tramo que salvara el desnivel del terreno a la altura de El Cobre. Este desnivel hacía que la presión del agua reventara habitualmente las conducciones subterráneas, que debían ser reparadas continuamente. A pesar de esta recomendación las obras del segundo tramo, conocido actualmente como Arcos de El Cobre, no comenzaron hasta 1841 terminando en 1845. Los arcos de El Cobre eran de menor altura que los construidos el siglo anterior y llevaron adosados contrafuertes desde el momento de su construcción.[4]​ Este acueducto transportaba agua de Las Minillas (un nacimiento de agua de una sierra próxima) hasta cinco fuentes diseminadas por la ciudad, la Fuente Nueva, las dos fuentes de la Plaza Alta, una fuente de la Plaza Baja y una cerca de la desembocadura del río en la Acera de la Marina. La primera de estas fuentes, la Fuente Nueva, fue inaugurada nada más terminado de construir el tramo de acueducto de La Bajadilla en 1783 mientras que el resto de las fuentes fueron construidas a lo largo de los primeros años de funcionamiento del suministro conforme se iban construyendo conducciones subterráneas bajo en núcleo urbano de la ciudad.[5]​ Actualmente se conserva en relativo buen estado el tramo de El Cobre, que además ha sido restaurado e integrado en su entorno como zona verde, el tramo de La Bajadilla sin embargo se desplomó en gran parte de su longitud en los años sesenta y los pocos arcos que quedaron en pie, fueron absorbidos por diversas construcciones quedando incorporados a ellas.[6]​ Queda en pie un tramo con cuatro arcos en la Avenida Aguamarina que, tras la demolición en 2008 de algunos garajes construidos por particulares fue restaurado e integrado en el entorno en 2008.[7]​

Torre del Fraile
Torre del Fraile

La torre del Fraile, también llamada torre de los Canutos por los numerosos arroyos o canutos que la circundan, torre de las Fontanillas por las fuentes de agua dulce localizadas en sus alrededores, torre de San Diego por su proximidad al Fuerte de San Diego o torre de Cala Arenas por encontrarse junto a esta cala,[1]​ es una atalaya construida en el siglo XVI en la bahía de Algeciras dentro del actual término municipal de Algeciras, como parte del sistema de torres vigías creado en la costa del estrecho de Gibraltar para controlar el paso de mercancías y de piratas berberiscos a través de él. La torre fue diseñada por Luis Bravo de Laguna y Juan Pedro Livadote en 1588 al igual que otras torres de la zona.[2]​ Mantenía contacto visual al sur con la torre de Guadalmesí, en el término municipal de Tarifa sirviendo, en los tiempos en los que fueronconstruidas, de único medio de comunicación entre esta ciudad y la de Gibraltar y al norte con la torre de punta Carnero.[3]​ A partir de la década de 1730 sirvió como complemento al Fuerte de San Diego situado a unos metros ladera abajo, junto a la línea de costa, y que por su posición necesitaba de una atalaya para comunicartse con los cercanos fuertes de punta Carnero y del Tolmo.[4]​ La construcción se encuentra situada en la punta del Fraile, junto a Cala Arenas, a unos 240 metros de la línea de costa y a 120 metros sobre el nivel del mar. De planta cuadrada, hasta su derrumbe parcial ocurrido en 2006 poseía una altura total de 13,28 metros y una anchura de entre 6,40 y 6,80 metros. Sus muros de mampostería con sillares delimitaban un único recinto de unos 5 m² al que se accedía mediante una puerta situada a éntre 6,50 y 7 metros de altura desde la base. Desde este recinto interior se podía acceder mediante la escalera helicoidal a una terraza con pretil, ladroneras y dos garitas, una destinada a los guardas vigías y otra a la leña que debía ser utilizada para la realización de señales.[2]​ Debido a su deficiente estado de conservación la torre perdió a principios de 2006 parte de su fachada sureste con la consiguiente destrucción de la ventana de acceso y la escalera interior.[5]​

Torre del Arroyo del Lobo
Torre del Arroyo del Lobo

La Torre del Arroyo del Lobo, también denominada a veces simplemente Torre del Lobo, es una almenara de probable origen medieval situada en la ensenada de Getares en Algeciras (España) controlando el tramo de costa desde punta Carnero hasta punta de San García y el camino que discurriendo por la costa comunicaba las ciudades de Algeciras y Tarifa. Formaba parte del sistema defensivo del estrecho de Gibraltar en la Edad Media junto a otras torres y recintos fortificados de la zona.[1]​ La torre se encuentra situada en la ladera del cerro del Lobo, a 76,3 metros sobre el nivel del mar y a 935 metros de la costa acotada por el norte por el río Pícaro y por el sur por el arroyo del Lobo que mantienen caudal de agua durante todo el año.[2]​[3]​ Aunque son necesarias más investigaciones al respecto la aparición de material cerámico meriní datado entre los siglos XIII a XIV en el enfoscado de sus muros y de material cerámico almohade datado entre los siglos XII y XIII parece apuntar a un origen medieval vinculado con la cercana ciudad de Al-Yazira Al-Jadra aunque es posible un origen anterior.[2]​ El edificio tiene planta rectangular con unos 8 metros en su máxima longitud. Debió alcanzar los 13 metros de altura aunque en la actualidad los restos conservados no superan los 6 metros. Poseyó dos plantas y sótano accesibles a través de unas escaleras de obra cuyo arranque y parte de su bóveda de ladrillo se conservan actualmente. Los materiales empleados en su construcción fueron mampuestos y lajas de piedra similares a los presentes en las colinas y cerros próximos unidos con argamasa.[4]​

Capilla de la Dehesa de la Punta
Capilla de la Dehesa de la Punta

La capilla de la Dehesa de la Punta, también llamada capilla de la Santísima Trinidad, fue un templo católico de advocación mariana situado en los alrededores de Punta Carnero en Algeciras (Andalucía, España) y que suplió las necesidades religiosas de los vecinos de la Dehesa de la Punta desde 1778 hasta, como muy tarde 1837. Tras la repoblación de Algeciras a principios del siglo XVIII a consecuencia de la toma británica de Gibraltar los terrenos rurales situados en sus alrededores fueron ocupados por colonos dedicados a la explotación agrícola y ganadera continuando las actividades que se realizaban en la zona cuando pertenecía al municipio de Gibraltar. De este modo al tiempo que se establecieron multitud de molinos harineros y huertas en los márgenes del río de la Miel y la vega del arroyo de Botafuegos, los montes situados en los cerros próximos a Punta Carnero, especialmente las laderas del cerro de la Horca articulados por la colada de costa que comunicaba Algeciras y Tarifa, se dedicaron a la cría de carneros y ganado vacuno.[1]​ A partir de 1773 se repartieron estos últimos terrenos entre varios vecinos para el cultivo de vides, continuando la tradición que ya existía en la zona en los siglos XVI y XVII. Así a finales del siglo XVIII la mayor parte de las fincas y cortijos localizados en esa zona, la Dehesa de la Punta, se dedicaban al cultivo de vid para la elaboración de vino, llamado Vino de la Punta, quedando aún hoy multitud de topónimos en la zona que hacen referencia a esta circunstancia tales como Viña Luna, Cala Parra o Viña Grande. Al encontrarse la zona lejos de la población de Algeciras en 1775 los ya numerosos vecinos a través del presbítero Antonio Pérez Cruzado solicitaron al Ayuntamiento de Algeciras permiso para edificar una capilla o ermita que les permitiera cumplir con sus obligaciones religiosas sin tener que desplazarse varias horas al núcleo principal.[2]​ Tras considerarse las diferentes opciones disponibles el 15 de abril del mismo año el Cabildo de Algeciras concedió licencia para la edificación de la capilla y Fray Tomás del Valle, Obispo de Cádiz otorgó la licencia eclesiástica nombrándose capellán al propio Antonio Pérez Cruzado. El lugar elegido para la erección de la capilla fue la parte más alta de la finca llamada Viña Grande donde se encontraba una antigua torre almenara arruinada cuyos muros y cimientos podían reutilizarse. Las obras de la ermita debieron comenzar al poco tiempo de la concesión de la licencia a cargo del maestro alarife Sebastián de Sanjuán pero no fue bendecida hasta bien entrado el año 1777 y no terminó de construirse hasta al menos 1778.[3]​ Tras finalizar las obras la capilla de la Dehesa de la Punta tuvo un cuerpo principal de planta cuadrada, coincidente con la que tuvo la torre a la que sustituía, de muros muy robustos, dos naves laterales, también de planta cuadrada y de peor fábrica, que servían de residencia para el capellán y de sacristía y un pórtico frontal sustentado por dos columnas y techado de madera. Estuvo dedicada a la Santísima Trinidad, Nuestra Señora del Rosario y San Nicolás de Bari y realizó cultos durante un periodo muy corto de tiempo ya que a principios del siglo XIX una epidemia de oidio acabó con gran parte de las vides de la Dehesa y la zona quedó despoblada. Así, en la década de 1830 la capilla fue desamortizada junto a otros edificios religiosos de la ciudad y vendida,[4]​ siendo utilizada como caballeriza hasta su total ruina y conservando a día de hoy tan solo dos lienzos de la nave central.[3]​

Fuerte de San Diego (Algeciras)
Fuerte de San Diego (Algeciras)

El Fuerte de San Diego de Algeciras fue una instalación militar construida alrededor de 1730 como consecuencia de la política de fortificación de la zona próxima a Gibraltar emprendida por el gobierno de España. Esta fortificación formaba parte del sistema de baterías situadas en la Bahía de Algeciras creadas a partir de la pérdida de Gibraltar en 1704 con la intención de proteger la ciudad de posibles invasiones británicas y las embarcaciones que se resguardaban en el puerto. Se hallaba situado en Punta del Fraile, al sur de la Bahía de Algeciras en el Estrecho de Gibraltar.[1]​ Este fuerte establecía contacto visual con el Fuerte de Punta Carnero situado al norte de su posición pero no tenía contacto visual con el fuerte situado al sur el de El Tolmo encontrándose desprotegido por esta posición ante eventuales ataques. Para evitar este contratiempo este fuerte se completaba con la presencia de una torre vigía, la Torre del Fraile unos metros ladera arriba. Poseía una batería circular con una dotación artillera de dos cañones de 24 libras y tres de dieciocho.[2]​ Su defensa por tierra se veía favorecida por lo abrupto del terreno aunque también su construcción misma, por ello esta construcción a diferencia de otras de la zona no se encontraba abaluartada. El fuerte fue destruido en 1811 durante la alianza con el Reino Unido contra las tropas de Napoleón como ocurrió con prácticamente todos los fuertes de la zona.[3]​ La torre sin embargo se encuentra aún en pie.

Cala Arenas
Cala Arenas

Cala Arenas es una playa situada en la ciudad de Algeciras (Cádiz) España. Esta playa de difícil acceso se encuentra entre los accidentes costeros de Punta Carnero y Punta del Fraile en los límites de la Bahía de Algeciras con el Estrecho de Gibraltar.[1]​ Está formada por una sucesión de tres calas y tanto su ámbito terrestre como marino están incluidos dentro del parque natural del Estrecho.[2]​ El entorno natural de Cala Arenas se encuentra en la actualidad poco alterado por la actividad humana salvo por la presencia de una pequeña urbanización de la ciudad de Algeciras. Destacan los acantilados que enmarcan la playa y la llamada isla Cabrita que se encuentra frente a su costa. Geológicamente Cala Arenas se sitúa dentro de la Unidad de Algeciras-Los Nogales, perteneciente a las Unidades del Campo de Gibraltar de la Cordillera Bética, compuesta principalmente por Flyschs margo-areniscoso-micáceos, denominados Flysch de Algeciras, datado en el Eoceno-Oligoceno y con materiales variados, especialmente arcillas, margo-calizas, calcarenitas y areniscas micáceas que al disgregarse los materiales arcillosos, más blandos, y permaneciendo los más duros de caliza forman una típicas estructuras de calas alternas.[3]​ En los alrededores de Cala Arena se han localizado varios yacimientos arqueológicos de notable interés consecuencia todos ellos de la estratégica posición de ésta en el Estrecho de Gibraltar y el fácil desembarco que garantiza el lugar. De este modo se conoce la existencia de un pequeño puerto de origen púnico con, probablemente, una atalaya de vigilancia,[4]​ una construcción defensiva medieval denominada Recinto del Cerro de la Horca,[5]​ una torre vigía del siglo XVI, la Torre del Fraile, y un fuerte del siglo XVIII llamado Fuerte de San Diego.[6]​