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Epopeya del pueblo mexicano

Arte equinoAves en el arteCuadros de los años 1930Murales de Diego RiveraRepresentaciones culturales de Frida Kahlo
De la Conquista a 1930 (2011)
De la Conquista a 1930 (2011)

Epopeya del Pueblo Mexicano, también conocida como Historia de México a través de los siglos, es un fresco del pintor mexicano Diego Rivera, realizado sobre los muros de la escalera principal del Palacio Nacional de México entre 1929 y 1935 bajo encargo de José Vasconcelos, el secretario de Educación Pública, en el marco del Renacimiento muralista mexicano.[1]​[2]​ Fue restaurada en 2009 con ocasión de la preparación del Bicentenario de la Independencia de México y del Centenario de la Revolución Mexicana en 2010.[3]​ De una superficie total de 276 m²,[4]​ se compone de tres secciones: dos laterales de 7,49 m por 8,85 m, y una central de 8,59 m por 12,87 m.[5]​[4]​[6]​ La parte derecha (al norte) representa el México prehispánico a través del mito de Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl en Tula; la parte central (al oeste), la más grande, representa México desde la conquista española hasta 1930; la parte izquierda (al sur) representa una visión marxista de México del siglo XX.

Extracto del artículo de Wikipedia Epopeya del pueblo mexicano (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Epopeya del pueblo mexicano
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De la Conquista a 1930 (2011)
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Palacio Nacional (México)
Palacio Nacional (México)

El Palacio Nacional es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la demarcación Cuauhtémoc, está construido sobre un área de 40 000 m². Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Su construcción se inició en 1522, como segunda residencia privada de Hernán Cortés, encima de una parte del palacio del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin. Luego fue adquirido por la corona y destinado como sede de los Virreyes de la Nueva España, y de la mayoría de las instituciones coloniales. Durante aquel periodo sufrió un gran incendio y fue semidemolido en 1692. Posteriormente fue reconstruido por las autoridades virreinales. Consumada la Independencia de México, fue sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país durante la mayor parte del siglo XIX; incluso fue residencia personal de todos los gobernantes entre 1822 y 1884; a partir de ahí, permaneció como oficina presidencial hasta 1968, recuperando parcialmente dicha función en 2012, y de manera completa en 2018. Además a partir de julio de 2019 volvió a ser residencia del presidente de la república. Sin embargo ha sido permanentemente escenario de actos oficiales, protocolarios y cívicos de la Presidencia de la República, tales como la recepción de Jefes de Estado y de gobiernos extranjeros, entrega de cartas credenciales del cuerpo diplomático y las ceremonias festivas del Grito de Dolores (15 de septiembre) y del inicio de la Independencia (16 de septiembre). Por casi quinientos años, esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente. En su construcción se pueden encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de murales de Diego Rivera.

Centro Histórico de la Ciudad de México
Centro Histórico de la Ciudad de México

El Centro Histórico de la Ciudad de México es el conjunto urbano y arquitectónico que constituye el núcleo original en torno al cual creció la actual capital mexicana, remontándose esta condición (reflejada por la zona arqueológica del Templo Mayor) hasta la antigua México-Tenochtitlan.[1]​ El área de esta zona de la ciudad se puede definir de acuerdo con dos criterios. En un sentido administrativo, corresponde a la totalidad de la colonia Centro y parte de otras diecisiete colonias de la demarcación Cuauhtémoc.[n 1]​ En otro sentido, corresponde a la zona de monumentos históricos delimitada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Se circunscribió por decreto presidencial el 11 de abril de 1980, dentro de un área de 9.7 kilómetros cuadrados; incluye y rebasa en parte el centro del antiguo islote sobre el cual se fundó la ciudad prehispánica y también el que tuvo luego la traza colonial. Es ahí, precisamente, donde perduran, a pesar de la acción destructiva del tiempo y de la actividad humana, vestigios y monumentos relevantes que reflejan los ya casi siete siglos de la vida de la ciudad. Todo este conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad, desde 1987.[2]​[3]​[4]​ [5]​ La zona esta delimitada, al norte, por la calle República de Honduras, en la zona conocida como La Lagunilla; al sur, por la calle José María Izazaga; al este, por la avenida Anillo de Circunvalación (esto, en el tramo que va de Izazaga a República de Honduras), y al oeste, por la avenida Paseo de la Reforma (en el tramo de la calle Atenas a República de Honduras).[6]​ Recibe este nombre el viejo casco de la ciudad colonial y decimonónica, integrado por 668 manzanas, que albergan unos mil quinientos edificios catalogados con valor artístico o histórico, lo que incluye construcciones religiosas civiles, asistenciales, hospitalarias, administrativas, educativas, culturales y habitacionales, que van del siglo XVI al siglo XX, y que sigue siendo el corazón económico y político de la ciudad, a pesar de sus proporciones actuales, por su importancia fincada en su riqueza monumental, ya que se considera el centro histórico más relevante de América.[7]​ Se le llama Centro Histórico debido a que en el centro de la zona lacustre de cinco lagos — lago de Texcoco, lago de Chalco, lago de Xochimilco, lago de Zumpango y lago de Xaltocan — se encontraba una pequeña isla en la cual se instaló el conjunto ceremonial y político de México-Tenochtitlan, cabecera de la Triple Alianza y de los dominios de los mexicas. Posteriormente, al momento de la conquista española en 1521, la ciudad mexica pasó a ser el centro político, económico, religioso y cultural de la Nueva España, utilizando en gran medida la traza prehispánica.[8]​

Real y Pontificia Universidad de México
Real y Pontificia Universidad de México

La Real y Pontifica Universidad de México fue una universidad del virreinato de la Nueva España creada por real cédula del emperador Carlos V, firmada en su nombre por el príncipe Felipe, en la ciudad de Toro (Zamora) el 21 de septiembre de 1551 e inaugurada el 25 de enero de 1553. Aunque el papado concedió una bula en la que daba su autorización, esta nunca llegó a la Nueva España, ya que el rey y su Consejo de Indias consideraron que se excedían los privilegios a la universidad, por tanto la bula permaneció en España. Fue en el siglo XVIII cuando comenzó a utilizarse la denominación de "pontificia", lo que el investigador Enrique González González ha denominado un "símbolo de honra". Tradicionalmente, se consideran a la Universidad Nacional Autónoma de México[1]​ y la Universidad Pontificia de México[2]​ como sus herederas institucionales. Sin embargo, se ha planteado un debate acerca de la continuidad de la universidad virreinal con la UNAM. Esta idea se originó con motivo de los festejos del IV Centenario de la Universidad de México en 1951 que diferían con las intenciones de Justo Sierra, quien buscaba crear una nueva universidad en 1910, diferente a la virreinal (incluso antítesis de ella); aunque es común ver en eventos formales engalanarse con pendones con el actual escudo universitario flanqueado, entre otros, con el de la Real Universidad de México.[3]​ Por otro lado, el 25 de enero de 2012, la congregación para la educación católica otorgó a la Universidad Pontificia de México el reconocimiento de ser la misma institución que la Real y Pontificia Universidad de México.[4]​ Fue su primer rector y catedrático don Francisco Cervantes de Salazar.

Zona metropolitana del valle de México
Zona metropolitana del valle de México

La zona metropolitana del Valle de México (por sus siglas, ZMVM)[2]​ es el área metropolitana formada por la Ciudad de México y por 60 municipios conurbados o aglomerados, uno de ellos en el estado de Hidalgo, los restantes en el Estado de México. Según los resultados del censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2020, esta zona contaba con una población de alrededor de 22 millones de habitantes, aproximadamente 1 de cada 5 mexicanos (tan solo en Ciudad de México, son 9 319 011 habitantes).[3]​ Según datos de la Organización de las Naciones Unidas en el 2012, es la 7.ª mayor área metropolitana del mundo y la segunda más extensa de América Latina (7,954 kilómetros cuadrados), solo por debajo del Área Metropolitana Binacional de San Diego-Tijuana (12,496 kilómetros cuadrados).[cita requerida]La zona metropolitana concentra el mayor número de negocios y de actividades comerciales en la Ciudad de México, por lo que es de suma importancia para la actividad económica tanto de la ciudad como del país.[cita requerida]La Ciudad de México ha sido, durante buena parte de la historia del México independiente, su principal centro económico. En el siglo XIX, las municipalidades periféricas de la entidad poseían una economía basada en la agricultura y el comercio de los bienes producidos por esta actividad y otras manufacturas complementarias. Tanto los productos agropecuarios como los obrajes eran bienes de consumo cuyo principal punto de comercio era Ciudad de México. Esta, por su carácter de capital nacional, se especializaba en la prestación de servicios asociados a la administración pública. Algunos de sus habitantes también eran trabajadores agrícolas, pero casi todos ellos estaban concentrados en los sectores de servicios y la incipiente industria.[cita requerida]

Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

El Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, México. El museo se enfoca a la difusión de arte moderno y contemporáneo. El Antiguo Palacio del Arzobispado fue erigido sobre el templo de Tezcatlipoca, una de las más importantes construcciones de la antigua Tenochtitlan. La construcción de esta sede arzobispal inició durante los primeros años de la etapa colonial cuando fray Juan de Zumarraga realizó la compra de algunas propiedades en el centro de la recién trazada capital, para construir en ella la edificación que abría de albergar la residencia del arzobispo de México así como algunas oficinas y una prisión. Tras las ampliaciones y cambios que tuvo a largo del periodo virreinal, el edificio fue expropiado a mediados del siglo XIX como parte de las leyes de desamortización de los bienes del clero y pasó a formar parte del patrimonio de la Secretaría de Hacienda, misma que estableció en ella sus oficinas conservando la parte central de la edificación y vendiendo el resto a particulares, con lo cual se redujo la superficie del edificio a tan sólo una parte de la dimensión que llegó a alcanzar durante su periodo de mayor esplendor. Luego de verse seriamente afectado por los sismos de 1985, el edificio fue sometido a un profundo proceso de restauración en el cual fue posible encontrar parte de antigua plataforma del Templo de Tezcatlipoca así como numerosos objetos pertenecientes a la cultura mexica. Al finalizar dicho proceso, el antiguo palacio arzobispal fue destinado a albergar parte de las colección de arte de la Secretaría de Hacienda, una de las más grandes del país. En la actualidad en este edificio se realizan un importante número de exposiciones temporales, eventos culturales y presentaciones editoriales en el marco de su majestuosa arquitectura.

Plaza de la Constitución (Ciudad de México)
Plaza de la Constitución (Ciudad de México)

La plaza de la Constitución, informalmente conocida como el Zócalo, es la plaza principal de la Ciudad de México. Junto con las calles aledañas, ocupa una superficie casi rectangular de aproximadamente 46 800 m² (195 m × 240 m). Se le denominó así en honor a la Constitución de Cádiz promulgada en 1812. Esta es la segunda plaza más grande del mundo y la primera entre los países de habla hispana.[1]​ El Zócalo está localizado en el corazón de la zona conocida como centro histórico de la Ciudad de México, en la demarcación Cuauhtémoc. Su localización fue escogida por los conquistadores españoles para ser establecida justo a un lado de lo que anteriormente era el centro político y religioso de México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. Está rodeado por la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México al norte, el Palacio Nacional (sede del Poder Ejecutivo Federal) al este, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y el Edificio de Gobierno (réplica del anterior, ambos del Gobierno de Ciudad de México sede del Poder Ejecutivo local) al sur, y al oeste por edificios comerciales (como el Portal de Mercaderes), administrativos y hoteles. En la esquina noreste de la plaza se encuentran el Museo del Templo Mayor y la plaza Manuel Gamio, así como la estación Zócalo de la Línea 2 del Metro. Desde la época mesoamericana, ha sido sede de hechos importantes en las diversas etapas de la historia de México, así como sitio de concentración y de manifestaciones sociales y culturales. Durante cinco siglos de historia, ha sufrido cambios en los elementos y edificios que le rodean y le constituyen; fueron instalados y removidos en numerosas veces jardines, monumentos, circos, mercados, rutas de tranvías, fuentes y otros ornamentos. La fisonomía actual data de 1958. El Zócalo más allá de ser la sede del poder político, económico y religioso de México, así como de ser un espacio donde se mezclan el pasado indígena y virreinal, con casi cinco siglos de historia, es también el lugar donde el pueblo de México se reúne para celebrar fiestas o manifestaciones, y han ocurrido hechos históricos de importancia. En el virreinato se realizaron proclamaciones de virreyes o sublevaciones como el Motín de 1692; la plaza fue el punto de encuentro en la entrada triunfal del Ejército Trigarante que consumó la independencia en 1821; en la época independiente se realizaron celebraciones del Día de la Independencia; el espacio fue tomado por los ejércitos de Estados Unidos en 1847 y Francia en 1863. El siglo XX presenció hechos como la celebración del centenario de la independencia en 1910, la toma de la plaza dentro de la Decena Trágica, múltiples manifestaciones políticas, celebraciones de asunciones presidenciales, eventos anuales multitudinarios como el Grito de Dolores y los desfiles conmemorativos de la independencia de México, la Revolución mexicana y el Día del Trabajo, así como hechos relevantes del movimiento estudiantil de 1968. A partir de 1997, la plaza dio paso a un mayor número de celebraciones populares de tipo cultural, deportivo y de entretenimiento, principalmente conciertos masivos.[2]​ Sin embargo, en el siglo XXI sigue siendo escenario de las mencionadas festividades y manifestaciones sociales. En 2010 fue el escenario principal de los festejos del bicentenario del inicio de la independencia y once años más tarde, en 2021, del bicentenario de la consumación de la misma.[3]​ La plaza, al ser parte del centro histórico, está considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987.

Casa de la Primera Imprenta de América
Casa de la Primera Imprenta de América

La casa de la Primera Imprenta de América ubicada en la esquina de las calles Moneda y Licenciado Primo Verdad, en la Ciudad de México fue el hogar de la primera imprenta en el Nuevo Mundo.[1]​ Fue construida originalmente por Gerónimo de Aguilar en 1524 y está situado en la orilla exterior de lo que fue el recinto sagrado del Templo Mayor antes de la Conquista de México.[2]​ Después de recibir permiso del rey español Carlos I de España, el arzobispo de la Ciudad de México, Juan de Zumárraga recibió una imprenta traída de Europa en 1539. La prensa se estableció en esta casa, que entonces se llamaba la Casa de las Campanas,[3]​ por decisión del editor Juan Cromberger, que radicaba en Sevilla y la puso a cargo del impresor italiano Juan Pablos, que trabajó durante diez años a cambio de los gastos de su manutención.[4]​ Se comenzó a trabajar imprimiendo documentos relacionados con el virreinato y la Iglesia.[5]​ Uno de estos documentos fue un catecismo titulado Breve y más compendiosa doctrina christiana en lengua mexicana y castellana, escrito por el propio arzobispo.[6]​ Posteriormente a su período como imprenta, la casa cambió de manos varias veces y se utilizó para diversos fines.[1]​ En el siglo XVII perteneció al Monasterio de Santa Teresa de la Orden de las Carmelas Reformadas, y más tarde, en el siglo XVIII perteneció a la Real Orden Militar de Nuestra Señora de la Merced Redención de los Cautivos de la Ciudad de México. En 1847, las tropas de Estados Unidos ocuparon la casa y destruyeron los archivos que estaban alojados en su interior. La casa entonces era propiedad de un grupo de civiles, entre ellos uno que utilizaba el edificio como tienda de muebles. En el siglo XX el edificio fue utilizado sobre todo como oficinas, además de ser el hogar de una servicio de papelería e impresión llamado Imprenta y Papelería Militar Marte. La casa continuó cambiando de manos hasta 1989, cuando la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) compró la casa con la intención de restaurarla.[2]​ La universidad trabajó con el Programa de Restauración del Centro Histórico,[1]​ en conjunto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Cerca de 82 cm por debajo de la superficie de la planta baja, se descubrió la cabeza de piedra de una serpiente de la época de los aztecas. Es posible que esta cabeza fuera visible para los ocupantes del edificio en los siglos XVI y XVII.[2]​ Desde 1994, la casa funciona como el Centro de Educación Continua de la UAM con varias salas de exposiciones, una librería, además de espacios para conferencias y cursos.[1]​ En 2008, se inauguró en sus instalaciones el Museo del Libro, que exhibe algunos de los libros más antiguos en México.[7]​