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Basílica Sempronia

Arquitectura de Italia del siglo II a. C.Basílicas romanas del Foro Romano
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La Basílica Sempronia (en latín, Basilica Sempronia) fue una estructura en el Foro Romano durante el período republicano.[1]​ Fue una de las cuatro basílicas que formaron el Foro Romano original junto con la basílica Porcia, la basílica Emilia, y la basílica Opimia, y fue la tercera construida,[2]​ a principios del siglo II a. C. Aunque hubo excavaciones que han revelado restos de la basílica así como las estructuras que originariamente se alzaron en ese lugar, ninguno de ellos son visibles desde el Foro Romano.[3]​[4]​

Extracto del artículo de Wikipedia Basílica Sempronia (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Basílica Sempronia
Foro Romano, Roma Municipio Roma I

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N 41.891942 ° E 12.484728 °
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Basilica Iulia

Foro Romano
00184 Roma, Municipio Roma I
Lacio, Italia
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Lugares cercanos

Lago Curcio
Lago Curcio

El lago Curcio (curtilacus según Sexto Pompeyo Festo; en latín, lacus Curtius) es un espacio sagrado aproximadamente en la mitad del viejo Foro Romano[1]​·.[2]​ Hoy es de pequeño tamaño, está rellenado y tiene por encima pavimento con piedra antigua. Está rodeado por un enrejado de cerca, donde se encuentra un brocal de pozo redondeado llamado «puteal» y varios altares. Un relieve en mármol que data probablemente de la época de César fue descubierto cerca de 1553, representa el héroe Curcio lanzándose al abismo. Históricamente, es cerca del lago Curcio donde Galba fue asesinado en el año 69 por los soldados de su guardia.[3]​ Los antiguos romanos creían que era una sima infinita. No se conoce de forma precisa cuál fue su significado en la temprana historia romana e igualmente lo fue hasta el último periodo de la República. En cualquier caso, el nombre del lago parece estar relacionado con la Gens Curtia, importante y antigua familia romana de origen sabino. De cualquier forma, el lugar recibía cierta veneración en la Roma antigua, y posee una leyenda, transmitida por diversos autores, con especial importancia de Tito Livio[4]​ y de Varrón, sobre todo del primero. La leyenda cuenta que Roma se enfrentaba a un peligro cuando un oráculo afirmó que podía superarse sólo cuando la Ciudad lanzara aquello de más valor. Un joven, M. Curcio (miembro de la Gens Curtia), entendió que lo más valioso en Roma era la fuerza de la juventud, así que se entregó al abismo, montado a caballo y totalmente armado. La tierra se cerró sobre él y Roma se salvó.[5]​ Tito Livio ofrece una versión alternativa. Dice que el lago Curcio habría recibido su nombre de Metio Curcio, un jinete sabino que cabalgó hacia él, o se cayó dentro, mientras estaba luchando contra Rómulo, durante la guerra derivada del rapto de las sabinas. El lago sería un pantano en que habría quedado arrinconado el rey sabino Metio Curcio, quien se habría caído allí con su caballo y saldría con dificultad.[6]​ Una tercera versión la da Varrón, en su estudio sobre el origen de los nombres de lugares romanos. Menciona la existencia de tradiciones romanas múltiples, la caída de Metio Curcio y otras dos versiones.[7]​ Según una, el abismo se habría abierto, y los oráculos habrían dicho que los dioses querían sacrificar allí a un ciudadano. Marco Curcio se habría lanzado a caballo y armado, ofreciendo así un sacrificio de lo que Roma apreciaba más, su ejército juvenil. La última versión evocada por Varrón no apela a lo sobrenatural: en ese lugar habría caído un rayo, imprimiendo la marca de Júpiter, el Senado ordenó al cónsul del 445 a. C., Cayo Curcio que cerrara este lugar que se había convertido en sagrado.[8]​ La versión heroica que consagraba a Marco Curcio que Livio databa en el 362 a. C.[9]​ fue asumida en gran parte por los autores latinos.[10]​

Lapis Niger
Lapis Niger

La Lapis Niger (en latín: piedra negra) es un antiguo santuario en el Foro Romano. Junto con el Volcanal con el que se relaciona (un santuario a Vulcano), constituye los únicos restos que quedan del antiguo Comicio, una zona antigua de asamblea que precedió al Foro y se cree que derivaba de un lugar de culto arcaico del siglo VII o VIII a. C. La losa de mármol negro (siglo I a. C.) y moderno cierre de hormigón (principios del siglo XX) del Lapis Niger están encima de una antigua tumba o altar y un bloque de piedra con una de las primeras inscripciones conocidas en latín (h. 570–550 a. C.). El monumento de la superestructura y el santuario pudieron haber sido construidos por Julio César durante su reorganización del espacio del Foro y del Comicio. Alternativamente, esto pudo haberse hecho una generación antes por Sila en el curso de uno de sus proyectos constructivos alrededor de la Curia Hostilia. Mencionada en muchas de las descripciones antiguas del Foro que datan de la época de la República y los primeros días del Imperio, el significado del Lapis Niger resultaba oscuro y misterioso incluso para los romanos posteriores, aunque siempre constituyó un lugar sagrado y de gran significado para los romanos. La Lapis Niger fue redescubierta a finales del siglo XIX por el arqueólogo italiano Giacomo Boni. Está construida en lo alto de un punto sagrado formado por objetos mucho más antiguos que se encontraban a metro y medio por debajo del actual nivel del suelo. El nombre «piedra negra» pudo haberse referido en origen al bloque de piedra negra o puede referirse al posterior pavimento de mármol negro sobre la superficie. Ubicada en el Comicio en frente de la Curia Julia, esta estructura sobrevivió durante siglos debido a una combinación de trato reverencial y construcción encima durante la época de principios del Imperio romano.