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Avenida de la Constitución (Sevilla)

Avenida de la Constitución (Sevilla)El Arenal (Sevilla)
Avenida de la Constitución
Avenida de la Constitución

La avenida de la Constitución es una importante vía monumental de la ciudad española de Sevilla. Parte de la plaza conocida como Puerta de Jerez y alcanza la Plaza Nueva, considerada el centro de la ciudad y donde se ubica el edificio histórico del Ayuntamiento de Sevilla. Tiene una longitud de 600 metros.

Extracto del artículo de Wikipedia Avenida de la Constitución (Sevilla) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Avenida de la Constitución (Sevilla)
Avenida de la Constitución, Sevilla Casco Antiguo

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N 37.3858 ° E -5.99417 °
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Avenida de la Constitución 22
41001 Sevilla, Casco Antiguo
Andalucía, España
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Avenida de la Constitución
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Catedral de Sevilla
Catedral de Sevilla

La Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Santa María de la Sede y de la Asunción de Sevilla; más conocida como catedral de Sevilla, es un templo católico de estilo gótico. La Unesco la declaró en 1987, junto al Real Alcázar y el Archivo de Indias, Patrimonio de la Humanidad[1]​ y, el 25 de julio de 2010, Bien de Valor Universal Excepcional.[2]​[3]​ En 1988 el Libro Guinness de los Récords certificó que era la catedral con mayor superficie del mundo.[4]​[5]​[6]​ Según la tradición, la construcción se inició en 1401, aunque no existe constancia documental del comienzo de los trabajos hasta 1433. La edificación se realizó en el solar que quedó tras la demolición de la antigua mezquita aljama de Sevilla,[7]​ cuyos alminar (la Giralda) y patio (patio de los Naranjos) aún se conservan.[8]​ Uno de los primeros maestros de obras fue el maestre Carlín (Charles Galter), procedente de Normandía (Francia), que había trabajado previamente en otras grandes catedrales góticas europeas y llegó a España según se cree huyendo de la guerra de los Cien Años. El 10 de octubre de 1506 se procedió a la colocación de la piedra postrera en la parte más alta del cimborio, con lo que simbólicamente la catedral quedó finalizada, aunque en realidad siguieron efectuándose trabajos de forma ininterrumpida a lo largo de los siglos, tanto para la decoración interior, como para añadir nuevas dependencias o consolidar y restaurar los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo, o circunstancias extraordinarias, entre las que cabe destacar el terremoto de Lisboa de 1755 que produjo únicamente daños menores a pesar de su intensidad.[9]​ En estas obras intervinieron los arquitectos Diego de Riaño, Martín de Gainza y Asensio de Maeda. También en esta etapa Hernán Ruiz edificó el último cuerpo de la Giralda. La catedral y sus dependencias quedaron terminadas en 1593.[10]​ El Cabildo Metropolitano mantiene la liturgia diaria y la celebración de las festividades del Corpus, la Inmaculada y la Virgen de los Reyes. La festividad de la Virgen de los Reyes es el 15 de agosto[11]​ y coincide con la de la Asunción. El templo acoge los restos mortales de Cristóbal Colón y de varios reyes de Castilla: Pedro I el Cruel, Fernando III el Santo y el hijo de este, Alfonso X el Sabio.[12]​ Una de las últimas obras de importancia realizadas tuvo lugar en el año 2008 y consistió en la sustitución de 576 sillares que conformaban uno de los grandiosos pilares que sustentan el templo, por nuevos bloques de piedra de características similares, pero con mucha mayor resistencia. Este difícil trabajo fue posible gracias al empleo de novedosos sistemas tecnológicos que demostraron que el edificio sufría diariamente unas oscilaciones de 2 cm como consecuencia de la dilatación de sus materiales.[13]​ En 2017 recibió 1 934 373 visitantes, siendo así el quinto monumento más visitado de España.[14]​

Atarazanas de Sevilla
Atarazanas de Sevilla

Las Atarazanas de Sevilla, que se conservan en la actualidad en el barrio del Arenal,[1]​ constituyeron la base naval militar más importante de la Corona de Castilla. Estuvieron operativas entre los siglos XIII y XV. Su función era la de arsenal, es decir, la de proteger de la intemperie la flota militar durante el invierno, y no donde se construían barcos.[2]​ Parece ser que primero tuvo unas 14 o 15 naves, pero muy pronto aumentó a 17 naves; en cada nave cabrían dos galeras. Originalmente los techos eran de madera, pero al ir desprendiéndose por el deterioro decidieron cubrir las naves de ladrillo. Más de 6 hectáreas de terreno y con la posibilidad de guardar entre 30 y 35 galeras El complejo estaba junto a una gran explanada de arena que llegaba hasta la orilla del río Guadalquivir[3]​, que facilitaba el almacenaje de las galeras. Las continuas riadas del Guadalquivir fueron depositando sedimentos que originó la subida del nivel del suelo, dejando los antiguos pilares enterrados La flota que se guardaba en Sevilla jugó un papel importante en las luchas por el control del estrecho de Gibraltar, así como en la participación castellana en la guerra de los Cien Años[3]​, siendo unas de las flotas europeas más importantes del momento. El alcaide de las Atarazanas era la persona encargada de reparar y conservar a buen recaudo las galeras; el armador de las flotas reales debía proveerlas de hombres, armas y alimentos y, finalmente, el almirante mayor de la mar, habría de encargarse de conducirlas al combate. Los cargos de alcaide y almirante aparecieron casi al mismo tiempo a comienzos del reinado de Alfonso X; el de armador fue mucho más tardío y hubo de esperar a la penúltima década del siglo XIV cuando gobernaba en Castilla don Juan I. A partir de mediados del siglo XV las Atarazanas entraron en decadencia. La razón fundamental tal vez de deba a que, en los viajes transoceánicos, que acabaron constituyendo el nuevo ámbito de expansión de Castilla, la presencia de las galeras no tenía sentido, pues sus abundantes tripulaciones y sus consiguientes necesidades de agua y bastimentos, no les daba autonomía suficiente para cruzar un océano. En 1485 ya estaban abandonadas; se va a reutilizar la nave Norte junto al Postigo del Aceite como lonja de pescado, nave que seguramente no tendría techo. las Atarazanas se convirtieron en un gran almacén, con patios interiores e incluso viviendas, ya desde finales del silgo XV. Por Real Cédula de 5 de junio de 1503 de los Reyes Católicos se tomó la última nave de las Atarazanas, contigua al Postigo del Carbón, para el “recibo, empaque y aviamiento de azogues”; el azogue o mercurio procedía de Almadén (Ciudad Real), elemento fundamental para realizar el proceso de la amalgama de la plata. nacía así la conocida como Casa del Azogue. En 1543 se creó el “almojarifazgo de Indias”, que era un impuesto que gravaba las mercancías que venían de América, la Corona decide entonces instalar la Aduana en tres naves más al sur, contiguas a la nave donde se ubicaba la Casa del Azogue, a finales de 1577, con un proyecto de Asensio de Maeda, inaugurándose en 1587 El 13 de marzo de 1969 el Estado declara Monumento Histórico Artístico a las Atarazanas,[4]​ y el 18 de junio de 1985 se aumentó el grado de protección del inmueble declarando a la Maestranza de Artillería (que ocupa las siete naves que se conservan y otras estructuras, como un pabellón delantero) Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.[5]​