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Puerta de los Leones (Jerusalén)

Puertas de Jerusalén
Puerta de los Leones, Jerusalén
Puerta de los Leones, Jerusalén

La Puerta de los Leones (en hebreo שער האריות, Sha'ar Ha'ariot) es la única puerta abierta en la fachada este de la murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, frente al Monte de los Olivos.

Extracto del artículo de Wikipedia Puerta de los Leones (Jerusalén) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Puerta de los Leones (Jerusalén)
פול אמיל בוטה, Jerusalén מורשה

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Coordenadas geográficas (GPS)

Latitud Longitud
N 31.780555555556 ° E 35.236944444444 °
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Dirección

העיר העתיקה בירושלים וחומותיה

פול אמיל בוטה
9410158 Jerusalén, מורשה
Distrito de Jerusalén, Israel
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Puerta de los Leones, Jerusalén
Puerta de los Leones, Jerusalén
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Lugares cercanos

Puerta Dorada
Puerta Dorada

La Puerta Dorada (שער הרחמים, Sha'ar Harahamim) es la entrada más antigua de las actuales murallas que rodean la Ciudad Vieja de Jerusalén, fue construida en el siglo VII o siglo VIII, durante el período omeya.[1]​[2]​ También se le conoce como Puerta de la Misericordia o también Puerta de la Vida Eterna. La puerta se encuentra en el centro de la muralla este y era la única que permitía el acceso directo al Monte del Templo desde el este. En tiempos bíblicos, una puerta anterior en la misma ubicación o muy cercana, llamada Puerta de Susa, era utilizada con fines rituales. La puerta está cerrada desde 1541 por orden de Solimán el Magnífico porque, según la tradición judía, es la que utilizaría el Mesías para entrar en la ciudad. Los musulmanes crearon un cementerio en el exterior de la puerta, dado que estaban convencidos de la profecía de zacarias 9.9, el precursor del Mesías, que anunció que, en su esperada llegada por parte de los judíos, este no se atrevería a entrar en el lugar porque era un cohen. De hecho, la entrada en los cementerios les está teóricamente prohibida a los sacerdotes debido a la impureza (Lev. 10:06, Lev. 21:1-5, Ez. 44:20-25). Según los evangelios apócrifos fue ante la Puerta Dorada donde los padres de la Virgen María, Ana y Joaquín, protagonizan el encuentro en el que se abrazan al enterarse de su futura paternidad. Este episodio en particular será inmortalizado por Giotto y Durero.

Templum Domini
Templum Domini

El Templum Domini[1]​ (traducción vulgata del hebreo: 'הֵיכָל ה "Templo del Señor") fue el nombre que le dieron los cruzados a la Cúpula de la Roca, en Jerusalén durante las Cruzadas. Se convirtió en un símbolo importante de Jerusalén, apareciendo en las monedas acuñadas durante el Reino Cristiano de Jerusalén. La Cúpula de la Roca se construyó a finales del siglo VII bajo el gobierno del quinto califa omeya Abd Al-Málik ibn Marwan en el sitio donde antes se encontraba el Segundo Templo Judío (o posiblemente fue añadido a un edificio bizantino ya existente desde el reino de Heraclio, 610-641). Tras la captura de Jerusalén en la Primera Cruzada (1099), la Cúpula de la Roca fue dada a los agustinos, que la convirtieron en una iglesia. cristiana, La adyacente mezquita de Al-Aqsa fue llamada Templum Solomonis (Templo de Salomón) por parte de los cruzados. Fue convertida primero en un palacio real. La imagen de la Cúpula, representando el "Templo de Salomón," se convirtió en un elemento iconográfico importante del Reino de Jerusalén. Los sellos reales de los Reyes de Jerusalén ilustraban a la ciudad simbólicamente combinando la Torre de David, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Cúpula de la Roca y los muros de la ciudad. Tras la terminación de la construcción del palacio real cerca de la Puerta de Jaffa, el Reino de Jerusalén le dio el edificio de la mezquita a los caballeros templarios, quienes lo mantuvieron como su cuartel general. La Cúpula aparecía en el reverso de los sellos de los Gran Maestres de los templarios (como Evrard des Barres y Renaud de Vichiers), y se convirtió en el modelo arquitectónico de las iglesias templarias redondas por toda Europa. Aunque la cercana Cúpula de la Ascensión fue construida como un baptisterio durante el periodo cruzado, ha permanecido desde entonces en manos de autoridades islámicas como parte del complejo más grande de la Cúpula de la Roca.

Cúpula de la Roca
Cúpula de la Roca

La Cúpula de la Roca o el Domo de la Roca (en árabe: قبة الصخرة‎‎‎ [Qubbat al-Sajra], en hebreo: כיפת הסלע‎ [Kippat ha-Sela]) es un monumento situado en Jerusalén, en el centro del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas.[1]​ Se completó inicialmente entre los años 691 y 692 por orden del califa omeya Abd al-Málik durante la Segunda Fitna en el lugar donde antes se erigiera el Segundo Templo Judío, destruido durante el sitio romano de Jerusalén en el año 70. El domo original colapsó en 1015 y fue reconstruido entre 1022 y 1023. El Domo de la Roca es en su base una de las obras existentes más antiguas de la arquitectura islámica.[2]​ Su arquitectura y mosaicos siguen los patrones de las cercanas iglesias y palacios bizantinos,[3]​ aunque su apariencia exterior ha sido modificada significativamente durante el periodo otomano y de nuevo en el periodo moderno, notablemente con la adición del techo dorado, entre 1959 y 1961 y nuevamente en 1993. El plano octagonal de la estructura puede haber sido influido por la iglesia bizantina de la Silla de María (conocida también como la iglesia de la Kathisma en griego y como al-Qadismu en árabe) construida entre 451 y 458 en el camino entre Jerusalén y Belén.[3]​ La Piedra Fundacional sobre la que está construido el templo tiene gran significación en las religiones abrahámicas, como el lugar en que Dios creó el mundo y al primer humano, Adán.[4]​ Los credos judío y cristiano afirman que fue en ese lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por orden de Yahveh o Dios, según los relatos del Génesis, y como el lugar donde la presencia de Dios se manifiesta más que en cualquier otro lugar, hacia el cual se orientan los judíos durante la oración. El islam recoge también la tradición del sacrificio de Abraham (Ibrahim en árabe), aunque en la versión islámica el hijo no era Isaac sino el primogénito, Ismael.[5]​ Según la tradición judía, desde esta primera piedra se construyó el mundo. Allí fue erigido el Sanctasanctórum, la parte más sagrada del templo de Jerusalén. Los musulmanes creen que es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado por el ángel Gabriel. En honor a dicho episodio de la vida de Mahoma, el noveno califa, Abd al-Malik, construyó el edificio entre los años 687 y 691. Sin cambios esenciales durante más de trece siglos, la Cúpula de la Roca sigue siendo uno de los más preciosos y duraderos tesoros arquitectónicos del mundo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha sido llamada "el punto de referencia más reconocible de Jerusalén,"[6]​ junto con dos estructuras cercanas en la ciudad vieja de Jerusalén: el Muro de los Lamentos y la “rotonda de la resurrección" en la Iglesia del Santo Sepulcro.[7]​ Es la estructura religiosa más antigua evaluada arqueológicamente construida por un gobernante musulmán y las inscripciones en el edificio contienen las proclamaciones epigráficas más antiguas del islam y del profeta islámico Mahoma.[8]​ Las inscripciones se han mostrado un escalón importante, en tanto se convirtieron después en un rasgo común en las edificaciones islámicas y casi siempre mencionan a Mahoma.[8]​ La Cúpula de la Roca sigue siendo un "monumento único de la cultura islámica en casi todos los aspectos", que incluyen el ser una "obra de arte y un documento cultural y piadoso," de acuerdo con el historiador Oleg Grabar.[9]​ Técnicamente, la Cúpula de la Roca no se considera una mezquita, pero sí es un lugar de culto para el islam. Junto al Domo de la Roca con su cúpula dorada, en el extremo sur de la explanada se encuentra la mezquita de Al-Aqsa con su cúpula plateada y anexa al Domo de la Roca se encuentra la Cúpula de la Cadena. El Domo de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa son los dos edificios importantes de la Explanada de las Mezquitas. También se suele llamar erróneamente mezquita de Omar al Domo de la Roca. El significado de este sitio emana de tradiciones religiosas monoteístas ligadas con la roca a la que preserva la cúpula dorada: conocida como la «Roca Fundacional»,[10]​ la misma es considerada un importante punto de referencia por los monoteístas,[11]​ y es por este elemento sagrado que se adopta una planta central, tan poco usada en la arquitectura religiosa islámica, conformando una suerte de relicario que envuelve a la roca. Es de esta manera que se genera un espacio central coronado por una cúpula dorada y un ambulatorio que permite la veneración.[12]​

Monte del Templo
Monte del Templo

El Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas es un lugar religioso considerado sagrado de aproximadamente 15 hectáreas ubicado en la ciudad vieja de Jerusalén. Los israelíes lo conocen como הַר הַבַּיִת (Har Ha-Bayit, lit. «Monte de la Casa» o «Monte del Templo», en alusión al antiguo templo) por los judíos y cristianos, mientras que los musulmanes lo denominan الحرم الشريف‎‎ (Haram esh-Sharif, lit. «El Noble Santuario») o الحرم القدسي الشريف (al-Ḥaram al-Qudsī al-Šarīf, lit. «El Noble Santuario de Jerusalén»). Actualmente, la explanada es uno de los lugares sagrados más disputados del mundo. Denominado por los musulmanes Noble Santuario está considerado el tercer lugar más santo en el islam (tras La Meca y Medina), y también es el lugar más sagrado del judaísmo, ya que en el monte Moriá se sitúa la historia bíblica del sacrificio de Isaac.[1]​ El sitio actual es una plaza plana rodeada por muros de contención (incluyendo el Muro de las Lamentaciones) que se construyó durante el reinado de Herodes el Grande para una expansión del templo. La plaza está dominada por tres edificaciones monumentales de principios del período omeya: la Mezquita de al-Aqsa, la Cúpula de la Roca y la Cúpula de la Cadena, así como cuatro minaretes. Las murallas y puertas herodianas, con adiciones hechas durante los períodos bizantino tardío e islámico temprano, atraviesan los flancos del monte. Actualmente se puede llegar allí por once puertas, diez de ellas reservadas para musulmanes y una para no musulmanes, con puestos de guardia de la policía israelí en las proximidades de cada una.[2]​ En virtud del "statu quo" vigente los judíos no pueden acceder a la Explanada para rezar, aunque sí pueden hacerlo en calidad de visitantes.[3]​ El recinto está bajo la custodia de Jordania pero controlado por Israel que mantiene la soberanía sobre Jerusalén desde la Guerra de los Seis Días de 1967.[3]​

Templo de Salomón
Templo de Salomón

El Templo de Salomón también conocido como el Primer Templo, según la narración bíblica, fue un templo de Jerusalén (hebreo = בֵּית-הַמִּקְדָּשׁ: Beit Ha-Miqdash) construido bajo el reinado de Salomón y terminado en el año 957 a. C. El Templo fue saqueado y luego destruido en el 586/587 a. C. a manos del rey babilónico Nabucodonosor II,[1]​ quien también deportó a los judíos a Babilonia. La destrucción del templo y la deportación se consideraron cumplimientos de la profecía y reforzaron las creencias religiosas judaicas.[2]​ La Biblia hebrea (Antiguo Testamento) describe cómo el padre de Salomón a David, el gran rey guerrero que unió a las tribus israelitas, capturó Jerusalén e introdujo en la ciudad el artefacto central de los israelitas, el Arca de la Alianza.[3]​ David eligió el monte Moriah en Jerusalén como lugar para un futuro templo que albergara el Arca, hoy conocido como el Monte del Templo o Haram al-Sharif.[2]​ Sin embargo, Dios no le permitió construir el Templo, pues había «derramado mucha sangre».[4]​ En su lugar, su hijo Salomón, conocido por ser un ambicioso constructor de obras públicas, lo edificó.[5]​ Colocó el Arca en el Sanctasanctórum, la sala más interior sin ventanas y la zona más sagrada del Templo.[6]​ En el Sanctasanctórum descansaba la presencia de Dios. Solo el sumo sacerdote podía entrar en la sala, una vez al año en el Día de la Expiación, llevando la sangre de un cordero sacrificado y quemando incienso.[6]​ Según la Biblia, el Templo no únicamente servía como edificio religioso, sino también como lugar de reunión para los israelitas.[2]​ A los judíos que habían sido deportados tras la conquista de Babilonia se les permitió finalmente regresar y reconstruir su templo, conocido como el Segundo Templo. Pero el edificio ya no albergaba el Arca, pues había desaparecido.[7]​ Los estudiosos dudan de la veracidad del relato bíblico, ya que no se ha encontrado ninguna prueba de la existencia del Templo de Salomón, además el Templo no se menciona en los relatos extrabíblicos.[8]​[9]​ Existe un acuerdo generalizado de que existía una estructura ritual en el Monte del Templo en el momento del asedio babilónico a Jerusalén, pero siguen existiendo serias dudas a la hora de atribuirlo o su construcción a Salomón, o a cualquier rey aproximadamente contemporáneo a su vida.[10]​ Los artefactos que supuestamente prueban la existencia del Templo de Salomón —una granada de marfil y una tablilla de piedra del siglo IX a.C.— han resultado ser falsos.[11]​ Muchos estudiosos creen que la inscripción en un fragmento de cerámica conocido como Ostracón 18, escrita alrededor del año 600 a. C., hace referencia al Templo de Jerusalén.[12]​[13]​ [14]​ De ser así, sería la única corroboración extrabíblica del Templo encontrada.