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Consulado General de Francia en Jerusalén

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El Consulado General de Francia en Jerusalén es el Representante Consular de la República Francesa en Jerusalén, ubicado en 5 Paul Emile Botta. Los territorios que están bajo la jurisdicción del Departamento Consular son Jerusalén y sus suburbios, pero también los territorios palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. El cónsul general, que no está bajo la autoridad del embajador francés en Israel, está encargado de la protección y el seguimiento administrativo de los residentes franceses o visitantes del departamento consular, pero también está encargado de la relación con la Autoridad Nacional Palestina.[1]​ Desde el siglo XVI, gracias a los tratados de concesión extranjera, el cónsul general francés en Jerusalén se ha encargado de proteger los lugares sagrados en esta ciudad, pero también en otras partes de Israel y Palestina. El Cónsul General de Francia en Jerusalén comienza sus funciones con una entrada oficial a la Iglesia del Santo Sepulcro, luego se muestra el himno de Te Diom en la Iglesia de Santa Ana.

Extracto del artículo de Wikipedia Consulado General de Francia en Jerusalén (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Consulado General de Francia en Jerusalén
פול אמיל בוטה, Jerusalén נחלת שבעה

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Batalla de Jerusalén (1917)
Batalla de Jerusalén (1917)

La batalla de Jerusalén (denominada por los británicos Operaciones de Jerusalén) constituye un conjunto de enfrentamientos entre el Imperio británico y el Imperio otomano, durante la campaña homónina. La lucha se desarrolló entre el 17 de noviembre y el 30 de diciembre de 1917, día en el cual la ciudad se rindió. Jerusalén era el objetivo final de la ofensiva del sur de Palestina, parte de la campaña del Sinaí, durante la Primera Guerra Mundial. En las operaciones, los británicos obtuvieron la victoria en dos enfrentamientos en los montes de Judea, al norte y al este de la línea Hebrón–Junction Station: la batalla de Nebi Samwill (17-24 de noviembre) y la defensa de Jerusalén (26-30 de diciembre). Asimismo, también ocurrió el exitoso segundo intento de avance a través del Nahr el Auja (21-22 de diciembre), como en la batalla de Jaffa, aunque esa ciudad ya había sido ocupada como consecuencia de la batalla de Mughar Ridge (16 de noviembre).[1]​ Esta serie de enfrentamientos se sucedieron entre las fuerzas británicas del XX Cuerpo, el XXI Cuerpo y el Cuerpo Montado del Desierto; en contra del Grupo de Ejércitos Yildirim, constituido por el Séptimo (en los montes de Judea) y Octavo Ejército (al norte de Jaffa); a lo largo de la costa mediterránea. La derrota otomana en Jaffa y Jerusalén, así como la pérdida de 50 millas (80 kilómetros) de territorio durante el avance de la Fuerza Expedicionaria Egipcia hacia Gaza, con la ocupación de Beerseba, Gaza, Hareira y Sheria, Tel el Khuweilfe y la batalla de Mughar Ridge, constituían una grave revés para el Imperio otomano.[2]​ Como resultado de estas victorias, las fuerzas del Imperio británico capturaron Jerusalén y establecieron una nueva línea estratégica fortificada. Esta línea iba desde el norte de Jaffa (en la llanura costera), a través de los montes de Judea hacia Bireh (al norte de Jerusalén), y seguía hacia el este del monte de los Olivos. Con la captura de la carretera de Beerseba–Jerusalén (a través de Hebrón y Belén), además de territorio otomano sustancial al sur de Jerusalén, el dominio de la ciudad quedó asegurado. El 11 de diciembre, el general Edmund Allenby entró humildemente en la Ciudad Vieja a través de la puerta de Jaffa a pie, en lugar de a caballo o en vehículos, como una forma de mostrar respeto a la ciudad santa. Así, Allenby fue el primer cristiano en varios siglos en obtener el control de Jerusalén, sitio muy importante para las tres grandes religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islam). El primer ministro del Reino Unido, David Lloyd George, describió la captura como «un regalo de Navidad para el pueblo británico». La batalla fue una gran inyección de moral para el Imperio británico.[3]​

Jerusalén
Jerusalén

Jerusalén[3]​ (en hebreo: יְרוּשָׁלַיִם‎ Yerushaláyim ; en árabe: القـُدْس‎ al-Quds ) es una ciudad de Oriente Próximo, situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto. Los israelíes la han erigido como capital del Estado de Israel, mientras que el Estado de Palestina reivindica su parte oriental como su propia capital. Los asentamientos más antiguos en Jerusalén datan del V milenio a. C. y es una de las ciudades más antiguas del mundo.[4]​ Jerusalén tiene un profundo significado religioso para el judaísmo, el cristianismo y el islam. La ciudad vieja de Jerusalén fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981. El estatus de la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel, se encuentra disputado, ya que en este sector —referido habitualmente como Jerusalén Este o Jerusalén Oriental que incluye la Ciudad Vieja— es donde el Estado de Palestina pretende establecer su capital. Israel discute las reclamaciones palestinas y, tras la guerra de los Seis Días, considera la ciudad como un todo unificado y un mismo municipio, declarándola como su capital «eterna e indivisible» mediante la Ley de Jerusalén en 1980. Esta anexión ha provocado un amplio rechazo en la comunidad internacional, materializado en la resolución 478 del Consejo de Seguridad de la ONU, que la consideró contraria al Derecho Internacional,[5]​ y en señal de protesta por este acto unilateral los Estados miembros de las Naciones Unidas acabaron por trasladar sus embajadas a Tel Aviv, tal como pedía la resolución. Jerusalén fue sede de un reino amorreo bajo hegemonía egipcia durante el período de Amarna, ciudad principal de un pueblo cananeo (los jebuseos según el relato bíblico), conquistada por los hebreos en el siglo X a. C. y capital de los reyes de Judá por lo menos desde el siglo IX a. C. La Biblia añade que antes fue el asiento de los reyes del Reino unificado de Israel. Conquistada por los babilonios, fue capital de la región de Judea durante el dominio persa, lágida y seléucida. Conquistada por los macabeos, los reyes asmoneos gobernaron desde ella hasta la toma de la ciudad por Pompeyo en 63 a. C. Desde entonces fue capital religiosa de la provincia romana de Judea. Después de la Primera Guerra judeorromana, fue arrasada por el general y futuro emperador romano Tito, y reconstruida como colonia romana con el nombre de Aelia Capitolina por el emperador Adriano, siendo la región rebautizada como Siria-Palestina. Tras el triunfo del cristianismo fue sede del patriarcado cristiano homónimo bajo dominio del Imperio Romano de Oriente, enmarcada en la región de Palaestina Prima. En el siglo VII, cayó en poder de los califas musulmanes[6]​, en la provincia de Yund Filastin, aunque sería conquistada por los cruzados en 1099 y en torno de ella se formaría el reino franco de Jerusalén.[7]​ Reconquistada por Saladino,[8]​ estuvo unos siglos en poder de los mamelucos[9]​ y, desde 1517, del Imperio Otomano.[10]​ En 1874, Jerusalén y su área de influencia formaron un distrito administrativo especial: el Mutasarrifato de Jerusalén bajo control directo del Sultán.[11]​ En 1917, con la derrota otomana frente a los aliados en la Primera Guerra Mundial, pasó a depender del Mandato Británico de Palestina.[12]​ Con la partición de Palestina, la ONU previó un estatuto de ciudad internacional para Jerusalén, que no llegó a realizarse. Durante la guerra de 1948, su sector occidental quedó bajo control israelí y el oriental, incluida la ciudad vieja, bajo dominio jordano. En 1967, Israel conquistó la zona oriental, proclamando a la ciudad reunificada como su capital, aunque este último movimiento nunca ha recibido el reconocimiento internacional.[13]​[14]​