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La última cena (Leonardo da Vinci)

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The Last Supper Leonardo Da Vinci High Resolution 32x16
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La última cena (en italiano: Il cenacolo o L’ultima cena) es una pintura mural original de Leonardo da Vinci ejecutada entre 1495 y 1498.[1]​[2]​ Se encuentra en la pared sobre la que se pintó originalmente, en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia),[3]​ declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.[4]​ La pintura fue elaborada para su patrón, el duque Ludovico Sforza de Milán. No es un fresco tradicional, sino un mural ejecutado al temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido. Mide 460 cm de alto por 880 cm de ancho. Muchos expertos e historiadores del arte consideran La última cena como una de las mejores obras pictóricas del mundo.[5]​

Extracto del artículo de Wikipedia La última cena (Leonardo da Vinci) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

La última cena (Leonardo da Vinci)
Piazza Santa Maria delle Grazie, Milán Municipio 1

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Dirección

Convento Domenicano di Santa Maria delle Grazie

Piazza Santa Maria delle Grazie
20123 Milán, Municipio 1
Lombardía, Italia
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The Last Supper Leonardo Da Vinci High Resolution 32x16
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República Ambrosiana
República Ambrosiana

La República Ambrosiana Dorada (Aurea en latín y en italiano; Aurea Republega Ambrosiana en lombardo) fue un gobierno de corta duración (1447-1450) fundado en Milán por un grupo de nobles y de juristas de la Universidad de Pavía con apoyo popular, durante la primera fase de la Guerra de sucesión de Milán. Tras la inesperada muerte de Filippo Maria Visconti (13 de agosto de 1447), duque de Milán sin un heredero masculino, un grupo de ciudadanos milaneses —liderados por Innocenzo Cotta, Antonio Trivulzio, Teodoro Bossi, Giorgio Lampugnani y Giovanni da Ossona— aprovechándose de la confusión sucesoria ante los muchos pretendientes, proclamaron la República al día siguiente, el 14 de agosto. El poder lo ostentaba un grupo de 24 capitanes y defensores de la libertad, pronto reducido a 12, y 150 representantes escogidos de entre las distintas asambleas populares. Según Patrick Boucheron, «los conjurados, sin embargo, no pretenden instaurar un nuevo régimen, sino volver a la libertad comunal antigua —lo que reclama el pueblo que ha invadido el palacio ducal».[1]​ El programa de gobierno que se puso en marcha fue ambicioso, con una reforma fiscal, la creación de un studium y de un hospital general, además de una serie de medidas para evitar la personalización del poder político.[1]​ Sin embargo la unidad en el seno del consejo que gobernaba la República no duró mucho y ya en octubre de 1448 los desacuerdos eran evidentes entre los gibelinos y güelfos. En febrero de 1449 se abrió un verdadero periodo de terror llevado a cabo por unos gobernantes cada vez más radicalizados. En el curso del mismo más de 200 ciudadanos fueron ejecutados. Ayudados militarmente por Francesco Sforza, yerno del fallecido duque, lograron resistir primero contra las fuerzas de la República de Venecia, pero después de una traición, Sforza los abandonó y acabó al servicio de los venecianos. De nuevo sintiéndose una vez más traicionado por estos, acabó por capturar en 1450 Milán para sí mismo y convertirse él mismo en duque, aboliendo la República.[1]​ El calificativo de «Ambrosiana» no fue aplicado en la época sino varios siglos después, en el Risorgimento. Sin embargo, desde sus inicios los partidarios de la República se refugiaron tras el santo obispo milanés, evocando el «tiempo de San Ambrosio [su] protector». Como ha señalado Patrick Boucheron, «al lado de referencias a Cicerón o a Tito Livio, o incluso al modelo veneciano, es la memoria del obispo la que forma la base de unidad de la República ambrosiana».[1]​