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República Cisalpina

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Repúblicas hermanas
Flag of the Repubblica Cisalpina
Flag of the Repubblica Cisalpina

La República Cisalpina fue una «república hermana», un estado satélite de la Primera República Francesa creado el 29 de junio de 1797 por Napoleón Bonaparte y situado en el norte de Italia con capital en Milán. Su territorio incluía la Lombardia cuando se fundó, luego se amplió a los territorios de Cispadana (julio de 1797) y los de la mitad occidental de la República de Venecia (1800).[1]​ Formada en territorios conquistados por Francia, centrados en el valle del río Po. La república fue confirmada en el Tratado franco-austriaco de Campo Formio el 17 de octubre de 1797. La República tenía un gobierno basado en el del Directorio en Francia, era nominalmente independiente, pero la ocupación militar francesa y los subsidios mensuales la vinculaban firmemente a Francia.[2]​ Esta república se doto de una bandera tricolor (verde, blanco, rojo) imitando la bandera de Francia (será asumida por la Italia unificada).[3]​

Extracto del artículo de Wikipedia República Cisalpina (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

República Cisalpina
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República Ambrosiana
República Ambrosiana

La República Ambrosiana Dorada (Aurea en latín y en italiano; Aurea Republega Ambrosiana en lombardo) fue un gobierno de corta duración (1447-1450) fundado en Milán por un grupo de nobles y de juristas de la Universidad de Pavía con apoyo popular, durante la primera fase de la Guerra de sucesión de Milán. Tras la inesperada muerte de Filippo Maria Visconti (13 de agosto de 1447), duque de Milán sin un heredero masculino, un grupo de ciudadanos milaneses —liderados por Innocenzo Cotta, Antonio Trivulzio, Teodoro Bossi, Giorgio Lampugnani y Giovanni da Ossona— aprovechándose de la confusión sucesoria ante los muchos pretendientes, proclamaron la República al día siguiente, el 14 de agosto. El poder lo ostentaba un grupo de 24 capitanes y defensores de la libertad, pronto reducido a 12, y 150 representantes escogidos de entre las distintas asambleas populares. Según Patrick Boucheron, «los conjurados, sin embargo, no pretenden instaurar un nuevo régimen, sino volver a la libertad comunal antigua —lo que reclama el pueblo que ha invadido el palacio ducal».[1]​ El programa de gobierno que se puso en marcha fue ambicioso, con una reforma fiscal, la creación de un studium y de un hospital general, además de una serie de medidas para evitar la personalización del poder político.[1]​ Sin embargo la unidad en el seno del consejo que gobernaba la República no duró mucho y ya en octubre de 1448 los desacuerdos eran evidentes entre los gibelinos y güelfos. En febrero de 1449 se abrió un verdadero periodo de terror llevado a cabo por unos gobernantes cada vez más radicalizados. En el curso del mismo más de 200 ciudadanos fueron ejecutados. Ayudados militarmente por Francesco Sforza, yerno del fallecido duque, lograron resistir primero contra las fuerzas de la República de Venecia, pero después de una traición, Sforza los abandonó y acabó al servicio de los venecianos. De nuevo sintiéndose una vez más traicionado por estos, acabó por capturar en 1450 Milán para sí mismo y convertirse él mismo en duque, aboliendo la República.[1]​ El calificativo de «Ambrosiana» no fue aplicado en la época sino varios siglos después, en el Risorgimento. Sin embargo, desde sus inicios los partidarios de la República se refugiaron tras el santo obispo milanés, evocando el «tiempo de San Ambrosio [su] protector». Como ha señalado Patrick Boucheron, «al lado de referencias a Cicerón o a Tito Livio, o incluso al modelo veneciano, es la memoria del obispo la que forma la base de unidad de la República ambrosiana».[1]​