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República Italiana (1802-1805)

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Flag of the Italian Republic (1802)
Flag of the Italian Republic (1802)

La República Italiana (en italiano: Repubblica Italiana) fue una «república hermana», un estado satélite de la Primera República Francesa. Ubicada en el norte de Italia, tuvo una corta vida (1802 - 1805). Francia modificó la constitución de la República Cisalpina para permitir que el Primer Cónsul Francés Napoleón Bonaparte se convirtiera en su presidente, pasándose a denominar República Italiana. El territorio que comprendía la República Cisalpina no cambió con la nueva denominación. En 1805, a raíz de la proclamación de Napoleón como Emperador de los franceses, la República Italiana cambió nuevamente el nombre, pero esta vez también la forma de gobierno. La república pasaría a ser una monarquía. Napoleón se convirtió en su rey y el territorio se denominó Reino de Italia. El hijastro de Napoleón, Eugenio de Beauharnais, sería su virrey.

Extracto del artículo de Wikipedia República Italiana (1802-1805) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

República Italiana (1802-1805)
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Flag of the Italian Republic (1802)
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República Ambrosiana
República Ambrosiana

La República Ambrosiana Dorada (Aurea en latín y en italiano; Aurea Republega Ambrosiana en lombardo) fue un gobierno de corta duración (1447-1450) fundado en Milán por un grupo de nobles y de juristas de la Universidad de Pavía con apoyo popular, durante la primera fase de la Guerra de sucesión de Milán. Tras la inesperada muerte de Filippo Maria Visconti (13 de agosto de 1447), duque de Milán sin un heredero masculino, un grupo de ciudadanos milaneses —liderados por Innocenzo Cotta, Antonio Trivulzio, Teodoro Bossi, Giorgio Lampugnani y Giovanni da Ossona— aprovechándose de la confusión sucesoria ante los muchos pretendientes, proclamaron la República al día siguiente, el 14 de agosto. El poder lo ostentaba un grupo de 24 capitanes y defensores de la libertad, pronto reducido a 12, y 150 representantes escogidos de entre las distintas asambleas populares. Según Patrick Boucheron, «los conjurados, sin embargo, no pretenden instaurar un nuevo régimen, sino volver a la libertad comunal antigua —lo que reclama el pueblo que ha invadido el palacio ducal».[1]​ El programa de gobierno que se puso en marcha fue ambicioso, con una reforma fiscal, la creación de un studium y de un hospital general, además de una serie de medidas para evitar la personalización del poder político.[1]​ Sin embargo la unidad en el seno del consejo que gobernaba la República no duró mucho y ya en octubre de 1448 los desacuerdos eran evidentes entre los gibelinos y güelfos. En febrero de 1449 se abrió un verdadero periodo de terror llevado a cabo por unos gobernantes cada vez más radicalizados. En el curso del mismo más de 200 ciudadanos fueron ejecutados. Ayudados militarmente por Francesco Sforza, yerno del fallecido duque, lograron resistir primero contra las fuerzas de la República de Venecia, pero después de una traición, Sforza los abandonó y acabó al servicio de los venecianos. De nuevo sintiéndose una vez más traicionado por estos, acabó por capturar en 1450 Milán para sí mismo y convertirse él mismo en duque, aboliendo la República.[1]​ El calificativo de «Ambrosiana» no fue aplicado en la época sino varios siglos después, en el Risorgimento. Sin embargo, desde sus inicios los partidarios de la República se refugiaron tras el santo obispo milanés, evocando el «tiempo de San Ambrosio [su] protector». Como ha señalado Patrick Boucheron, «al lado de referencias a Cicerón o a Tito Livio, o incluso al modelo veneciano, es la memoria del obispo la que forma la base de unidad de la República ambrosiana».[1]​