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Avenida de Mayo (subte de Buenos Aires)

Estaciones de la línea C del subte de Buenos AiresEstaciones de metro de Argentina inauguradas en 1934Monserrat (Buenos Aires)Monumentos y lugares históricos de la Argentina
AV DE MAYO
AV DE MAYO

Avenida de Mayo es una estación de la línea C de la red de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires ubicada debajo de la calle Bernardo de Irigoyen y su intersección con la Avenida de Mayo, en el barrio porteño de Monserrat. La estación fue construida por la compañía española CHADOPyF e inaugurada junto al primer tramo de la línea C el 9 de noviembre de 1934 y tiene combinación con la estación Lima de la línea A. Al igual que en el resto de la línea, esta estación está decoradas con mayólicas y azulejos dedicados a paisajes españoles, por lo que esta línea es conocida como la Línea de los Españoles. En 1997 esta estación fue declarada Monumento Histórico Nacional.[1]​

Extracto del artículo de Wikipedia Avenida de Mayo (subte de Buenos Aires) (Licencia: CC BY-SA 3.0, Autores, Material gráfico).

Avenida de Mayo (subte de Buenos Aires)
Avenida de Mayo, Buenos Aires Monserrat

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N -34.609 ° E -58.38061111 °
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Avenida de Mayo

Avenida de Mayo
1084 Buenos Aires, Monserrat
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
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AV DE MAYO
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Lugares cercanos

Hotel Ritz (Buenos Aires)
Hotel Ritz (Buenos Aires)

El Hotel Ritz es un antiguo edificio que se encuentra en la esquina de Avenida de Mayo y Lima, en la ciudad de Buenos Aires. Funciona como hotel 2 estrellas y no posee vínculos con la famosa cadena Ritz-Carlton de fama internacional. Fue diseñado por el ingeniero Juan Antonio Buschiazzo en 1893 y construido por José Ventafridda, encargado por el estanciero Alfonso Bernasconi, propietario además de otro edificio sobre la misma Avenida, que sería inaugurada oficialmente en 1894. Se trata por lo tanto de una de las construcciones más antiguas de esta arteria de Buenos Aires, y originalmente estuvo destinado a viviendas de renta y comercios en la planta baja. En la primera mitad del siglo XX, estuvo ocupado principalmente por consultorios de médicos y dentistas, pero décadas más tarde se transformó en hotel, como ocurrió con numerosos edificios en la misma avenida. El edificio está organizado sobre un acceso principal por Avenida de Mayo 1111, que conduce subiendo una escalera a un hall con el ascensor (probablemente uno de los primeros en Buenos Aires) y la escalera principal revestida en mármol. Con este reducido espacio destinado a la entrada al edificio, el resto de la planta baja está destinada a dos locales comerciales, que poseen además un sótano de depósito. Las plantas superiores del actual hotel se organizan sobre un pasillo angosto que corre paralelo a la avenida, con tres departamentos con vista al exterior y dos que dan a patios internos de aire y luz. Este esquema original ha sido modificado para aumentar la cantidad de habitaciones disponibles. En cuanto a la construcción, es característica de fines de siglo XIX y se trata de una estructura de hierro, con techos con sistema de bovedilla armada con vigas doble T de hierro y ladrillos, que se mantienen oculta por los cielorrasos originales, excepto en algunos sectores como el bar en donde se dejó expuesta. Los pisos son originales de pinotea y también se mantienen las puertas y ventanas de madera, aunque los interiores de las habitaciones han sido totalmente remodelados. La fachada del edificio se destaca principalmente por la ornamentación que posee en el último piso, una tira de caparazones marinos que coronan todas las aberturas, y por el frontis que destaca la entrada principal y ostenta la inscripción “SALVE” junto con la máscara de un rostro femenino. Sobre el eje de la entrada, en el remate del edificio se observa otra inscripción “AÑO 1893”, adornada con molduras de guirnaldas florales. También se destaca la bay window corrida que remata la fachada sobre Avenida de Mayo y forma simetría con la ochava sobre la calle Lima. Originalmente ambas estaban coronadas por cúpulas de pizarra que fueron posteriormente removidas. El frente conserva otros ornamentos, como los copones y pilastras que decoran algunas ventanas y la herrería original en los balcones, pero ha perdido numerosas molduras, y especialmente las balaustradas originales que recorrían la cornisa y los balcones sobre la ochava y la entrada principal.

Avenida de Mayo
Avenida de Mayo

La Avenida de Mayo, situada en el barrio porteño de Monserrat, fue el primer bulevar que tuvo la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y la columna vertebral del centro histórico y cívico de dicha urbe. Nació opulenta y majestuosa y se transformó con el tiempo en símbolo de las relaciones argentino–españolas, y en escenario de todas las manifestaciones sociales porteñas. Fue la primera avenida de la República y de toda Sudamérica. Comienza en la calle Bolívar y su trazo de este a oeste corre entre las laterales Hipólito Yrigoyen y Avenida Rivadavia. De esta manera conecta la histórica Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso en una extensión de unas diez cuadras. Se inauguró oficialmente el 9 de julio de 1894[1]​ con el pretexto de que sirviese de pulmón de la población que se concentraba dentro del sector central de la urbe y fuera además la vidriera de presentación de la ciudad al mundo. Su planeamiento fue muy debatido y resistido pues requirió la expropiación y demolición de construcciones pertenecientes a la alta sociedad, además de considerarse sumamente costoso. Su realización se inspiró en los bulevares de París, pero la caudalosa vertiente inmigratoria española tipificó su carácter hispánico al poblarse de teatros de zarzuelas, cafés similares a los de Madrid, ateneos, asociaciones literarias y peñas formadas por ellos, influyendo en su arquitectura, razón por la cual se la suele comparar con la Gran Vía madrileña. Se convirtió en el grandioso escenario de la vida pública de principios del siglo XX y los frentes de sus sofisticados edificios de estilo art nouveau, neoclásico y ecléctico constituyeron el magnífico marco de recepción de los ilustres visitantes extranjeros. Es tal vez el mejor ejemplo urbano de la prosperidad de la Argentina de esa época: debajo de ella circula el primer subterráneo (metro) que hubo en el Hemisferio Sur. Por tratarse de la vía que une al Congreso de la Nación Argentina con la Casa Rosada, sede del poder ejecutivo, es la ruta obligada de los electos presidentes de la Nación los días de las asunciones, y el lugar predilecto para los desfiles de protesta o para la realización de las celebraciones durante las fechas patrias. En ella se recibieron como héroes a los tripulantes del legendario Vuelo del Plus Ultra, o al popular Jorge Newbery y fue el lugar donde el pueblo presenció con tristeza el desfile lento de los cortejos fúnebres de muertos ilustres. El decreto del Poder Ejecutivo Nacional n.º 437 del año 1997 declaró a la Avenida de Mayo como Lugar Histórico Nacional,[2]​ lo cual implica que no se pueden alterar las fachadas de los edificios ni poner determinadas publicidades y marquesinas. Todo aquello que modifique las estructuras debe ser previamente aprobado por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos.

Hotel Castelar
Hotel Castelar

El Hotel Castelar fue un tradicional hotel de la ciudad de Buenos Aires que se encontraba en la Avenida de Mayo, histórica vía con profundo valor para la comunidad española en la ciudad. El edificio fue proyectado por el arquitecto italiano Mario Palanti y construido por el ingeniero José Pizone, inaugurándose en 1929. Ya que la Avenida de Mayo posee un reglamento de alturas máximas, a partir de la séptima planta, la fachada del edificio se inclina para retirarse de la línea municipal, llegando así hasta el nivel catorce, con 53,5 metros de altura máxima. Fue inaugurado con el nombre de Hotel Excelsior, y en 1933 tuvo a su huésped más ilustre, el escritor español Federico García Lorca, quien permaneció en el establecimiento hasta marzo de 1934. En 2003, su habitación fue ambientada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en homenaje histórico al visitante. En el subsuelo del edificio se instaló la peña “Signo”, muy concurrida por las clases porteñas más acomodadas, adonde fueron habitués Norah Lange, Oliverio Girondo y Alfonsina Storni. Allí ellos agasajaron a García Lorca, con motivo del estreno de su obra Bodas de Sangre. También en ese ámbito, Arturo Frondizi y otros dirigentes radicales constituyeron en 1937 el Movimiento Orientador, oponiéndose a la conducción de Marcelo T. de Alvear. Una anécdota recuerda que, luego de un fuerte enfrentamiento entre Armando Discépolo y el crítico Pablo Suero, el local fue cerrado. En 1951, al cambiar de dueños, recibió el actual nombre de Hotel Castelar, en honor a Emilio Castelar y Ripoll, presidente de la Primera República Española. Durante ese tiempo hasta su cierre, fue el único hotel “de turismo” en la Avenida de Mayo. El hotel cerró el 9 de mayo de 2020, tras 90 años de historia, debido a la falta de recaudación en el contexto de la Pandemia de enfermedad por coronavirus.